Nuestro “decíamos ayer” se remonta al 29 de febrero de 2020. La etapa del GR92 entre Hortsavinyà i Vallgorguinasirvió para dejar constancia de la última aportación de este aspirante a escribiente al grupo GRmano, texto con fecha 15 de marzo de ese año. A partir de ahí el tránsito del ayer hasta el hoy nos es muy conocido, sufrido y, poco a poco, superada una etapa formada por muchas argollas que conforman una cadena que nos ha tenido amarrados a la dura realidad. Otros eslabones, muy físicos y palpables con las manos y los pies, pusieron a prueba nuestra verticalidad, fuerzas, resistencias y vértigos en subida o en bajada por zonas escarpadas con buenas vistas.
Símbolos
La casi solitaria avenida del primer punto de salida aportó dos imágenes matinales que resumieron parte de nuestra vitalidad amenazada pero redimida: mientras una veloz ambulancia vaya usted a saber a quién iba a socorrer, un coche con juveniles ocupantes escupía cánticos, gritos, alborotos y salivazos mientras quizá se batía en retirada o partía hacia destinos incógnitos. Allí al lado esperaba el autobús y su conductora. Nueva etapa que confirma que el ayer progresa en el hoy pensando en que el ritmo no pare.
Imprescindible
Fue la palabra más verificada por la asistencia de los caminantes, pocos pero muy necesarios para tachar ese otro término que también se oyó: finiquitar GRMANIA. Fue imprescindible programar esta etapa y también el esfuerzo de senderistas que tenían otros compromisos para ese día pero los sacrificaron en beneficio del grupo. ¿Dónde está ese ardor grmano si no se asiste presencialmente a la primera convocatoria presencial con autocar después de ocho meses? Ya lo aseguró nuestro administrador en un clarificador mensaje económico: no se trata de subir la cuota de cada salida sino de asegurar mayor asistencia. Seamos optimistas para futuras etapas , con la colaboración de la familia GRmana..
Las agendas a reventar de tanta jubilación tan activa se supone o se sugiere que necesitan espacios libres, asuetos mensuales reservados para que los 26 años del grupo no se finiquiten por aquello que decía el maestro Mariano José de Larra: ¿Quién es el público y dónde se encuentra?
Menos mal que un consagrado GRmano , luchador por la continuidad del grupo como pocos y con una ejemplaridad envidiable, invitó a dos experimentadas y nuevas excursionistas , traídas de un grupo de la competencia. Gran acierto y mejores compañeras.
También se escuchó la palabra apercibimiento dedicada a ausentes amantes de GRMANIA. A estas edades, nadie es quién para aconsejar qué hacer. Y menos a una parte del público andarín que jugaba con adornos semánticos para definir, endulzar y enmascarar esta etapa vital. Hasta que un sabio sentenció: “Dejaros de darle vueltas a las palabras. Lo que somos es viejos”.
Higienes
Quien dudara del supuesto incumplimiento de las medidas sanitarias en el viaje, desconoce el número y capas de mascarillas puestas, el metro imaginario para medir distancias interpersonales, el cierto silencio para evitar aerosoles (por supuesto que no conseguido), el fresco aire del sistema de ventilación, la individualización de las parejas de asientos excepto en matrimonios consolidados por años de aguante y disfrute. Hubo quien llevó copia de certificado COVID por si quien amenazó cotejar datos lo pedía. Con lo cual, las medidas fueron de manual. Hasta los muy abundantes postres de la comida parecían estar libres de amenazas, excepto azúcares, grasas saturadas y otras simplezas tan apetecibles de vez en cuando. Máscaras, mascarillas y desenmascaramientos cuando se podía respirar a pulmón abierto: todo fue posible y real.
“Ricardas”
Grupos A y B, reviviendo aquellos viejos tiempos que demostraron seguir aún muy vivos con costumbres bien asentadas: señales varias con variadas interpretaciones, mínimas esperas, seguir perdiéndose para siempre encontrarse.
Los túneles de Bracons, inicio del camino A, recordaron períodos anteriores de fuerte, agresiva y violenta oposición ecologista y policial a estas obras. ¡Qué tiempos en que había que oponerse con razones muy verdes y conservacionistas y a continuación todos a usar ese paso siempre gratuito, con huellas continuas y en aumento de CO2! Allí alguien demostró que Ricardas siempre ha habido, si bien ahora toca preservar más y, supuestamente, ayudar a desviar pistas aeroportuarias hacia otros lugares innombrables del centro peninsular que luego no quedará más remedio que citar.
Monumentos
Mientras se supone que el equipo B se enfrentaba a la subida encadenada, el A se acercaba a una zona monumental de alto valor por un sendero muy agradable. El bosque caducifolio aparecía bajo la atenta mirada de vacas y perfiles paisajísticos del otoño. La Grevolosa estaba ahí. Con los árboles silvestres de más altura de Cataluña y hojas que despuntaban ya el colorido otoñal. 13 hectáreas de hayedos con cartel donde se pregonaba que era propiedad de la Generalitat desde 1994.
Un reivindicativo caminante no debió de leer el mencionado plafón alusivo y pagado por esta institución. Disfrutaba de su desayuno en grupo cuando, espontáneamente, le dijo a quien escribe: Per estar aquí en aquest bosc l'hem tingut que pagar a Madrid . Se le mencionó el contenido del cartel que había allí con la propiedad aludida. Imposible la rectificación. (Amén…en fin… Bon profit!).
Árboles gigantes de más de 300 años. Estos sí que eran viejos. 13 hectáreas espectaculares llenas de raíces con formas diversas, carboneras, la ermita de Sant Nazari y la planta que da nombre al lugar: el grèvol. Una catedral botánica a 1.037 metros de altura. Hayas, acebos, robles, encinas, arces, todo en un espacio delimitado por las Serres de Milany-Santa Magdalena i Puigsacalm-Bellmunt.
Una caminante informó de los efectos de la presión de la masa humana en este bosque a lo largo de los últimos años, según ella degradado y con más visitantes de los que debería haber. ¿Tendría que ser una nueva Ricarda? Una reivindicación antigua del ayuntamiento de Sant Pere de Torelló para mayor control de esta zona y del Puigsacalm que no ha tenido el impacto político en el entorno de la descartada nueva pista del aeropuerto de El Prat.
Mientras, siempre nos quedará la poesía en el bosque, allí presente en otro plafón, que pueden leer (o no) los inquietos excursionistas de la zona:
La Fageda de la Grevolosa
Bosc encisat i impregnat de misteri
O temple de serena majestat
Que ens embolcalles de sagrat silenci;
Faigs o fantasmes tocats d’encanteri,
D’un paisatge embruixat.
Com balustres estàtiques de marbre,
Els troncs s’eleven cel amunt austers;
Són mans fervents les branques que enlairant-se
Sostenen el verd tàlem que et cobreix.
Que les divinitats, faunes o bruixes,
Defensin sempre aquest temple sagrat
Sobre del qual rellisquen les centúries;
Perquè no sigui mai profanat
A fi de que generacions futures
Venerin aquests arbres seculars.
Maria Font
Realidades
En la ladera del coll de Bracons, donde hace años grandes concentraciones humanas disfrutaban unos segundos del paso del Rally de Catalunya con esperas de horas, allí el equipo A aprovechó el desnivel para desayunar. Larga fila de vehículos en el inicio de la Serra dels Llancers. Osona a un lado, La Garrotxa al otro; y lo mismo entre las provincias de Barcelona y de Girona. En medio, la bota y condumios diversos. Novedad: alguien devoto del vodka ruso informó de que había comprado una cafetera solo para poner el producto al servicio del grupo. ¡Otro detalle más que quienes no vinieron se perdieron!
Los ocho meses de espera obligaron al personal a buscar el ajuar para la ocasión: vestimenta, mochila y demás. Alguien dijo que no llevaba guantes porque ni se acordaba de ellos ni tampoco sabía dónde estaban. ¿Qué me vuelvo a poner para la ocasión?
Menos mal que la bota estaba y la distribución compartida de postres seguía vigente. No se sabía lo que aparecería en el bar al final.
Equipo A
Grupo A que rememoró aquella operación de la isla de La Palma para rescatar unos perros. Tecnología punta, drones último modelo, demanda de permisos inacabables. Al final, unos atrevidos palmeros (Equipo A firmaban en la pancarta) se pusieron las botas y rescataron a los canes. Viene a cuento por la compañía de seres vivos de cuatro patas y rabo que iban con jóvenes y que tuvimos el placer de disfrutar. Chicas que los mimaban con derrochador cariño, ellos sin querer posar para la foto, ellas con pasión detrás de ellos, fotógrafos A que se ofrecieron al tratamiento digital del momento, así hasta la cumbre del Puigsacalm.
El A se encontró con el B que iba de bajada de los 1515 metros de la cima. Allí hubo quienes se atrevieron a la foto en el filo del precipicio (sin recordar la mortalidad actual por buscar inmortalizarse en un instante).
Cadenas
De bajada, con salidas habituales de las rutas programadas, no esperas para reagruparse, personal que va por libre y GRmana que recuerda enérgicamente obligaciones que, como es evidente, no cumplimos, hubo que seguir el rastro que el B nos dejó en las cadenas cuando ascendieron. La aventura alargó la fila, con perfiles varios, miedos contenidos, pendientes al fondo, hierros para pies y desniveles de vértigo controlado.
Al momento, dos grandes aves negras comenzaron a revolotear en las alturas por encima de las cabezas de quienes bajaban, Menos mal: no parecían buitres. Mientras se esperaba al reagrupamiento, un inquieto fotógrafo que apuntaba en contrapicado a las alturas manifestó: “Nunca había fotografiado tantos culos”.
El reto se salvó con la nota que cada uno se puso en su autoevaluación personal.
Como en este grupo hay gente muy ilustrada, las cadenas sirvieron para el recuerdo de una frase histórica: ¡Vivan las cadenas y muera la Nación!, ese supuesto grito dado en 1832 al ser restablecido el absolutismo/populismo del monarca Fernando VII (hoy sería calificado como “felón”, antes “El Deseado”). Más información, por ejemplo aquí.
Rituales
El habitual sitio de refrigerio GRmano de la entrada de Olot prefirió acoger a equipos futbolísticos que esperaban que no a nosotros. Siempre el fútbol por delante. Menos mal que el bar-restaurante-hostal Vertisolde Les Preses nos dejó estar en un patio, con camareros desbordados, con la habilidad que se les supone y las lentas atenciones. Se rememoró la habitual tradición de la circulación de azucarados postres en todas las direcciones sin parar y sin límites. Todo muy confortable y distendido, recordando ausencias que debían volverse presencias en posteriores etapas.
Y ya que mencionamos las cadenas, recordemos una frase muy actual y comprobable, atribuida a Voltaire, que puede desenmascarar actitudes, formas y pensamientos de hoy:
“Es difícil liberar a los tontos de las cadenas que veneran”.
Evaristo
29/10/2021
Una fantástica crónica... bienvenida esta vuelta a las salidas Grmanas y al ambiente que disfrutamos.
ResponderEliminarGracias Evaristo por esta crónica, que sin ninguna duda revitaliza a GRmanía.
ResponderEliminarGracias por tu magnífica visión de este grupo con sus virtudes y sus defecto. Que GRMANIA siga adelante. Evaristo no dejes de hacer tus crónicas.
ResponderEliminar, Evaristo.
ResponderEliminarMuy buena crónica.
Yo, por compromisos personales, hasta primeros del 22 no creo que pueda asistir a ninguna etapa.
Salud
Gracias Evaristo,excelente informe sobre un gran día☀
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