domingo, 19 de junio de 2022

Circular por Cantonigròs y el Santuari de Cabrera

 Cantonigròs como pretexto para justificaciones diversas

 

Hace años una frase recurrente en la enseñanza mencionaba aquello de que la energía no se crea ni se destruye sino que se transforma. Parece viejuna y ya rancia, ¿no? Pues eso. Guerras y disputas económicas por las materias primas y las energías. Nos esquilman y nos transforman las concepciones, las costumbres y hasta a nosotros mismos.

Ni ahorrar combustibles fósiles podemos. Y eso que las energías se pagan al precio que  padecemos desde hace meses. Con autocares pero sin conductores, hubo que buscar estrategias para gastar las energías personales en una etapa que invitaba al paisaje de cierta altura en la Catalunya interior y profunda, al encuentro con una comida de hermandad a la que faltaban hermanos y hermanas, y al cierre de la temporada. Cantonigròs  no representó el suficiente atractivo como para juntar a la masa GRMANA. El goteo de anulaciones de última hora originó las interpretaciones de rigor, a una edad en la que ya es muy difícil predecir casi nada, planificar más allá del “yo-yo ”,  comprometerse menos y donde las etapas de GRMANIA a veces son la última solución cuando falla todo lo demás y siempre que el cuerpo lo pida. No obstante y a pesar de los pesares, el grupo sigue.

 

Símbolos

Vestirse para la ocasión. Es lo que parece que decidió un selecto grupo de GRmanos que lucieron prendas que conjuntaban con los mensajes de  las imponentes residencias campestres en las que colgaban grandes esteladas. Los lemas textiles  mimetizaban muy bien con el entorno. En medio de tanto pantalón corto como uniforme obligado ante altas temperaturas y para lucir las canillas, hubo sombreros como imagen de marca personal, otras prendas y una camiseta nueva que  transmitió dos mensajes, aparte de los propios de quien la llevaba puesta, persona para escuchar y tener en cuenta siempre. 

Hay a quienes leer la palabra Endurance nos recuerda una dramática y admirada historia que siempre nos ha atraído, leída muchas veces. El explorador polar británico Ernest Shakeltonse dice que, para buscar marineros para la tercera expedición a la Antártida en su barco llamado Endurance, puso un anuncio en el Times de Londres con esta mensaje, que ya pertenece a la historia: “Se buscan hombres para viaje peligroso. Salario bajo, frío penetrante, largos meses en la más completa oscuridad, peligro constante y escasas posibilidades de regresar con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”. Ante este impresionante mensaje, ¿hubo respuesta? Contestaron 5.000 personas, de las que escogieron a los 27 tripulantes del Endurance. La expedición fue dramática y apasionante, con libros publicados sobre el tema, uno de un autor de Terrassa. Hace poco se descubrieron restos del barco en la zona donde se hundió. En todo caso, la palabra Enduranceen esta camiseta va por otra vía. Pertenece a una prestigiosa y poco conocida marca americana que aquí se suele vender en outlets deportivos pero que en países como Dinamarca está desbancando a otras famosas,  con toda una historia de emprendeduría detrás. Claro que la empresaque afrontó Shakelton debió sobrepasar de otra manera la moda actual de tal palabreja emprendedora. Todo un símbolo que justifica hasta el nombre de una marca en una camiseta.

 

 

Clásicos

El punto de salida recibió a algún personal movido y trasladado por vehículos con  motores de energías se dice que limpias o eco y también por las otras. Veremos al final cuál es la más inmaculada entre todas, con la que está cayendo. A la entrada del pueblo, donde dicen que se encuentra la masía de los primeros anuncios de un fuet extraconocido y fabricado en Gurb, la foto de La Foradada animaba a excursionistas amantes de descubrir el entorno, eso sí, ahora previo pago de la ecotasa correspondiente (2,5 euros, de momento). De nuevo, la palabra de moda y muy rentable comercialmente, eco, aunque el producto venga de la otra parte del mundo y deje un desorbitado rastro de CO2 en el transporte. La cara etiqueta como reclamo, incluso  para reconfortar  la conciencia sostenible. 

Adornar la incitación a la visita de La Foradada con lenguaje poético no se sabe si ayuda, es puro marketing del de andar por casa o convence a alguien: l’aigua dels torrents del Sitjar i de la riera d’Aiats …alenteix el seu curs i s’entreté en aquest clot vorejat de roca, que deu el seu nom al forat que, com un caprici de la natiralesa, presenta una de les seves parets. Quan la llum el travessa, l’espai té l’aire d’un escebari wagnerià on les forces de la natura expressen tot el seu poder:encisador. Junto a este cartel, direcciones de restaurantes, embutidos artesanos y hostales: no olvidemos lo esencial.

Direcciones andarinas en indicadores: o a Cantongròs y Vic o a Hostalets d’en Bas i Girona. Els Camins d’Osona, en la llamada Xarxa de Mobilitat de Barcelona (apenas vemos a nadie: ¿La gente de Barcelona no se mueve?), dirección al Pont de la Rotllada marge dret, con el torrent d’Aiats, Coll d’Aiats, Santuari de Cabrera y collet de Sant Julià. Todo bien marcado pero no se sabe si muy andado. Otras direcciones indicaban hacia otros lugares como L’Esquirol. ¿Carteles? Algunos sobre “l’espai natural protegit Colsacabra” con mención a paisaje submediterráneo y a otro más característico de las llanuras centroeuropeas. Europeos a tope. Y mucha, mucha biodiversidad. No nos la vamos a perder. Con mucha actividad ganadera.

Dicho lo cual se procedió a afrontar el acercamiento a esos animales que alguien denominó como vacas blancas, un bucólico camino entre prados, animales, vegetación primaveral y alturas próximas con las características formas orográficas de los llamados cingles. Triscar por allí significó una aproximación a una masía no apta para publicidades  Tarradellas , con otros animales blancos (ovejas), gallinas, abonos, olores, organización propia de la labranza y señales del paso del tiempo. Algunas casas, cerca, ya dormían en el sueño del abandono, protegidas o cubiertas por zarzas, saúcos y otras malezas. Transformaciones: imitaciones de aquellas masías auténticas para componer anuncios o para simular residencias modernas que aportan estatus y más calidad de vida que esta que rodeábamos. 

 

Ascensión

De casas que son historia a la exigente subida, imprescindible para visionar los grandes espacios intercomarcales de un paisaje marcado por líneas discontinuas, desniveles y perspectivas aéreas con la llanura abajo. Aquí, para ver mejor, hay que subir. En fila, con tranquilidad, escalones, los primeros sudores  con la ayuda de esas máquinas manuales llamadas bastones, poco a poco el plano superior tranquilizó los músculos, ralentizó el consumo energético y abrió las mochilas para extraer productos recuperadores. Unos a la sombra, otros gestionando por teléfono asuntos diversos, alguien asomado al precipicio para ver mejor, todo con vistas a la enormidad de la comarca de Osona. El esfuerzo se justificaba con la perspectiva.

Allí alguien recién llegado  de nuestros orígenes culturales, Grecia, rememoró alturas monásticas compartidas con otras gentes GRMANAS. Hablar de la conocida y turística zona de Meteoray sus monasterios encaramados en las alturas  es otra historia que en nada se parece al lugar en el que estábamos. Todos estaban altos pero…menos es nada. Y más cuando dentro de un rato estaríamos en el santuario de Cabrera, zona alta pero no tanto como los monasterios ortodoxos griegos. Ahora bien, esta vez  también hubo historias allá arriba. 

Alguien decía que el elevado lugar se llamaba Morral del Pla Xic, en la zona del Pla d’Aiats. En medio de todo y de nada, una poesía del gran Miquel Martí i Pol, a la vista de quien se detuvo a leerla, no con demasiado éxito. La reproduzco porque es una muestra más de la gran obra del poeta y trabajador textil en su fábrica donde se inspiró, La Blava, en Roda de Ter.

El Centre Excursionista Esplugues,  L’Espluga Viva,  dejó constancia allí, en el Pla d’Aiats, del homenaje a Marti i Pol, “al seu compromís social i la seva coherència en la defensa de les llibertats nacionals de Catalunya”, un 14 de diciembre de 2003, con esta poesía reproducida en un cartel:

                                …Tenim a penes

El que tenim i prou: l’espai d’història

concreta que ens pertoca, i un minúscul

territori per veure-la. Posem-nos

dempeus altra vegada i que se sentí

la veu de tots solemnement i clara.

Cridem qui som i que tothom escolti.

I, en acabat, que cadascú es vesteixi

com bonament li plagui, I via fora,

que tot està per fer I tot és possible”

 


Espumas

De camino hacia el coll de Bram o collet de Cabrera, divisoria de rutas antes de la subida al santuario de Cabrera, vuelta a Cantonigrós y otras alternativas. Las subidas y bajadas parecían tensar las piernas antes de decidir si se pateaban las escaleras hasta donde se halla el santuario. La mayoría que ascendió tuvo la oportunidad de observar el mundo a 1.145 metros según unos o  a 1135 metros según otros, ver el núcleo religioso y hasta deleitarse con inteligentes animales que demostraron su agudeza cuando alguien se grabó con ellos de fondo mientras tocaba con la mano el pastor eléctrico conectado. Los asnos debieron deleitarse con la escena, a juzgar  por las expresiones de sus belfos.

El paisaje de toda la etapa estaba determinado por los riscos (cingles), la señal de identidad del Collsacabra que explica su historia debido a la estratificación de los materiales. En total son 40 km lineales, con especies adaptadas como pájaros, plantas e invertebrados, algunos propios y endémicos de la serralada Transversal. Vamos, que no nos dábamos cuenta de dónde poníamos los pies. 

Más señales, hacia la collada de Bracons, por el GR 151-1. Camins del Bisbe i Abat Oliva. Allí, con el santuari de Cabrera y el Coll de Bram. Y más indicadores, ahora el de la Cames de Ferroal Puigsacalm, anuncio de una carrera solidaria que se disputa el último domingo de mayo. Debió quedar olvidado el cartel de una prueba patrocinada por la marca de embutidos Noel, todo para la investigación de las enfermedades infantiles, sobre todo el cáncer. No obstante, en su momento, antes de la ascensión, nos interesó el cartel que marcaba que a 0,42 km estaba el santurio de Cabrera, tal cual.

Ya arriba, además de a los burros indicados, visita al santuario, al bar y al restaurante, todo de madera y de rancio sabor, con dos teléfonos para reservas: uno para festivos y otro para laborales. Un santuario construido sobre la antigua ermita del castillo, en 1144. En 1427 un terremoto lo destruyó todo y se hundió la iglesia. Posteriormente la ermita se reconstruyó y en el siglo XVIII se levantó la hospedería. En la iglesia, oportuna advertencia: “No permeteu, si us plau, que els nens juguin a l’esglèsia, ni hi encenguin ciris”.

 Antes del punto geodésico, la excavación arqueológica del castillo de Cabrera. Y en el punto oficial, la altura volvía a cambiar con error incluido. Una placa indicaba que estaba a 1306 metros. Pertenecía “als caminadors del dimarts i el dijous d’Osona y se a dedicavban a la Mare de Déu de Cabrera siendo capellà Custodi Josep Cruells i Rodellas (22-11-2003). ¡Ahí queda eso!

De bajada, por un sendero beneficiado por la smbra de los árboles, un grupo senior de excursionistas sin mochila subían y preguntaban si habría aún cerveza en el bar colindante con el santuario. No se sabe por qué pero a partir de ese comentario la bajada de quienes gestionaban la comida posterior desarrollaron un sesudo tema con varios subtemas: si solo se pediría cerveza para todos en el bar o también vino pero, ¿para quién? Si se podía pedir cerveza previa o no. Si se serviría en jarras o cómo. Nunca se habló de agua o de otros suaves líquidos. Al final, como siempre todo cuadró a la perfección. 

De bajada un grupo senderista con aspecto de muy urbanita desistió de la subida a Cabrera. Alegaron que para ellos lo importante era participar pero con mucha prudencia, sudar lo justo y reponer las fuerzas y los líquidos gastados y algunos más, por si se tenían que utilizar más tarde.

 

 

Estrellas

Con tanta estrategia líquida, debido al esfuerzo y al intenso calor, el personal enfiló la entrada de Cantonigrós para situarse en el abrevadero donde después se serviría la comida. El restaurant Roc fue testigo de cómo bebe esta gente. Los últimos en llegar se encontraron con el recambio de los barriles. ¿Quién los había acabado? Se dieron detalles interesantes: la estrella cervecera que brillaba en la Catalunya profunda no era la de los Carceller-DAMM (¡Si Franco hablara!) sino la estrella de la otra punta de la península (nunca España, ¡por favor!), la de los Hijos de Rivera-Galicia-A Coruña. ¿Desbanca esta a aquella? Quizá no, aunque su introducción y conquista del mercado es imparable. Como no hace mucho dijo el gerente de Estrella Galicia: no pretendemos que nuestra marca sea la más vendida sino la más querida.

No obstante, antes de comer se produjo otro hecho que no pasó desapercibido a algunos. Alguien fue a rellenar la segunda jarra de una cerveza de más graduación (1906 especial), se acercó a la camarera (¡les separaba la barra!) y le dijo: Oye, disculpa, te tengo que decir una cosa, ¡eres muy guapa! Hubo quien le cubría las espaldas al piropeador y  estaba atento a la posible intervención de alguien del movimiento #metoo, o a la respuesta de la persona en cuestión con algún improperio. Pues fue todo lo contrario. O el arte del GRmano fue fruto de la mucha experiencia (y dicen que la tiene) o decirle a alguien con educación y sinceridad lo que es no ofende. O no tiene por qué. Menos mal que no le dio tiempo a la tercera jarra. No se sabe cuál sería la continuación del anterior discurso. Dos días después, la prensa informaba sobre la sanción de 2.000 euros a un camareropor pedirle el teléfono a una clienta, dice que solo para emitirle y enviarle la factura. El fondo era la protección de datos. ¿Quién no tiene los nuestros?

Grata comida, entrega de carnets a quienes cumplieron 60, ambiente fantástico en una etapa plenamente justificada para convivir de otra manera y seguir con el proyecto de GRMANIA desde la acción y la asistencia, siempre que se pueda y se quiera.

En honor a quienes, procedentes de Grecia, hicieron el esfuerzo por asistir a la etapa, acudamos a un mensaje atribuido a Sócrates, a la espera de la próxima temporada:

 

Solo existe un bien: el conocimiento. Solo hay un mal: la ignorancia

 

 

Evaristo

19/06/2022

 

 

 

 

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