domingo, 25 de mayo de 2025

Etapa 5 del GR 151 - Abat Oliba entre Vic y Pantano de Sau

 



Tras las huellas   de capellanes, nobles y bandoleros



La entrada en los paisajes y espacios de Osona, Guilleríes y Savassona traía recuerdos de antiguas  historias y leyendas donde capellanes, nobles y bandoleros habían campado a sus anchas en épocas anteriores. Hasta se sospecha que  con presuntas  connivencias entre los tres  términos y especies humanas, conectados e intercambiables. Se cree que aquellos modelos para mandar, controlar y avasallar también existen ahora, con otros nombres, acepciones y puestas en escena. El pueblo llano, como siempre, siendo  mayoritario,  apenas se le menciona en  ningún sitio. La historia oficial pertenece a los de siempre.  Castillos, iglesias, monasterios, masías, capillas, murallas, fortificaciones, campos, pantanos, cuevas: la fuerza bruta para levantar todo era  para las gentes anónimas. Así seguimos. Como siempre.


Prolegómenos


La explosión de la actual primavera ha producido una borrachera adictiva y continuada debido al poder narcotizante del color verde. Necesitábamos agua y , cuando llegó, coincidió y animó el resurgir de vidas, o aletargadas o casi secas. Miraras por donde miraras en la Plana de Vic deslumbraba el verde por terrenos que solo son llanos en la toponimia y en la parte central. ¡Camine usted por los laterales y sentirá en sus piernas el “llano subida” y el “llano bajada”! 

La etapa del GR151 Abat Oliba trnascurre  entre Vic y Sant Romà de Sau, pantano y Parador. Había tres opciones de kilometraje, a escoger: 27,15, 18 y 13, todo más o menos/ y depende. Aquí reflejaremos andanzas en la primera de las posibilidades.

Más adelante, observe su cuerpo después de pasar  por  Pont del Bruguer (0.9 km), Font de les Eres (3.4 km), Moli de la Calvaria (4.2 km), Molí d'Altarriba (4.8 km), Les Set Fonts (5.8 km), Ermita de Sant Roc (6.5 km), Font Trobada (8.2 km), Ermita de la Damunt (9.2 km), Font dels Foquers (9.7 km), Església de Sant Esteve de Tavèrnoles (10.2 km), Pedra del Sacrifici (12.1 km), Coll de Passarella (12.9 km), Font De Fussimanya (15.4 km), Monestir de Sant Pere de Casserres (19.5 km), Puig dels Moros (21.4 km) y vistas al Pantano de Sau. Aunque la opción elegida fuera de menos kilometraje, las ancas también se resienten. Por tanto, la Plana no  es tan llana.

Dicen que el color de la alegría y de la esperanza (eso le atribuyen al verde) ofrece 10 tonos diferentes por estos lares. Comparativa e incógnita: si los esquimales distinguen 30 tonalidades de la nieve, ¿cómo nuestro ojo es tan poco preciso con el verde? Y eso que no será por operaciones oculares varias, anteojos de todo tipo, lentillas, prótesis diversas  y demás arreglos. Quizá habrá que recurrir a la visión de los artefactos digitales par que ellos nos fotografíen y aprecien o descubran mejor nuestras limitaciones. 


¿Autorretrato?


Y no hablemos del poder también adictivo de la  IA o AI que, si no sabe una respuesta de cualquier prompt, se la inventa: nunca sabe decir que No. Aunque no queramos,   a veces nos conduce sin saber a dónde. Este aprendiz de todo lo que ignora (que es mucho) debió de ser analizado a fondo por esta Inteligencia Artificial. 

En aquel momento de placidez, sentado en un autocar aún no autónomo, le apareció una recomendación en el móvil que le preocupó por sospechar que podía ser un golpe directo a sus pocas capacidades. Era un artículo impactante, con un título difícil de pasar por alto: “¿Cada vez hay más imbéciles? Una teoría intenta demostrar que sí”. En la búsqueda de un posible autorretrato (personal, de este plumilla) a aquellas horas de la mañana, tamaña provocación alivió al lector cuando, más adelante en unas líneas esperanzadoras,  decía que eso no tiene que ser malo para la especia humana (¡menos mal!). Para quien quiera profundizar en lo que seguro que no es, he aquí el libro original al que se refiere el artículo: “Nuevo elogio al imbécil”, de Pino Aprile, continuación de un libro anterior también dedicado a imbéciles. 

Al final de la lectura, la parada en Vic devolvió a quien lo leía a la otra realidad, con la belleza primaveral ante los ojos. En todo caso la palabra Imbécil no se olvida. Da para mucho.


Deserciones


En la denominada por los romanos como Auso (Vic), parece ser que el obispo al que le seguimos sus huellas, Abat Oliba, impulsó la construcción de edificios eclesiásticos e incrementó el poder de la ciudad. La espiritualidad y los mercados se impulsaron. A veces van de la mano. Un ejemplo actual, el mercado del sábado en la plaza de VIc, que dejamos a un lado, no siendo que las mochilas se recargaran con productos del cerdo y similares (había que dejar sitio para cocas de Mossèn en algunos selectos hornos, puestos ahí para una inmensa minoría). 

Aquí vinieron a la memoria recuerdos del grave atentado terrorista en esta Ciutat dels Sants (cuartel de la Guardia Civil), la potente industria porcina con algunos mataderos en su momento denunciados (Santa Eugènia de Berga), xenofobias concretas e integraciones generales, universidad de calidad, época de boicot a industrias lecheras castellanas en momentos en que la “llet nostra"  no era tal sino de Navarra, grafitis por el camino con el cerdo como personaje principal, potente desarrollo como capital muy bien situada y con gran futuro.

Ya en las afueras, las dudas de si enfrentarse o no al tramo más largo de la etapa se abonaron por alguien con los siguientes argumentos: que si había granjas de vacas al aire libre, que si se pasaba por ciertos espacios- imprescindibles en nuestra civilización-, por ejemplo estación depuradora de aguas residuales, desguaces, talleres, almacenes, granjas de animales, cementerios o centros de recogida de residuos. Al final (o, más bien, al principio del camino) iniciaron el tramo pocos pero bien avenidos.


Molinos


La realidad fue muy distinta a la anunciada. Los primeros  5 km llanos hasta llegar a Sant Julià de Vilatorta fueron un placer visual por parte de la anilla verde de Vic  entre sombras, cantos de pájaros y encantamientos varios. Allí estaba el río Gurri, compañero del Mèder (etapa anterior). Uno le entrega el agua al otro (el Mèder al Gurri) y al final toda acaba en el Ter. Como punto final de la etapa, en el pantano de Sau intenta cubrir la iglesia de Sant Romà y allí se guarda o se bombea a Susqueda. 

Estos entornos fueron  el saludo a modo de  bienvenida para entrar más tarde en L’Espai Natural de les Gulleries-Savassona, perteneciente a la red de Espacios Naturales de la Diputació de Barcelona. Los senderos locales por Osona son muchos, con cruces de caminos que a su vez cruzan otros caminos más anchos o carreteras, que a su vez entran y salen de poblaciones, pasan por las ermitas Abat Oliba y ayudan a abrir los ojos a huellas eclesiásticas, del pueblo llano y de noblezas varias, todos amenazados por bandoleros “de rancio abolengo”, de aquí o de zonas próximas: Joan Serrallonga, el general Josep Moragues y otros segundones.

El puente d’en Bruguer (dentro de “Els camins del Bisbe i Abat Oliba”), construido en el siglo XIV para pasar el río Gurri, fue el punto de partida para la Ruta de los Molinos de Calldetenes, una oportunidad para familiarizarse con la antigua industria harinera del entorno. Siguiendo el  torrente de Sant Martí,   venido a menos, se iba serpenteando por estas construcciones, con traídas de agua para los antiguos molinos y, ahora,  espacios a la sombra para solaz y recuperación de fuerzas. Las zonas de picnic como verdaderas áreas de descanso. 

Entre altos árboles, vigilancia en los cruces, bicicletas sin timbre y vehículos de todo tipo, pronto el sonido del agua desembocó en la entrada d Sant Julià de Vilatorta, en el parque de les Set Fonts (cierto, eran 7). Más fuentes, viviendas que retrataban estilos de vida apacible, iglesia de Sant Julià, monumento a oficios y salida hacia otra ermita, la de Sant Roc. ¿Más itinerarios de interés?: el de Puigsec sobre espacios de interés hidrológico y el de los relojes de sol que hay en algunas fachadas de casas de la población, o paso por el área forestal de la Font Trobada.

Curiosidades: en esta población también hay un monasterio de Sant Llorenç del Munt, en una ruta que se inicia en el siguiente pueblo por donde pasó el GR, Folgueroles. 

Pronto empezaron a despuntar las primeras amapolas. Una planta con muchos sinónimos, algunos de los cuales suelen citarse en los programas televisivos en catalán dedicados a  la meteorología. Algunos: roselles, frares, pipiripips, bardabadoca, ronsella, rodella, gall, gallaret, gallgalleret, gallgallinot, ababol, mamberol, pavot roïll, coquelicó. badabadoc. Y más flores…muchas y variadas, con un gran atractivo visual, fotogénicas y fotografiadas.


Evidencias


La placidez del verde primaveral recién estrenado dio paso, primero a la placa de “Folgueroles, bressol del poeta M. Jacint Verdaguer” y, luego  a que la vista se fijara en un letrero con una declaración que, por obvia, se desconoce para qué se puso. ¿No será para evidenciarse en plan marketing facilón ante las poblaciones que no lo hayan puesto, que son la mayoría? El fondo del fondo es lo que importa. Aplausos y solidaridad con el contenido. Texto del letrero de entrada al pueblo, en lila: “ Folgueroles no tolera les agressions sexistes”.  Aún no se olvidan aquellas modas de “Poble d’Europa”, “lliure d’armes” y otros de corte más político.

La evidencia más dulce la protagonizó quien sabe situar también lugares golosos en el mapa. O sea, hornos donde trabajan bien las masas, levaduras y azúcares, algunos con una tradición de años. Folgueroles removió paladares y llenó algunas mochilas con cocas y otras golosinas del obrador Cal Mossèn, especialidad en pan y la Coca de Folgueroles: “Has voltat i observat. Has palpat i ensumat. Ara torna a casa, al molí, i mostr’am què has après”, promocionan en su web. ¿A qué se referirán con algunas palabras concretas y cómo interpretarlas en un entorno tan eclesiástico? 

Estamos ante la coca del Mossèn  en el pueblo de Mossèn Cinto  Verdaguer, un maridaje canónico. En una población también con ilustres pilotos de coches y motos como  el dakariano Nani Roma, polideportivo donde practicaban el patinaje artístico y, por supuesto, el hogar de la infancia del Mossèn convertido en Casa Museu  (visitable), bajo los auspicios de la Fundació Jacint Verdaguer.  Más para ver: jardí Brins d’Espígol, Pi de les Tres Branques.


Progresos


Ermitas y fuentes ya reseñadas se sucedían de camino a Tavèrnoles, pequeña población con 340 habitantes, donde destacaban, además de la iglesia de Sant Esteve, los olores de las brasas de restaurantes cercanos y su centralidad religiosa, con una filial en Sant Pere de Savassona. A la sombra de tal santo, la gula provocó el crecimiento, ampliación y traslado de lugar  original del restaurante Cal Janot, ahora llamado Restaurant Colomer-Cal Janot. Las huellas olorosas que perfumaban el ambiente exterior y la multitud de la entrada debían ser tan buenas o mejores señales que las estrellas o los tenedores con los que presume el gremio.El alojamiento rural de Cal Janot despuntaba como muy acondicionado para huéspedes. 

Se observaban otras masías diseminadas y se escuchaban a lo lejos  algunas muy preocupantes conversaciones vintage. Jóvenes lozanos y bien perfumados presumían de que tenían que volver tiempos pasados, azuzados por youtubers, influencers y otras especies donde la ignorancia campa a sus anchas. Ante pensamientos progresistas, a veces utópicos, el sueño para ellos era refrescar ese pasado, donde “otro mundo es posible” si es el anterior y muy de derechas. Su único pensamiento utópico era muy regresivo, implorando personajes sin calificativos y tiempos lúgubres: ¡qué pena! 

Más adelante, por estas tierras de Les Gulleries, tan históricas, se recordaban leyendas y realidades  de bandoleros, maquis, fantasmas, bestias, demonios, carlistas, emboscados. Todo en torno a la vida en masías centenarias donde, si las piedras hablaran, podrían relatar historias como las de la masia Clavell, en el libro “Te di ojos y miraste las tinieblas”, de Irene Solà. Una novela extraña pero atractiva, muy propia para imaginarla aquí, donde la situó la autora.


Rocas


Aquí, aparte de iglesias y variadas categorías humanas, hay más sorpresas.

En un terreno tan montañoso, con muchas y diversas  flores por todas partes, casas con leña cortada en el porche, habituales globos aerostáticos en el cielo y muchas sendas, el río Ter quería asomar a lo lejos y presumir de curvas, o sea, meandros. Antes, en lo alto la ermita de Sant Feliuet y, a pie de GR, la zona de Savassona llamada “La Savassona”, apta y preparada para el llamado Boulder, traducido en la práctica a escalada deportiva, artificial y en bloque. Un lugar de culto para esa escalada pero en pequeño formato. Para saber más sobre las posibilidades de estas piedras,  se pueden encontrar en alguna web específica, por ejemplo, 182 vídeos con propuestas en los bloques. En este espacio, también estaba (y se supone que seguirá ahí, no apta para que los vascos más duros que la piedra, expertos en Harrijasotzeak como Iñaki Perurena,  practiquen con ella)  la gran roca de 400 toneladas de peso, llamada Pedra del Sacrifici. Por sus rituales, con tumbas que contienen esqueletos en forma de  fetos encogidos y otras señales parece ser que  existió por aquí un poblado ibérico. Otras piedras: les Bruixes, de l’Home o Pedra del Nen.


Cercas


Este es un país con muchas cercas, vallas, setos, cables por los caminos, protecciones privadas,  delimitaciones de animales y demás impedimentos para no ver ni pasar por donde dicen que no te toca. Tantas granjas “se olían” a distancia. O sino, el género canino andaba por allí ladrando y poniendo límites al campo. “Ya puedes chillar, ¡cuando hablas no se te entiende!”, le respondía un caminante mientras se sorteaban obstáculos varios, con pronunciadas subidas que solo tenían una ventaja: estaban a la sombra. Aquellos perros rurales no se parecían a los urbanos, donde cuando salen a pasear con dueños/dueñas a veces no se sabe quién pasea a quién.

Sorpresa: las Escales de Foquers, con 300 escalones, un alivio que se agradeció para bajar y evitar los resbalones en la roca mojada, con final en la fuente de Foquers. Pronto Tavèrnoles, con una placa ante la  que alguien echó en falta que concretaran la definición de Patria aquí: “En Memòria dels defensors de la pàtria”

Un senderista, fantástico guía, amenizador  y conductor del grupo,  todo el tiempo con el trak en la mano, estaba muy preocupado por dónde se ponían los pies, ya cansados por el kilometraje recorrido. Ante el mojón de una deposición (se duda de si humana o canina) bien que se cuidó de advertir a todos que no se pisara y menos antes de iniciar una pronunciada bajada. Al poco rato dijo: “Algo me huele mal”,  su pituitaria detectó rastros, preguntó quién había lustrado sus zapatillas y, al final, descubrió que era él. Ya sabemos que, si bien en este país la escatología es un orgullo, aquí fue posible objeto de inseguridad.

Mientras, la maquinaria de tomas de agua del Ter, los indicativos a afamados restaurantes de los que te reciben con larga tabla, cuchillo y algún metro de fuet y demás chacinas (por ejemplo en Fussimanya), todo conducía al punto con retorno (ida y vuelta) para visitar un reconocido monasterio, estratégicamente situado. Mientras, el Ter cada ve era más visible, fotogénico y para plasmarlo en digital. 


Vistas


“Uno de los monumentos más importantes del románio catalán”, así se promociona el monasterio benedictino de Sant Pere de Casserres en su web. Previo pago de entrada (no pueden entrar animales excepto “gossos pigall”, anuncia sin aportar razones), la espectacularidad del entorno de les Masies de Roda, del Ter y de su historia entre capellanes, órdenes religiosas, familias nobles, vizcondes, vizcondesas (y se supone que no admitirían  bandoleros ajenos, a no ser que “presuntamente”  estuvieran dentro), era para contemplar, andar y disfrutar, con una reconstrucción bien lograda. Las vistas: sin calificativos. Y, detrás de todo, el Consell Comarcal d’Osona y la Fundación de un extinto banco y de otro actual con OPAS en marcha.  ”Amb la col.laboració històrica” de estos, dicen los papeles y la web, muy completa y documentada..

La ida y vuelta por senderos con precipicios que caían sobre el río Ter y el Torrent de l’Infern permitían contemplar mejor sus meandros y el terreno que dejaban en medio.  Lejos se adivinaba el pantano de Sau. Una pequeña muchedumbre de ojos buscaba la punta del campanario de la torre más deseada, la atalaya más seguida, fotografiada e indicadora de sequías y de la progresiva acumulación de la esperada agua primaveral. Según alguna investigación confirmaba, la iglesia de Sant Romà de Sau es la más antigua del mundo que aún se conserva de pie sumergida en un pantano (excepto si hay sequía, controlada en este caso por las masas visitantes). Y es la que está a mayor profundidad: 23 metros. Construida en 1061, lleva más de 50 años sumergida si el agua lo favorece. Toda una atracción turística, siempre con el móvil a punto. 

Ante tanta agua alguien pedía - con cierta sorna - que una parte del pantano de Sau fuera trasvasada urgentemente a esa población cercana a Terrassa, con 1.342 piscinas censadas para sus 9.815 habitantes (censo de 2024): ¿cuántas piscinas por habitante o al revés?. Según noticia de TV3 algunas viviendas tenían problemas con el agua de boca por culpa del llenado de tantas piscinas. En fin… Buen tema este… Sin comentarios. 


Tributos


En aquellas épocas los tributos, diezmos y otras prebendas -más obligatorias que voluntarias- era habituales. En esta etapa del GR algún personal andarín y muy esforzado también tuvo que tributar pero de forma: involuntaria y lesiva. Al acabar un sujeto manifestó con orgullo: “He dado la cara por GRMANIA” señalando las pruebas en su rostro, Cayó de frente y dio con su cara en el suelo. La marca vertical y alargada ya es una muesca más en su brillante hoja de servicios. También hubo quien cayó por un desmayo o “pájara” y quien una rama le  “acarició” la cabeza en un roce de ida y vuelta, con otra muesca que le honra. Todas estas tribulaciones fueron en acto de servicio. 

Después del  final de etapa en Saant Romà de Sau, pantano de Sau y Parador de Vic-Sau (cerrado por obras), la vuelta recaló de nuevo en el bar El Pavelló de Artés. Ya como si fuéramos de la casa o clientes VIP.

Y, como colofón de la actual temporada 2024-2025 por el GR 151 Abat Oliba, un tributo personal a un líder austero de Uruguay y creíble por predicar con el ejemplo personal, el cual nos dejó hace poco. Alguien inolvidable por su vida, implicaciones, acciones, polémicas y tantos mensajes como nos ha regalado a modo de  herencia. Por ejemplo este:



“Es bueno vivir como se piensa porque de lo contrario pensarás como vives”

            José “Pepe” Mujica (Montevideo 1935-2025)




Evaristo

25/05/2025




























 


domingo, 4 de mayo de 2025

Etapa 4 del GR 151-Abat Oliba entre L'Estany y Vic

 Ante el efecto dominó, meteorología favorable


¿Cuántos astros se han de alinear en el firmamento para que las previsiones meteorológicas nos  sean favorables a todos? Si actualizamos la frase, hoy los astros estarían en los programas de TV que prevén el tiempo casi a una semana vista y en las aplicaciones de móvil que dicen que detectan el paso de las nubes y/o pueden predecir aguas y otros fenómenos meteorológicos (acertar es otra cuestión, y si no te gusta una elige otra). Basta que salten las alarmas sobre la tan necesaria lluvia como para que la salud personal se priorice ante posibles mojaduras exteriores (las interiores con la jarra en la mano son de otro calibre y al final de la etapa). ¡Ojo avizor a las encuestas de si iré o me borro! El efecto dominó podría atacar a la economía grupal, hasta reducir la cuenta de resultados tanto como la actual del Tesla de Elon Musk  hoy. En todo caso, ¡sírvanse ustedes mismos y a su salud! 

No faltaba la acumulación de reservas energéticas entre un amplio colectivo que peregrinó al norte peninsular. Mirar y patear aquellas recortadas, agrestes y verdes costas pareció ser un ejercicio de contención gastronómica para no dejarse llevar del todo ante enormes raciones en platos rebosantes. “Ese cachopo me sabe a poco”, no se debió escuchar y sí ponme las sobras en un tupper que me las llevo. 



Inicios


Ante el panel luminoso de una parada de autobús urbano, donde se repetía  en bucle “Pantalla sense informació, perdonin les molèsties”, alguien destapó tamaño contrasentido municipal a aquellas horas: informar sin informar (un arte muy extendido en la vida diaria). Debía ser una estrategia más del hablar sin decir nada, generar contenidos sin aportar nada nuevo o bien ocupar un cargo sin tener ni idea. 

No obstante,  también hubo quien fue más práctico y, a la del alba sería, trazó una posible hoja de ruta para una utópica etapa que alguna vez habría que practicar, en grupo o en privado: autocar + esmorzar de forquilla en un lugar selecto + paseo llano para disimular + comida con cuchillo y tenedor en otro espacio bajo cubierto + siesta o cabeceo de regreso, quizá con cierta parada urinaria o para tomar algún digestivo. Buen plan, ¿no? Que no falten ideas. 

Mientras, para quienes en el grupo  dejaron su paciencia y  gargantas en las artes educativas, se comentaba que en el mundo ahora faltan 44 millones de docentes. Por tanto, trabajo en la enseñanza hay. Muestras diarias de esta imperiosa necesidad se observan  a menudo en conductas diversas: “Por sus hechos los conoceréis”. 

Con estos prolegómenos tan variados, las brumas que desdibujaban Montserrat parecían protegerla para el recuperado paseíllo exterior del día siguiente (27 de abril), su santo día. Después de las multitudes en Roma  vienen estas locales. Todo en un entorno primaveral, campos verdes y amarillos  y nieve aún en las perspectivas pirenaicas. Sobre ese color tan abundante, la leyenda dice que va asociado a la mala suerte en teatro. De ahí que el amarillo  lo desechen actores y actrices que se suben a un escenario. A lo largo de esta etapa lo disfrutamos y hablamos de la olorosa y visual planta que inunda Instagram más fotos en los informativos meteorológicos de televisión. Más adelante, compartimos información.



Controles


El equipo gestor tenía muy controlada la meteorología y los tracks, sabía dónde podría gotear y dónde no durante el recorrido. Y acertaron de pleno en el reparto de “las cuatro gotas” previstas. 

En el punto de inicio de la etapa, L’Estany, asamblea espontánea comandada por alguien que, con voz enérgica y clara,  ratificó que, como había sido maestro toda la vida, tenía mucha experiencia en dejar los puntos claros y muy bien razonados antes de pisar el terreno mojado: dónde y cuándo podría llover. En resumen: personas escuchantes  deducían que caerían cuatro contadas gotas. 

Nuevas gentes allí presentes se percataron del alto nivel organizativo, a lo que hubo quien les situó con los pies en tierra: el ejército de Pancho Villa también funcionaba, aquel que se nombraba como  sinónimo de “aficionados, mal pertrechados y peor disciplinados”. Aquí se lleva años mejorando con creces y con éxitos tras 29 años pateando GRs.



Humedades


Después del Camino del Norte durante la primera parte de la Semana Santa (con humedades costeras cantábricas, lluvias, sidras y demás líquidos), insistamos: el destacamento desplazado allí se reincorporó al GR 151- Abat Oliba con las pilas y otras zonas muy recargadas, además de las posteriores celebraciones con “monas” y demás añadidos. 

La etapa 4, entre L’Estany y Vic (+/-20 km), se convertía en más amable con la subdivisión entre L’Estany y Santa Eulàlia de Riuprimer (13 Km), punto este señalado para retirada total en caso de que  las cuatro gotas fueran algunas  más,  o  torrenciales,  pero muchas menos que DANAS-Mazón. Los letreros indicativos verticales insistían en aquella población (cuyo antiguo apodo explicaremos más adelante) y en Vic, aunque faltaran más señales a pie de tierra en un camino y sendero sin apenas pérdidas. 

De entrada, cruce de la C-59 hasta encontrar indicaciones del Camí Oliba, donde se intersecciona  con el Pedró de Pontarró. Pistas de tierra, a veces cimentadas, atravesar el Pla de la Carrera, a la derecha el Mas de la Carrera y, cerca, la Font de la Canaleta. Pronto, intersección en forma de cruz (Creu de la Vall). Cerca, paso por la Font de Puig-carbó y la masía que hoy casi es una balsa de agua, el Mas de Puigcarbó. Más allá, la Bassa dels Bombers a la derecha por aquello de reserva de agua ante posibles incendios. 

El pelotón delantero que abría paso solo dudó dos veces para saber la dirección correcta. ¿Motivo?: por enfrascarse en sesudas y documentadas conversaciones sobre dos políticos que no merecerían tanta atención. Despistes ocasionales, efectos colaterales que se suman a los producidos por tan impresentable personal.

El grupo, estirado por una pista fácil,  iba sorteando nubes sospechosas que parecían dar tregua. Todo en orden hasta que, en un punto, cayó la primera gota de las cuatro previstas. Alguien se cubrió con un chubasquero que solo le sirvió para airearlo y devolverlo pronto  a su sitio. Entre bosques tupidos con pinos, robles, encinas y un sotobosque espeso, algún vehículo perturbaba la tranquilidad sonora con sus  tubos de escape cantarines e imperiosa  necesidad de paso.



Amarillos


Después de la parada alimenticia, el paso cerca de la masía Molí de la Roca, carretera BV-4317, mostraba la vida agrícola y el amarillo asomaba al lado. La colza florecida perfumaba el ambiente con su olor profundo y lleno de sensaciones. A veces las granjas activas con cerdos luchaban con sus esencias olorosas y se superponían a aquel olor floral inicial. Más allá, paso sobre la riera de Muntanyola.

El grupo delantero abrió un debate tipo ingeniería agrícola que busca rentabilidad al terreno. ¿Por qué desde hace unos años abunda tanto el cultivo de la colza? Pasábamos página a aquella contaminación general que hubo hace años por la adulteración y venta de partidas de este aceite, con muchas muertes humanas. 

Quien antes de la etapa había consultado webs específicas compartió conocimientos ajenos elaborados por  gentes versadas: el precio de la cosecha de sus vainas es muy superior al trigo, al ser invernal permite la rotación de cultivos con otros cereales o siembras, se accede a subvenciones europeas vía PAC, controla las malas hierbas, mejora la calidad del suelo con sus raíces profundas (lo airea y reduce la erosión), su floración es escalonada y protege el cultivo de las heladas primaverales ya que si una parte se helara después salen otras flores, su aceite se usa en muchas industrias (alimentaria, cosmética, maquinaria, para el biodiésel, forraje, los residuos de la obtención del aceite son un pienso animal, etc). Dicen que es “ el todoterreno de las materias primas, de los cultivos de plantas domésticas”. Y las abejas la usan para la producción de miel, con la imperiosa necesidad de que haya más abejas en el mundo. No siendo que haya que fabricar abejorros polinizadores, como hacen en granjas/fábricas/laboratorios de Granada y Almería para usarlos en los invernaderos del gran mar de plástico.

Por tanto, ese amarillo Instagram-TikTok sirve para algo más, aparte de recordar otros tiempos pasados con connotaciones diversas. 



Tejos


Como que el tiempo también se estiraba, igual que el camino, alguien mencionó en broma la expresión “tirar los tejos”. No es que se insinuara o se  notara en el ambiente, aunque nunca se sabe si entre presentes o ausentes pudiera circular alguna hormona compartida. El furor entre el personal sénior dicen que  también cotiza al alza hoy en algunos mercados de relaciones humanas y amorosas. 

Se habló de su origen y de posibles significados. Mientras se caminaba entre altas colzas embriagadoras, los discos duros cerebrales le daban vueltas a la frase hecha. Para aprender y rentabilizar  el tedio de la etapa, resumamos posibilidades,  consultadas después a fuentes expertas, por si alguien “tira o tirará los tejos” a alguien. Nunca es tarde:

  1. La frase puede surgir de un antiguo juego gallego llamado “el tejo”: se tiraba una piedra o un trozo de teja contra un palo de madera clavado en el suelo. Había que derribarlo. Cuando a algún  joven le gustaba una joven cercana, el gañán tiraba el tejo al lado de la chica. Con la excusa de recogerlo, se le insinuaba. 
  2. Aunque el tejo es tóxico y muy venerado por muchas culturas, sus bayas no.  Se dice que en la noche de San Juan, sobre todo en Galicia y norte de León,  los jóvenes tiraban las bayas sobre las puertas de las chicas que les gustaban. Hoy aplicaciones como Meetic, Tinder, Grinder, Badoo, Bumble, Onlyfans y otras lo facilitan casi todo. 
  3. En la cultura celta se decía que las mujeres entregaban ramas de tejo a los maridos elegidos, como símbolo de buena voluntad. O eran ellos los que colgaban las ramas en la puerta de ellas. 
  4. En todo caso, no confundamos el tejo común o tejo negro (“teix” en catalán) con flirteos varios.



Felicidades


Entre plantas de colza y sus olores, tirar los tejos podía surgir como efecto primaveral. Un sendero aproximaba al personal a la masía Alberg de Baix. La granja de cerdos de al lado eliminó el aroma de la colza y transformó el perfume del ambiente con otras esencias animales. Ya cerca, Santa Eulàlia de Riuprimer, una población en donde nace el río Mèder. Dada la alta contaminación de sus aguas, se la llamaba “Santa Eulàlia del Mèder”. Ahora el río Mèder en esta población de 1.055 habitantes  también se denomina “riera de Santa Eulàlia” y la riera cercana de Muntanyola, “el rieral”. Según el ayuntamiento, este es un pueblo con una alta calidad de vida, ideal para aquella gente que  no sabe adaptarse a la vida y costumbres de la ciudad y prefiere la tranquilidad del mundo rural, con cabalgata de Reyes, pesebre viviente, caramelles, aplec de Sant Sebastià, premis literaris pacte de Sant Sebastià,  festa del segar i el Batre, marxa dels Vigatans, Riuprimer Gas i Rocs, rutas de BTT,  entre otras actividades. 

Por aquel entorno, un viejo tractor amarillo (¿emparentado con aquella famosa y antigua canción con el mismo nombre?)  quedó situado al lado del camino, como monumento agrario que representó un enorme avance para la agricultura. Además, sirvió para comparar los adelantos técnicos de aquellos inicios con estas actualidades en el lugar de la comida, en la feria agrícola de Artès, ya de vuelta en autocar.

La iglesia de Sant Martí de Sentfores se situaba entre perspectivas de paisajes amarillentos y verdosos que anunciaban la Plana de Vic a lo lejos. Pertenecía al municipio que se llama Sentfores pero que se le conoce popularmente como La Guixa, en el valle del río Mèder, que se seguirá hasta Vic. 

En un ambiente tan bucólico, a las vacas y a los cerdos se le sumaron granjas de gallinas que correteaban por los entornos, cercados. “Gallinas felices” las bautizó alguien. Era fácil juntarlas por paseantes que les facilitaran un puñado de hierba del camino,  cortada con la mano. Como no podía faltar, anuncio de “La Riera, casa de turismo rural, venta directa de productos ecológicos, pollos, huevos y conejos”. Una casa con 500 años de antigüedad, a 4 km de Vic, rodeada por otras masías y granjas. 

Pronto, la carretera BV-1416 y el sendero que introducía al caminante por los márgenes del río Mèder. Letreros indicativos del espacio natural



Renaturalizaciones


La cuarta de las gotas previstas en el inicio de la etapa comenzó a caer por los entornos del río Mèder a quien iba adelante en el recorrido entero. Se iban cumpliendo los pronósticos y el entramado de carreteras exteriores de Vic asomaba ya. Carteles alusivos anunciaban recorridos ambientales y actuaciones diversas.  Este río es un afluente del río Gurri, que a su vez desemboca en el  río Ter. Seguíamos al Mèder desde su nacimiento en Santa Eulàlia de…, con 14,5 km de longitud. El ayuntamiento de Vic inició el proyecto para renaturalizar el Gurri y el Mèder, con una actuación especial e inicial ya en 2012 para prevenir crecidas. Luego se le sumaron otras hasta convertirlos en lo que debían haber sido. 

A la cuarta gota se le añadieron más cuando el resto del grupo se acercaba al autocar, en los alrededores de Vic, punto final de la etapa. Por tanto, meteorología favorable durante todo el recorrido, tal como adelantó el maestro en su ceremonia asamblearia inicial. Acierto pleno. 



PostSantJordi


La intensa lluvia se contemplaba a cubierto, desde el autocar hacia Artès. El bar Pavelló acogió al grupo por segunda vez, con una feria agrícola a modo de presentación. De aquel tractor amarillo se pasó a contemplar un último modelo de una marca italiana cuyo dueño es un gran conglomerado automovilístico, dentro del cual hay marcas de coches muy conocidas, cosechadoras, camiones, etc. Evitemos publicidad gratis. Si el dueño del amarillo viera este y sus 250.000 euros de precio final, pues no se sabe su alucinación ante tanta tecnología y ayudas al trabajo en el campo. Quizá la misma que nosotros en muchos procesos contrarios, memoria histórica por la que somos lo que somos. 

Y seguimos siendo porque el comer y el beber en grupo no puede faltar. El ya citado bar Pavelló demostró amabilidad. acogida, buen servicio y atenciones. Onomásticas y celebraciones sorpresa de una persona del grupo, rondallas para quien “el cavaller Jordi i companyia”  le inspira también una de sus historias orales, sorteo de libros y, bolígrafo en mano, nuestro gran poeta Pedro Puerma Barrio aprovechaba la oportunidad para estampar una dedicatoria a su último poemario: “Entre el AIRE y la ESPUMA” (disponible en Amazon). 

¿Qué más se le podía pedir a una jornada como la del 26 de abril?




Ya que hablamos de autores, libros y de una etapa con final en Vic, mencionar la novela de Miquel Llor que la situó hace años en Osona y en una población que llamó Comarquinal, para evitar la mención a Vic. El libro: “Laura a la ciutat dels Sants”, editado y prohibida su venta en el mismo año:  1930. Con una historia interesante en un entorno donde ahora dicen que ya no hay santos y sí mucha población de diversas nacionalidades que quiere convivir en paz, a pesar de los grupúsculos de siempre que pretenden otros efectos dominó. 

He aquí una frase del autor que podría servir también para cuando abandonas Vic en autocar, en medio de la lluvia primaveral y en un mediodía gris:  


“¡La niebla! Va cayendo, espesa, gris, negra; abriga la llanura otoñal y dormida en la noche”.

Miquel Llor.




Evaristo

04/05/2025