domingo, 28 de noviembre de 2021

Etapa circular en los entornos de Campdevànol (El Ripollès, Girona)

 ¿Dónde están el ser y el saber en ruta?

 


Si esta crónica comenzase por el final de la etapa, la contagiosa felicidad volvería a emerger en todos los rostros, sonrientes, plenos y muy gozosos también por los productos consumidos. La felicitación (agasajos incluidos) por el próximo cumpleaños de una GRmana fue precedida por el reencuentro con seres humanos perdidos que caminaban a su aire , libre albedrío y condición  y por el orgullo de quien tiene vástagos que aparecen en papeles  terrassenses– en un medio con  una curiosa denominación- como protagonistas fotografiados y ya como jóvenes opinadores de hechos históricos que exigen un alto rigor, sobre todo para enfocar responsabilidades no solo en una dirección. Una labor compleja si se pretenden conocer a fondo todos los puntos de vista, que haverlos haylosen todo suceso histórico, como por ejemplo el que nos ocupa. 

¿Quien titula para llamar la atención ha de incitar para  ir siempre en contra de algo o de alguien? ¿Quien entrevista  ha de inducir  respuestas quizá esperadas a preguntas  para que le den hecho el titular? Y más cuando la entrevista estaba llena de guiños muy interesantes y humanos. 

Vivimos en un estado de opinión continua  y desenfrenada, a viva voz o en redes sociales; con el predominio de  tendencias, fugaces o no, alimentadas sin parar,  con el “mientras tanto”,  el “sí pero no” o al revés. Y todo depende del color del cristal con el que se mire. 

Felicitaciones por el primer paso para ser mediático y por el orgullo no contenido y sí compartido de la familia.

 De esto, de la imprescindible libertad de expresión, de pilluelos de altos vuelos y voltajes, de viejos, de sistemas polémicos, aguas, baños y de “la canallesca” trataremos a continuación. 

 

Historias

 

Con una muy luminosa y espectacular luna llena,  en un día -20N- en que después descubriríamos que un político asistió a una misa de aniversario de un difunto dice él que sin saberlo, con el autocar más repleto que la vez anterior, con el silencio se duermepresente, con convalecientes ausentes por achaques diversos y otros quizá aún con miedo a contagios y otros menesteres relacionados con poner  el pellejo a salvo, las cortinas de niebla entre el Bages y Osona se disiparon al entrar en el Ripollès, con el Ter como arteria fluvial paralela a la carretera que nos acercaría a Campdevànol, una localidad a 738 metros de altura, salvada en un vehículo que, al llegar  al camping Pirinenc,a 1,5 km de esta población, por la carretera hacia Gombrèn, se detuvo casi al girar una curva, con evidente peligro y posible multa.  

Una población con industrias del metal que sufrieron reconversiones y crisis, posteriores a las casi desaparecidas empresas textiles en los márgenes del Ter: con una agenda de festividades, tradiciones y cultura popular variada. Cerca, en la Vall de Ribes, hay instalada una pujante y  famosa planta embotelladora de una conocida marca de agua, al parecer dicen que con supuestas  historias rocambolescas de pasados financieros polémicos y no demasiado publicitados. La trama después se vendió como políticamente muy adecuada para grandilocuentes objetivos  por personajes variopintos de alta relevancia. Bancos de rimbombantes nombres, estraperlos, pillajes, astucias, fusiones, crisis, rescates millonarios y honorabilidad a prueba de misa dominical en primera fila y tortell de postre al mediodía,   si no fuera por…

 

Aguas

 

El camino comenzó con el recuerdo del Camí Ral Ramadery del Camí Ral de Campdevànol a Gombrèn. Un antiguo camino que unía Ripoll con La Pobla de Lillet. Durante años era la vía de comunicación más importante de la zona antes de la construcción de las carreteras. Y ¡ojo! Se convirtió en Real cuando el rey Carlos III, a finales del siglo XVII, promulgó una orden que le dio tal título. Así se garantizaba el derecho al libre paso y el uso público del camino, sin peajes ni privilegios de propietarios. Caminos libres para el pueblo. Este rey quizá fuera el mismo de Sant Carles de la Ràpita, población que, después de una reciente y curiosa votación que pasará a los anales de la democracia, algunos de sus mandatarios municipales han decidido podarle el nombre real y dejarle el resto, a pesar de los pesares democráticos. 

Por esta zona se dice que también cabalgaba el caballo en llamas del Comte Arnau, con museo en Gombrèn. Tierras de condes y abades, dominios del Monasterio de Santa Maria de Ripoll Ripoll. Rutas de la trashumancia, Montgrony y una curiosidad: esta carretera tiene tantas curvas como días del año: 365. Fue uno de los tramos de los rallys de coches hace años.

Otras aguas nos esperaban. De Semana Santa a noviembre, acceso regulado previo pago y reserva. El motivo del cobro: lo llaman ecotasa. Puede que el término más completo corresponda a nuevos saberes y realidades:  a un actual y muy desgraciado nuevo concepto, bautizado como Basuraleza. Aglomeraciones estivales, campings, basuras y otros restos, industrias turísticas, masificaciones con atuendos y pertrechos estivales. Pero ahora no. La temperatura alejaba a quienes se acercaban en verano al paraje denominado Ruta dels 7 gorgs del torrent de La Cabana. Hubo quien recordaba cuando hace años la familia  venía a bañarse aquí desde Bruguera. 

El personal fue ascendiendo, entrando y saliendo por la ruta señalizada hacia la Cabana (acceso más difícil), la Tosca (fácil llegada), l’Olla (pequeño gorg), la Bauma (con cascada de altura, acceso difícil). El Forat (vegetación), Petit Colomer (completo, un poco de todo), gran Colomer (cascada de 15 metros, el más visitado. Se nota por chiringuito a propósito, gran aparcamiento y zona de picnic y sesteo plácido). Más saberes: las ganas de aprender y compartir se alimentaron con el reto de la traducción de la palabra “gorg” al castellano: entre otras, se citó cascada, salto y se pasó por alto el segundo concepto de  la acepción de la RAE: gorga. El saber no ocupa lugar. En GRMANIA, nunca. 

Tanto gorg seguido provocó cierto desgaste energético en una zona sombría, líquida y fresca. Se ansiaba el sol. Para ello, escalada a los altos. Nuestro experto en riscos y pérdidas  por libre total  encontró diversos “comedores” al aire libre, diferentes a las terrazas urbanas. En diversos planos se preparaban los cuerpos para la posterior división en dos grupos y la vista en el destino final: una  terraza de las de bar, con abrevadero artificial en el núcleo de Campedvánol, cerca del hospital comarcal.

 

Viajes

 

Un placer que, mientras se caminaba en grata compañía, también se viaje a lugares diversos y a otras experiencias vividas por cuerpos y mentes ajenas  de activos seres en la tarde de la vida. Rutas ciclistas, variados caminos de Santiago o similares en todas las direcciones posibles, paseos por comarcas de provincias casi olvidadas, repetición de pulpos jacobeos  en casa Ezequiel  de Melide. Como el personal casi no pone límites a sus retos, sus impulsos les llevan a variedades viajeras, algunas con acumulaciones de crisoles de terceras o cuartas  edades en espacios metálicos acotados por las aguas marinas. Por ejemplo, los cruceros. 

¡Qué oportunidad para revivir con socarronería y espíritu crítico en carne propia  tanta variedad humana, tan internacional y junta por aguas del Mediterráneo y Atlántico! Con personas que, mientras otras gentes intentaban mover el esqueleto, comer lo que pudieran y encontraaran aunque no debieran, asistir a sesiones para intentar doblar la bisagra del espinazo con músicas diversas y deambular por cubierta, se dedicaba a profundizar en los derechos laborales de trabajadores de diversas nacionalidades, preguntándoles por vidas tan duras y alejadas de los suyos más de ocho meses al año. Los no derechos, allí presentes. Se desconoce si tramitó el informe pertinente a la Organización Internacional del Trabajo (¡tendrán tantos parecidos!). 

A ritmo de colegiales, con mozos de seguridad como armarios para conducir a cuerpos gastados por la edad, con amenazas COVID por doquier para no salirse del redil, excursiones superprogramadas y caras, elevados precios del alcohol para evitar en lo posible tentaciones incompatibles con las pastillas, y hasta con ganas de más saberes cuando atracan en la costa: ahora, al pisar tierra firme, en vez de preguntar por la catedral de turno se pide localización de estatuas mediáticas de famosos de moda para selfies con postureos casi imposibles, por ejemplo amarrados al pétreo y  musculoso Cristiano Ronaldo en Madeira. La cultura no tiene límites. Más saberes: el crucero con varios miles de personas mayores se movía por los entornos de La Macaronesia. Menos mal los enlaces anteriores. Internet y la Wikipedia nos permiten liberar el disco duro de la memoria y recuperarlo o aumentarlo a golpe del dedo, y más cuando tardas más de dos días en acordarte de algo en un momento dado. Google es imprescindible. 

 

 

Viejos

 

(Grupo A). Mientras ascendíamos por caminos marcados por excrementos de vacas y otros animales, diversas señales de dispositivos digitales  fluían en un ir y venir de marcas que conseguían también avances y retrocesos. O sea, situarse en la dirección correcta a base del efecto prueba-ensayo-error-certeza.  Por en medio de bosques de pinos, mientras se ganaba altura. El horizonte permitía composiciones con una perspectiva iluminada por la lejana nieves, por tonos ocres y verdes del valle con casas y animales y la paleta de colores del otoño, más cercana a nuestra visión. Una estación que en algunas zonas asturianas aciertan con el nombre:  el tardío. Todo muy bien captado por variados objetivos digitales. El Torreneulas y  el Balandrau estaban bien acompañados por otros picos nevados, mientras el Taga aún esperaba las primeras capas blancas. Un buen momento para recordar el accidente ocurrido el 30 de diciembre de 2000 por el viento torb en el Balandrau (2585 metros), con la muerte de nueve experimentados esquiadores, aquí y en la Val d’Aran. Todo muy bien mostrado  en un documental espectacular e impresionante  emitido por TV3 y que se puede volver a ver aquí: Balandrau, infern glaçat

En medio de  tamaños y alturas diferentes de árboles, volvieron a aparecer saberes para compartir. Hay bosques viejos que son comprados por algunos ayuntamientos y entidades para conservarlos. Árboles ya antiguos, con formas diversas ya en la decrepitud, aún con vida aunque parezcan desgastados. Especies para ver, conservar, aprender y admirar como un paisaje de gran interés para comparar las etapas en los árboles y extraer conclusiones de los efectos de paso del tiempo en la naturaleza. Podríamos trasladar las experiencia arbóreas a humanos que ya nos situamos en estas edades.

 

 

Baños

 

Después de muchos años pateando bosques quizá no nos hemos parado a pensar en una moda actual que sus efectos se pierden en los tiempos. A menudo notamos bienestar en los paseos y caminatas entre árboles, cuando huimos del asfalto y de los confinamientos (voluntarios u obligados) para buscar cobijo en seres vivos que actúan como nuestro paraguas de altura. Durante la ruta GRmana, la sabiduría fue una constante. 

Quizá la palabra japonesa  Shirin-yoku (significado literal: absorber la atmósfera del bosque)  nos es extraña pero seguro que sus efectos nos son conocidos por experiencia propia de muchos años: son los baños de bosque. Los ofertan hoy como experiencias reparadoras para urbanitas y a buen precio, envueltos en halos diversos y palabrería variada. 

No obstante, GRMANIA conoce sus efectos si hemos notado que los paseos conscientes y relajados por los bosques nos producen estos cinco efectos: reducen el estrés, disminuyen la tensión arterial, alivian el dolor, estimulan la inmunidad y mejoran el sueño, tanto su calidad como su duración. Claro, depende de los kilómetros, los lugares y otras circunstancias. Ya hay mucha literatura publicada, negocio y  consejos, incluidas recomendaciones en cuatro pasosy con té también. Por tanto, a pesar de baños en gorgs, aguas, mares y cataratas, también hay otros baños posibles.

 

 

Orientaciones

 

Una cuerda, pocas señales y la orientación masculina y femenina de dos personas del grupo sirvió para orientarse en el rumbo descendente hacia Campdevànol, mientras los teléfonos agotaban sus baterías y las periódicas esperas del grupo intentaban encontrar a ese ser humano que, una vez más, campó libremente a sus anchas  por zonas boscosas desconocidas. Había gran preocupación por identificar sus movimientos en los mapas digitales, hablar con él y, todos, llegar al destino final, el bar El Tutde Campdevànol. Gracias al trabajo orientador  y a esa intuición femenina que a veces pasa a segundo lugar pero que es imprescindible siempre, poco a poco, entre zarzas, desbroces, cuerdas, marras divisorias de propiedades y hermosas vistas del valle, se consiguió llegar al camino cercano a la carretera. Pero no todo estaba conseguido. 

Antes de rematar la ruta hubo intentos de pedir ayuda y rescate al autocar e invasión de una propiedad buscando un puente, que estaba más abajo, para enfocar el destino final. Retroceso e inicio del camino final, paralelo al río, la carretera de Gombren y naves industriales. 

De pronto se escuchó atrás un tumulto con orientaciones políticas. Al parecer, monárquicos confesos estaban en contra de interpretaciones de republicanos acérrimos sobre hazañas corruptas de pilluelos reales y su representatividad en medio de la evidente y vergonzosa corrupción, con amenazas del vuelve a casa por Navidad. Todo acabó bien aunque el rugido real volvió a aparecer cuando, ya en el bar, el ser humano descarriado y perdido parafraseó a la citada realeza con aquello del “lo siento no volverá a ocurrir”. 

 

 

Celebraciones

 

En la terraza del bar El Tut, con gente ya comida y con quienes llegaban y debían esperar al autocar que estaba en Ripoll, el ser libre y muy sudado se refugiaba en el interior (se supone que solo por motivos de salud) mientras mucho personal empezó a paladear las delicias del chocolate que no se vende en verano por el calor y la imagen y esos licores  denominación de origen: la ratafía y el moscatel, además de otras viandas. Un buen momento aprovechado por nuestro guía espiritual para transformarse en guía político y  difundir el artículo, que no ocultaba una interpretación sobre culpables en el Sahara. Todo quedaba en casa.

Hace años en algunos círculos, a cierta prensa se la llamaba la canallescapor sus argucias para provocar preguntas que originaban los titulares que le interesaban a la ideología del medio, por saber beber del “pesebre” que los alimentaba vía subvenciones oficiales, y por la curiosa forma de entender una falsa  profesionalidad de quienes  descreditaban una honrosa y necesaria profesión. ¿Aún pasa eso hoy? La respuesta es libre. En todo caso, éxitos al joven saharaui y el sincero reconocimiento a una familia que se ha implicado en una gran labor humana y doble desde hace años. Todo un ejemplo.

 

Como cierre, ya que hemos hablado de saberes, recuerdos y hechos variados, nuestro homenaje a una gran escritora que supo narrar con maestría y emocionarnos con historias de perdedores:

 

“La ausencia es una forma de invierno”, frase del poeta Luis García Montero a su mujer, Almudena Grandes, fallecida ayer.

 

Evaristo

28/11/2021