viernes, 2 de diciembre de 2005

GR-1, 23 de mayo de 2005: primera etapa, de Corça al Congost de Montrebei

Primera etapa del GR 1 : de Corça al congost de Mont-rebei

“Colgados” con el Montsec


GRmanos y GRmanas,

Empezar un nuevo sendero supone para este grupo dar un paso adelante, enfrentarse con un nuevo proyecto aunque al final, lo acabemos o no, lo más importante es parafrasear aquellos cantados versos de Cavafis que también podemos hacer nuestros: el camino será largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias, el GR en el pensamiento, nuestra llegada es nuestro destino. “Mas no apresures nunca el viaje / mejor que dure muchos años...” Y también, que no temamos a los cíclopes o al colérico Posidón, aunque en la primera etapa, quizá esos monstruos se personificaron en forma de pinzamiento o de inflamación de un nervio que en esta ocasión le afectó a nuestro valeroso Moisés particular, Pepe. Convaleciente en la típica litera propia de la tropa, ensayando continuas posturas, Pepe delegó sus poderes al Camarlengo Paco García, suponemos que con martillo incluido.
Nuestro jefe demostró un alto espíritu de sacrificio. Postrado en el lecho, no abandonó a sus huestes en una expedición propiciada por él para hacernos vivir las impresiones paisajísticas que a él aún no se le han borrado. La espalda le jugó una mala pasada, si bien creemos que pronto se incorporará al servicio andarín. Ánimos por parte nuestra no le faltarán, tiene una gran enfermera en casa y, en esta salida, contó con la eficaz y puntual ayuda de un médico que venía con nosotros también. Su efectivo diagnóstico y prescripción de los remedios fueron acertados, y Luis no quiso pero si le hubiera dedicado tiempo al grupo creemos que también podría haber profundizado en su especialidad médica y en la psique de GRMANIA. Es médico psiquiatra.
Nuestro bautismo en el Montsec estuvo precedido por distintas puertas de entrada, auténticos espectáculos visuales que eran como cortos fotogramas que nos avanzaban el documental final. De la llanura de comarcas como el Urgell, poco a poco la carretera se adentraba en tierras interiores en las que el agua se dejaba ver. Camarasa, uno de los pueblos con mayores temperaturas de Cataluña, da nombre a un pantano con una serpenteante carretera, la cual, en su parte más estrecha una vez acabado el embalse, descubre un desfiladero que nos anticipó lo que vendría después. El Congost de Terradets nos limitaba la vista y nos encajonaba con sus verticales paredes aptas para atrevidos deportistas sin vértigo, amantes de permanecer colgados a merced de la seguridad que da una cuerda, un arnés y las vías abiertas. A continuación, un pantano sobre el río Noguera Pallaresa, cruce a la izquierda y un pueblo con dos denominaciones: La Guàrdia de Tremp en unos carteles y La Guàrdia de Noguera en otros. Lo que sí fue, un territorio fronterizo en aquellos tiempos en que aquí se separaba la parte musulmana de la cristiana. Un pueblo pequeño en el que está muy iluminada la iglesia pero no tiene bar, detalle captado muy rápidamente por nuestro personal especializado en cervezas y cafés.
En la parte alta del pueblo, el albergue, un curioso edificio fruto del diseño y de un cura de La Seu d’Urgell precoz que ya hace 15 años “olió” una subvención europea, la retuvo, se alió con personal experto y la justificó con la construcción del polideportivo municipal y de una piscina, dos edificios anexos al albergue (esta versión de los hechos proviene de fuentes cercanas al edificio, creíbles o no pero, visto lo visto, posible). El edifico estuvo 12 años cerrado hasta que se acabó, se abrió y es lo que es. Una de sus especialidades es el diseño de los cerrojos de las puertas que lo convierten casi en un bunker inexpugnable, parecido a los castillos de la zona. Buen estado de conservación, aire eclesiástico con crucifijo incluido, completas instalaciones y muy especializado en lo que ya se debía ser patrimonio nacional catalán, como es la “comida con denominación de origen de albergues, casas de colonias y sucedáneos”. Sus cocineros la respetaron muy bien y GRMANIA da fe de ello, acta que hará llegar al Consejo Regulador de tal denominación de origen.
Tema aparte fue ese aire de casa de colonias que se respiraba por la noche. Como casi siempre pasa, hay habitaciones con un correcto funcionamiento nocturno, mientras otras son díscolas y no paran de alterar el “respeten el descanso de los vecinos”. En una coincidieron sólidos matrimonios con cierta cuadrilla de personal soltero con aire postadolescente cuando ven las estrellas y la luna llena les ilumina sus literas. Que si risas, que si te hago un masaje, si el pijama corto tiene flores o transparenta, incluso se oyeron propuestas de juegos nocturnos que parece ser que se llevaron a la práctica. Micrófonos ocultos captaron el inicio del juego al “Veo veo”. Mientras alguien entonaba el veo, veo ¿qué ves?, una dama respondía “Veo la pata de Ginés”. Eso era lo escuchado, sin entrar en detalles de simbolismo sobre la famosa pata y posteriores consecuencias. Después se volvía a si te doy un masaje, risas muy sugerentes, etc, etc. Con tanta lascivia encubierta hubo algún marido bien casado que sus instintos casi le traicionaron, le llevaron a intentar un acercamiento a este ambiente, lo que al parecer originó ciertos pellizcos traseros de sus señoras, muy temerosas de tan desenfrenado ambiente. Y así sucedió cada noche, y todo porque nuestro Grmano Ginés se desplazó desde León a esta etapa. Ahora ya hemos descubierto tanto interés en que este grupo tenía para que viniera. Pero ya no abundaremos en más detalles, porque nuestros espías tuvieron que retirarse.
El sábado las 30 personas de la expedición hicieron esperar en Corçà al comando especialmente desplazado desde Terrassa para esta empresa, los Pacos (García y Troya). Total, 32 personas, unas de GRMANIA y otras incorporadas y bienvenidas al grupo de excursionistas avezados. Aunque el GR lo empezamos al revés, desde Corçà a Pont de Montañana, era el GR 1 y nos sorprendió con un cartel en el que, de entrada, nos amenazaban con que se cortaría el camino antes del destino final al que no llegamos por culpa del dios Cronos. Tuvimos que dar la vuelta pero cumpliendo antes más de 17 km andados. Ahora bien, ¡qué kilómetros!. El río abajo, nosotros arriba, el camino, árboles, sendas, el vértigo, buitres, aves de rapiña, paredes rocosas, escaladores colgados, senda y más senda con continuas subidas y bajadas hasta que acaba y aumenta el espectáculo. En medio de paredes de 500 metros de desnivel, el camino nuevo discurría por un angosto sendero esculpido en la roca, con un buen balcón al otro lado y el río muy al fondo. Todo un espectáculo, el mejor documental que te narcotizaba y quedabas “colgado” de Mont-Rebei, bien por la impresión de la naturaleza o por tu lucha contra el vértigo dándole la mano al cable clavado en la pared. Nos sentíamos acompañados por Pepe y lo imaginábamos en la cama rebobinando su cinta grabada durante el descubrimiento de este paraje años atrás. La naturaleza nos brinda cuadros naturales tan gigantescos que te sitúan en tu lugar: nosotros allí, en medio de aquellos farallones, somos una pequeñez insignificante en medio de tanta roca trabajada a lo largo de tantos siglos. Y encima nos creamos problemas y nos permitimos el lujo de complicarnos una vida que no es nada comparada con los siglos de estas paredes.
Ida y vuelta acompañados por emprendedores personas, algunas de bastante edad e ilusionadas con tamañas imágenes, quizá reviviendo aquella vez que más jóvenes también se extasiaron con esta maravilla. Por si fuera poco, Ana sorprendió al respetable con la ascensión a una cueva que ella conocía, situada aún más arriba de la senda. Muchas emociones acumuladas, nos imaginamos que las mismas de tantos escaladores que se balanceaban con aparente tranquilidad, hablaban a alturas más propias de grandes aves que de los más comunes de los mortales. Algunos sentíamos el vértigo ajeno, señal de miedos propios.
El paisaje era una cosa y el ritmo personal y grupal, otra. Los Grmanitos y Grmanitas que iban se comportaron como auténticos descendientes de los miembros actuales pero en versión joven. Causó impresión Pau, de seis años, un héroe que aguantó la ruta con gran valor. Pero estas etapas a veces también producen ciertos roces matrimoniales muy pasajeros, fruto del cansancio acumulado por tantas horas al sol.
El final de la etapa no fue el adecuado. Como animales de costumbres que somos, las prisas alteraron la sana costumbre que siempre nos recompensa al terminar. Mientras hubo personas afortunadas que mojaron el gaznate con la jarra cervecera que nos acredita, la mayoría volvió al albergue con la garganta seca y con la amenaza de lubricarla con un irreal plato de lentejas. Seamos sinceros, esto crea agresividad y así deben saberlo quienes acompañan a GRmanos y les notan más alterados. Y en especial cuando son sus mujeres. Es que faltaba algo casi imprescindible.
De vuelta al albergue, las legumbres se cambiaron por las típicas especialidades con denominación de origen y la sensación del deber cumplido dio paso al relax y a sucumbir en los brazos de Morfeo en forma de césped de piscina o de litera cuartelera. Hubo quienes mostraron sus dotes natatorias y se remojaron en la piscina municipal, hecha con algunas subvenciones cazadas no al vuelo.
La tarde se justificó con un paseo por la intercultural capital del Pallars Jussà, Tremp. Una zona con restos de dinosaurios en Isona, academia militar en Talarn, parque astronómico, muchos neorrurales que han rebajado la edad media de la población, más inmigrantes que se expanden por la comarca y la impregnan de nuevo colorido, costumbres ancestrales como la de l’hereu, polémica por la nueva estación de esquí de la Vall Fosca, parapente en Àger y la belleza de sus dos Congost: el de Terradets y el de Mont-rebei.
Las noches siempre acababan con una diseminación circular por tierra en torno al improvisado servicio de bar, tirados en el patio principal. El licor de bellota enervó los ánimos y sirvió para establecer comparaciones con la siguiente especialidad local, la ratafía, todo ello acompañado por los consabidos dulces, por si se nos ocurría perder alguna caloría en nuestras salidas intempestivas. Los cinturones, tirantes y demás elementos sostenedores de apéndices corporales siguieron apretando las mismas cantidades de masa ¿muscular?. El remate final, ya de madrugada, siempre lo cerraba la habitación de “las mujeres alegres” (interprétese que en medio, además de consolidados matrimonios, había un gallo casi leonés que enloquecía el gallinero)
El último día de estancia, el domingo, se dedicó a la profundización en la historia local, al conocimiento de los últimos reductos de la línea divisoria de la parte cristiana (la nuestra, faltaría más) con la musulmana y a la puesta en marcha de próximas comisiones, cada una de las cuales deriva en nuevos proyectos para GRMANIA. Ascendimos por una empinada cuesta a las proximidades de las ruinas del castillo de Miravet pero nos decantamos por el bien conservado castillo de Mur. En medio de ambos, un refugio bien pertrechado, abierto a excursionistas, con un reloj de sol de 1772 y, al lado la inscripción “Jo sense sol i tu sense fe no valem res”, con el nombre de un tal D. Félix al lado (seguro que católico, apostólico y romano). Un área de recreo y el famoso incitador de una nueva especialidad, la interpretación apócrifa de la historia. Los cultivadores de estas artes fueron unos despiertos GRmanos al mando de Ginés. Todos juntos despejaron incógnitas aún no investigadas en ninguna colección de fascículos semanales: qué eran las cruzadas, porqué había cocodrilos en los castillos, cómo el cinturón de castidad sucumbió con el invento del abrelatas, porqué las ventanas de los castillos son tan estrechas, cuál es la razón por la que los cuidadores de los cocodrilos tenían una pata de palo y su relación con el posterior invento del palillo, cómo se explica que hubiera tanta gente titulada que les dejaba exentos de la guerra, etc. Un auténtico pozo de ciencia, el principio de futuros estudios y posible series televisivas. Colgados por la historia, vaya.
El fin de semana también sirvió para madurar algunas propuestas que os transmitimos. Se sugiere poner en marcha nuevas comisiones que, resumidas las viejas y las próximas, serían las siguientes:
- La CODI: Comisión de Diplomas, al mando del sector femenino.
- La COME: Comisión de Medallas. Serviría para conceder una medalla anual sólo a quien efectúe actos heroicos no realizados para ganar este trofeo, sino para beneficio del grupo. Sería como un sucedáneo de la Creu de Sant Jordi, con el nombre de Gran Jarra de GRMANIA (no daría derecho a ninguna esquela institucional, como la de Sant Jordi). Podría quedar desierta si no se observan actos apropiados a tal condecoración.
- La COTRANS: Comisión para la Transparencia: recogería un equipo de investigación por si se detectan prácticas sospechosas para la obtención de la distintiva chatarra colgante y otros papeles condecorativos.
- La COINHA: Comisión para la Interpretación de la Historia Apócrifa, coordinada por Ginés desde León.
- Comisión para el trofeo MEPO: propuesta por Pepe debido a un momento de debilidad originado por su postración: Medalla Póstuma.
GRMANOS y GRAMANAS, hasta aquí la justificación tan productiva de una salida especial para el inicio del GR 1, unas jornadas de convivencia que dieron muchos más frutos de los esperados. Perdonad la extensión pero este escribiente la justifica sólo por querer ser notario de tanta calidad humana en medio de una paisaje aún no conquistado del todo por los “colgados” del dinero y de la especulación.
El GR 1 queda abierto y está ahí, con dificultades derivadas de trozos sin marcar pero, como decía Cavafis:
“Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte”.

Evaristo
Terrassa, 23 de mayo de 2005

Noticias:
- Sobre la comida del 18 de junio: próximamente os transmitiré un despacho inspirado en la comida del año pasado.
- Sobre San Juan en La Molina: en este albergue aseguran que preparan cena esa noche para quien quiera ir, que quien quiera se puede incorporar al día siguiente, que hay habitaciones libres decuatro personas y que de momento ya hay dos grupos que han reservado estancia. Como adjunto del ayudante del Diplomado de Albergues que soy, me han delegado la responsabilidad de coordinar esta salida. Sería cenar en el albergue, participar de los actos, al dia siguiente excursiones por el Cadí, el Carlit, balnearios franceses, pista de hielo en Puigcerdà, o sea, ya lo decidiremos. Quien esté interesado me lo debe decir PRONTO, EN ESTA SEMANA. Si alguien quiere ir después o aún no lo tiene claro, que llame él o ella al director, Adolf, diciendo que va con el grupo nuestro y que le reserve la estancia que mejor le vaya a sus intereses. Teléfono 972 892005. Yo he quedado de decirle esta semana la gente que piensa ir a cenar el 23)
- Sobre La Seu d’Urgell, el Diplomado os informará.

No hay comentarios: