29 de mayo, día histórico para el GR
La hora mágica del día en que hay etapa del GR se sitúa en torno a las siete de la mañana. Cada vez hay más personas que se adelantan a la hora prevista, colocan antes que nadie sus mochilas en el maletero, merodean en torno a la puerta de la diligencia y, a la mínima, se sitúan en su sitio de rigor. Esta táctica viene muy avalada por investigaciones sociológicas efectuadas entre unos profesionales de tercera generación: la mentalidad del club de jubilados, con su sitio asignado, responde a la necesidad de marcar territorio cuando el éxito desborda, apabulla y supera hasta a la alta comandancia. Por primera vez hubo más personas que plazas. Un oveerwoking espontáneo e imprevisto. Esto evento provocó una rápida intervención del Estado Mayor para solucionarlo. Al final, como no sabéis, había previsto un plan B que era que este cronista viajara en el portamaletas, como cualquier moreno subsahariano que quiere pasar a Europa y así, entre coscorrón y coscorrón, tuviera más vivencias que contaros en esta gacetilla para optar algún día a un premio a reportajes interculturales. No hizo falta. ¿Por qué se produjo este fenómeno? Que no nos muramos temporalmente de éxito, busquémosle posibles explicaciones: puede ser el efecto del anuncio de detergente. Que si una amiga de mi amiga me dijo que conocía a una chica que le había hablado de una gente que funcionaba como un centro excursionista paralelo en la sombra, sin NIF y sin papeles. O bien, que si es buena gente, no se enfadan, acogen a cualquiera y a lo mejor yo también puedo venir a probar mi físico y así afrontar otros retos. O bien, mi hijo así toma buenos referentes en la vida viendo a aguerridas personas cómo madrugan, se hacinan en un microbús, suben, bajan, sufren, sudan, se pierden, pagan, beben, ríen, se vuelven a perder y encima tan contentos. Bienvenidos al club.
En medio de un paisaje tan impresionante, con una naturaleza única al lado de donde vive más gente de Cataluña, el personal se adentró en la espesura ojo avizor para evitar lo inevitable: pérdidas habituales que volvieron a repetirse. El estiramiento del grupo fue el habitual, pero cada vez la cordada va tan espaciada que la alta comandancia hace tiempo que teme desagradables sorpresas por pérdidas evitables. Menos mal que las horas del bocadillo unen, en este caso en Fontmartina. Buenos momentos que alguno aprovechó para presumir que también tenía pito, mientras otro gritó: “Todos tenemos pito” (se desconoce qué género tenía la palabra “todos”) y, mientras, muchos y muchas en bolas. O sea, sentados y sentadas tocando las bolas, encima de las bolas o contemplando las bolas mientras alguno volvía a tocar el pito. Entre tanta naturaleza nuestro webmaster nos deleitó con las maravillas humanas que sus ojos tuvieron ocasión de admirar por tierras suecas.
En esta etapa las cámaras digitales y, mejor, la vista memorizaron eso que los folletos turísticos califican como “el marco incomparable”, “la agreste naturaleza”, “el rincón paradisíaco” “el paisaje bucólico”. En el fondo son imágenes mentales, salvapantallas espirituales que pueden alimentarnos cuando la mediocridad del día a día y la repetición no nos aporten nada. “Corrientes aguas, puras, cristalinas...”que diría el poeta. Y todo sin parar de andar, o de trotar cuesta abajo, hasta concentrarse en una masía que nos recordó una antigua foto que hicimos en otoño, cuando pasamos en la primera edición de este GR. En la espera hubo algunos estiramientos horizontales que a punto estuvieron de pasar a la hoja de servicios de dos personas. Lo peor fue que una de ellas se quiso justificar diciendo que “se echaba a la bartola”. En tal relax estaba que empezó a delirar eróticamente con juegos del lenguaje tipo “que se tiraba a la Bartola”. Ante tal frase la concupiscencia de un selecto grupo de caminantes se disparó. Y se produjo una confesión secreta hasta ahora: existe una lista digital de “miembros” del GR que funcionan aparte de la mayoría. Los servicios secretos detectaron que se llama lista “GR – X”, por la que circula una tipología de mensajes con la misión de unir más a las parejas si llevan a la práctica las imágenes que se muestran. Parece ser que sus efectos son inmediatos y las prácticas en privado no paran de aumentar.
La bajada hacia Sant Celoni sorprendió a las personas más vegetarianas del GR con un regalo de la naturaleza: empinados tallos que te sorprendían para que, una vez cortados, fueran acompañados en casa con algunos huevos y así disfrutar de tamaño placer. Los espárragos decoraron algunas mochilas. Pero, al llegar a Terrassa y cogerlas del autocar algunos varones, viéndolos tan flácidos, se los quedaron mirando y, quizá, pensaron en próximas etapas de la vida.
Sant Celoni, como punto final, confirmó el peligro en que no se debería caer si se quieren evitar males mayores: la tropa, viendo el final, se relajó, siguieron toda clase de marcas, a ritmos diferentes, por sitios distintos y la anarquía subió al poder. En estos casos más vale gritar ¡Viva Honduras! y que impere cierto orden y periódicas esperas para vernos las caras, comprobar que no hay novedades en el frente y que podamos buscar pronto un abrevadero. Por cierto, buen mensaje nos envía nuestro webmaster con su logo del GR: después de las botas, la jarra. Para ello, desde hace tiempo hay un grupo de personas que se preparan en una nueva profesión y servicio a la tropa: la de oteadores de bares. Y en estos recintos la verdad es que no se pierde nadie ni se estira el grupo, sólo para ir al lavabo o levantar el vidrio.
Respecto a la etapa próxima, corrían rumores de acabarla en el mar con un baño comunitario. Algunas mentes más progresistas (o pseudo) proponían ejercer la libertad más absoluta en la indumentaria de baño, contemplando la posibilidad de no lucir nada textil (excusas a quienes trabajan en este sector). Cuando este rumor llegó a oídos del Gran Capitán hizo un gesto de contrariedad. Preguntado al efecto, manifestó el citado sujeto que si todos ejercían tal libertad él no podría lucir un tanga recién salido de la sastrería de Manuel Pertegaz (quizá muy barato porque lo debió confeccionar con retales del traje de la Leti).
En septiembre la alta comandancia propone el GR 3, de Sant Joan de les Abadesses a Vallbona de les Monges. Es curioso que lo iniciemos con abadesas y lo acabemos con monjas. ¿Qué relaciones más allá de las conventuales habría entre el principio y el fin? ¿Por qué escogieron estos dos puntos quienes diseñaron este GR?
Os dejo, hermanos y hermanas
En otro folletín os informaré del estado de asistencia de la comida de hermandad del próximo 20 de junio.
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