domingo, 20 de noviembre de 2005

Cuaresma 2003: epístola para la Hermandad del Santo Sacrificio

Hermandad del Santo Sacrificio

Epístola cuaresmal

Ya nos hemos enterado de las andanzas de un seleccionado grupo de Hermanos que aprovechan la Cuaresma y el recogimiento propio de la época para la práctica del “ora et camina” por esos monasterios del Señor. Si bien alguno quedó penitente aferrado al de Sant Cugat, cual primera caída en tierra del calvario que le esperaba, otros castigaron sus bien alimentadas carnes en pos de la bendición de La Moreneta.
Sin embargo, el Espíritu Santo ha propagado la (suponemos falsa) noticia de que ciertos Hermanos se abandonaron a los placeres que el diablo les tendió y gozaron con cigarros, bebidas energéticas pecaminosas y otros líquidos dopantes; incluso hubo lujuriosos pensamientos encarnados en una maría magdalena que Lucifer colocó para encandilar sus bajos instintos. Sufrieron alucinaciones y espejismos provocados por el recuerdo de paradas de autobuses y marquesinas diversas. A pesar de momentos de debilidad, pronto enfilaron la ascensión final hacia la apoteosis de la Santa Montaña y honraron a esta Hermandad con placas, chapas, cerámica, velas y demás accesorios santificadores que les colgaron al llegar.
Por otra parte, la carne es débil y este Hermano de Dios es Cristo observa cómo se prepara con nocturnidad y alevosía una pagana peregrinación a honrar a un santo que murió en una parrilla, pero ve que esta hornada de modernos peregrinos van a deleitarse con lo que se dora encima de ese objeto del mártir, con pringosos colesteroles cocinados en honor a San Lorenzo. Chacinas, preparados para carnívoros, tocinos y grasas variadas, innumerables levantamientos de porrones honrando al dios Baco, condumios abundantes y hasta licores digestivos varios. Pido al Señor en mis oraciones que, ¡Por Dios!, no rematen la faena con descensos alegres de la montaña, propensos a carantoñas, tocamientos, arrumacos y magreamientos diversos, so pena de penitencias y castigos severos, en forma de confusiones kilométricas en próximos GRs.
Y recuerde la Hermandad del Santo Sacrificio que, mientras la digresión, la gula y la incitación a la lujuria se apoderan hasta de la persona más fría, olvidando los sacrificios y kilos perdidos en otras expediciones, otros condiscípulos reposan porque al día siguiente se levantarán “a la del alba sería” para vivir otro santo sacrifico, castigar sus escuálidas carnes, dejar el hábito habitual y vestirse de corto, y mirar muchas veces al cielo implorando muchas ayudas del Altísimo por las calles de Barcelona. Se identificarán con Dios en el ritual previo, quemarán adrenalina, se exaltará su ánimo, sufrirán la soledad, se desesperarán y buscarán con ansia el punto 42,195.
Y, para acabar, este Hermano os comunica que el Nuncio y uno de los ayudantes de Su Santidad intentan haceros olvidar el mal carácter y la cara de Nazareno del último chófer que hemos desgastado, y busca sin descanso (¡¡Habemus Papa: ya lo han encontrado!!) de otro Papamóvil en forma de autocar para el 22 de marzo a las 6 horas. Desconocemos cómo será el citado carruaje ni cuánto nos durará. Ante la oferta de la nueva empresa de si queríamos que la conductora fuera la modelo de INTIMÍSSIMA (con su indumentaria original), estos tonsurados han decidido declinar el santo ofrecimiento, para evitar empujones, navajazos, peleas y quién sabe Dios qué más por acceder a las primeras filas, pues la concupiscencia varonil perturbaría el auténtico espíritu de la Santa Cuaresma.
Sólo por llegar leyendo hasta aquí, este Hermano os dispensará la correspondiente Bula con cargo al bote del GR para hacer lo que os plazca.

Firmado

El bulero de los bulos
Evaristo

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