jueves, 6 de febrero de 2014

Cuarta y quinta etapas del GR 7: entre Molí de Fórnols y el Hostal del Cap del Pla

Dos en una: del Molí de Fórnols al Hostal del Pla



                        Células a la carta




Diciembre, 2013: del Molí de Fórnols a La Coma i La Pedra

Última etapa del 2013 y primera del 2014 del GR 7 en sentido hacia Castellón.
Saltar montañas es un eufemismo no apto para aplicar a caminantes normales que encuentran la virtud en las rutas habituales, adecuadas para extremidades a caminar a su paso. Entre diciembre y enero se produjeron saltos del Berguedà al Alt Urgell y al Solsonès para iniciar la ruta en el molí de Fornols, si bien el camino oficial se dejó en Fórnols en la etapa anterior. O sea, un pequeño recorte de un tramo para llegar puntuales a la tradicional comida de Navidad, en La Coma y La Pedra (restaurante Nin).

Micciones

Alguien en el grupo ha escuchado de su formadora budista en Tai Chi que “si centras la atención, te olvidas del sufrimiento”. Pero esta proclama no estaba hecha para aplicarla a quien, justamente, por prestar tanta atención sufría en la contención. En medio de un paisaje helado, de camino hacia Saldes, con el Pedraforca asomando en lontananza, hubo que parar para evitar el sufrimiento de quien no se podía contener. La vejiga no aguantaba más y el caminante, aquejado también de una afonía que le contenía sus habituales ganas de hablar, solicitó una parada para aliviar la necesidad. Es ese estado propio de la edad. Dicen los expertos que entre más expulsas, más ganas tienes de hacerlo: “tener ganas de mear, incluso meando”. Las próstatas evolucionan y se desgastan. Pero la parada fue aprovechada también por quienes no tienen próstata pero han de atender a menesteres menores.
Dicho lo cual, se procedió a seguir el camino hacia el coll de Josa y, a la bajada, dejar al primer grupo, como si de una célula se tratara. Del resto, unos siguieron hasta el principio, el Molí de Fórnols, y otros en autocar para recortar aún más el tramo.

Ji ji, ja ja

Una psicóloga social, experta en conductas y grupos humanos y su duración en el tiempo, decía que para evitar problemas en un colectivo más o menos grande lo mejor es no hablar de temas polémicos y sí recurrir a aquello superfluo o a aficiones que unan. ¿Qué les queda si de temas importantes o trascendentes no se puede o no se debe hablar porque las emociones pueden mucho más que las razones? Pues el deporte, la salud, la comida, las enfermedades, los achaques, el chiste fácil, la televisión, el penúltimo whatsapp, recurrir a los tópicos del momento o a obviedades que no alteren el buen rollo. Y, debido a la edad, contar o repetir lo mismo muchas veces: nunca de vez en cuando. 
En este caminar por la existencia, quizá para no complicarte la vida lo mejor es darle a cada uno lo que le gusta y aquí paz y en algún sitio quizá gloria. Pero hay mentes díscolas que no están de acuerdo, aunque  determinados “comisarios” se puedan quedar con tu cara (medio en broma, pero ¿por qué no medio en serio?). Llegado el momento, para no distorsionar, tendrán que callarse y no salirse del redil. De todas formas, el “ji ji, ja ja” es políticamente muy correcto y no deja huellas, ideal para vivir con placidez y citar la socorrida y despreciable frase con la que nunca llegaremos a ninguna parte, conformismo reaccionario y conservador: “Es lo que hay”.

Shake

A menudo de tanto hablar no se ve el bosque, y nunca mejor dicho. Las pérdidas habituales están presentes y los despistes no son por las marcas, tracks y cuanta tecnología usemos. Las mentes se “pierden” en conversaciones cruzadas y a la hora de elegir entre una dirección u otra, ...pues eso. Mientras, en medio del paisaje helado se subía hacia la plaza de Tuixent para reponer fuerzas. La naturaleza invernal permitía las transparencias y la quietud solo se alteraba por el mugido de alguna vaca o por palabras propias o ajenas.
La plaza del pueblo estaba sola, sin más población que un habitante que iba a abrir el museu de les Trementinaires y fue incapaz de responder al saludo del caminante que le dijo “Bon dia”. Con esa actitud, no le ayuda a que vaya rápido a cambiar el tancat per l'obert del museo, pensando que aquel grupo iba a entrar. No era el objetivo pero tampoco lo propiciaba el primer contacto con ese sujeto.
Hubo comentarios sobre habituales problemas entre vecinos negociantes en ese pueblo, pero nadie mencionó la noticia que puede suponer una industria para la comarca: la planta de la bebida japonesa Shake que alguien quiere promover aquí, hasta con plantaciones de arroz a estas alturas. Cafés, dulces, y búsqueda del camino real en un cruce de diferentes rutas en un extremo de la plaza: Gr 7, GR 150, GR 107.3. Dirección hacia abajo, para pasar de nuevo el ríu Mola y enfilar la ruta de subida hacia el coll del Port. Granjas a un lado, un sendero con zarzas y bojs y el esfuerzo del tramo más costoso del camino. La serra del Cadí, la serra del Vert, la estación de esquí nórdico de Tuixent-La Vansa, montañas de Andorra a lo lejos y pronto, cambio de vertiente para ver la estación de esquí de Port del Comte: he ahí el marco incomparable.


Gotas

Muchas gotas de sudor resbalaban por la frente en los tramos ascendentes de la pista. Pérdida de personal, dejado llevar más por sus conversaciones que por las señales. Guía experimentado que baja veloz a buscarlos. Parada arriba con señoras muy prudentes que se cambian con gran decoro y avisos previos a la masculinidad de alrededor. Esperas a los últimos en medio de tupidos bosques de pinos donde, diez años ha, había muchas setas en estos tramos. Ya arriba solo quedaba llegar al coll del Port (1668 metros), entre la serra del Port del Comte y la serra de la Sella. Un paso entre montañas y del Alt Urgell al Solsonès, donde una gota de agua puede ir a la vertiente del Segre-Ebro o Cardener-llobregat. Todas, al final, al mar madre de nuestra cultura. Aunque hoy las mezclas menos mal que existen, les pese a puristas y amantes de falsas razas arias. Pero no sigamos por si lo leyeran “comisarios”.


Comidas

De bajada, el camino se adentra en un barranco que cruza varias veces la zigzagueante carretera que comunica Tuixent y Sant Llorenç dels Morunys, con un cruce hacia el Port del Comte. En medio de falsas casas rurales, de auténticas casas de pagès, por sendas con mucha hoja seca acumulada, el camino se abre y pronto aparece La Coma y una de sus zonas turísticas, les fonts del Cardener. A la entrada, un abuelo mal encarado tiene problemas para responder con amabilidad cuando se le pregunta por la calidad del agua que embotella, de una fuente desplazada de su lugar original. No hay suerte: parece que hoy no se cotizan la amabilidad ni las buenas formas. Deben ser “otras formas” de funcionar.
Visto el turístico y asfaltado espacio de recreo con motivo del nacimiento del río, de bajada aparece un gran grupo de jubilados que deben ir a ver los escasos manantiales, quizá en alguna excursión organizada, de esas de las que solo se recuerda la abundante comida, baile y sorteos. Y las pastillas del día siguiente, recetadas en el ambulatorio de turno.
A la entrada del restaurante Cal Nin, encuentro de todos para participar en el ágape previo a la Navidad: comida, disertaciones, cuentos, cuentas, prosa, versos, canciones, regalos y buen ambiente.

Unos días más tarde, en enero del nuevo año, 2014, partimos de aquí en dirección a otra etapa. Esta vez hacia el hostal del cap del Pla.


Enero, 2014: de La Coma al Hostal del cap del Pla

Riquezas

El principio de cada año es una buena época para hablar de riquezas y de proyectos. Total: ¡hay tantos días por delante! Es como para mirarse de reojo, con ojos ajenos o interpuestos y radiografiarnos para descubrir en qué somos ricos, tal como auguraba el servicio de psiquiatría a la carta: una edad con cuerpos ricos y henchidos de ácido úrico, azúcar, colesterol, hipertensión, dioptrías, kilos, piedras en el riñón, cataratas, desgastes, olvidos, etc. Nunca mejor que estos días para hacer planes: como cada año. Tamaña conversación dio paso a puertas que se abren: salir del armario en esta época en la que los recortes sociales y los que afectan a las libertades parecen imparables. Alguien citó algunos nombres compuestos curiosos, aprovechando esta puesta de largo de las preferencias individuales: soplagaitas, meapilas...
Por su interés y para regocijo de mentes inquietas, he aquí 132 términos recogidos del buceo personal en coleccionistas semánticos y en aportaciones de personas de GRMANIA con cultura rural y de calle. Son curiosidades lingüísticas: el top de insultos compuestos.

132 vocablos

1.Soplanucas 2.Muerdealmuadas 3.Rebozapalillos 4.Escuelgagüindillas 5.Pelavaras 6.Estripacharcos 7.Esgarramantas 8.Tontoviava
9.Bocachancla 10.Morroputa 11.Abrazafarolas 12.Soplapollas
13.Cantamañanas 14.Joputa 15.Cabezabuque 16.Tragaldabas 17.Bebesinsed 18.Zampabollos 19.Bocabuzón 20.Morropato
21.Culoplano 22.Malparido 23.Ocicotopo 24.Mascachapas
25.Caratorta 26.Cabezapony 27.Morrochoto 28.Trepababas 29.Rumiamierdas 30.Follaplantas 31.Husmeabragas
32.Revientaviejas 33.Sinsustancia 34.Matacuras 35.Rebañacucharas
36.Huelebraguetas 37.Pisamostos 38.Bailaferias 39.Saltasurcos
40.Cagatrufas 41.Meapilas 42.Hinchanarices 43.Vendehumos
44.Pechotordo 45.Asustaviejas 46.Nalgasprietas 47.Comeberzas
48.Malfollada 49.Atascaburras 50.Tumbaollas 51.Cagaprisas
52.Pichafria 53.Mamacallos 54.Pintamonas 55.Rabilargo
56.Lameculos 57.Bigotezorra 58.Cabezacanasto 59.Caracono
60.Malababa 61.Tobillocabra 62.Hocicopollo 63.Tripasdehule
64.Ojosapo 65.Bocasable 66.Ansiarota 67.Metomentodo
68.Soplagaitas 69.comestacas 70.Caracaballo 71.Picaflores
72.Abreculos 73.Tiquismiquis 74.Chupacharcos 75.Sorbelefas
76.Caraaborto 77.Tuercebotas 78.Rascaingles 79.Macrocéfalo
80.Robahuchas 81.Correveidile 82.Tragasables 83.Comeflores
84.Malasombra 85.Hartosopas 86.Perroflauta 87.Comebolsas
88.Comesquinas 89.Pavisoso 90.Rompemuelas 91.Robanovios
92.Chupatintas 93.Picapleitos 94.Matasanos 95.Correlindes
96.Cejijunto 97.Pocohombre 98.Donnadie 99.Catacaldos
100.Descocao 101.Quitagustos 102.Estripabarrancos
103.Pelazarzas 104.Cuerpocono 105.Asaltacunas
106.Pagafantas 107.Cuerpoescombro 108.Espuntaberzas 109.Peinabombillas 110.Morrociemo 111.Aburrevacas
112.Peinaovejas 113.Descalzaputas 114.Escachamatas
115.Cierrabares 116.Pinchatrenes 117. Follatabiques. 118. Juntaletras. 119. Tontolaba. 120. Mingafría. 121. Destripaterrones. 122.Soplapollas. 123. Soplagaitas. 124. Meapilas. 125. Rompetechos. 126. Abrazafarolas. 127. Cabezahueca. 128. Ojosdesapo. 129. Dientesdeburro. 130. Pamplinero. 131. Mediohombre. 132. Bocabarbo.



Alegrado el espíritu con tamaños improperios, sin ánimo de molestar a nadie, el recorrido se inició con variadas ofertas, muy a la carta del mejor postor: etapa entera, media etapa, café calentito en Sant LLorenç dels Morunys, visitas culturales. Desde La Coma, el GR 7 se inicia al paso por debajo de la arcada de una casa, para descender hasta el río Cardener que hace poco que nació: un bebé fluvial. Paso primero por La Pedra. Senda en medio de la naturaleza muerta del invierno, recuerdos del ágape navideño en el restaurante de arriba y suave ascenso por un camino, al lado de tuberías que conducen el agua que baja hasta alguna cenral eléctrica. Pronto se pasó por la Font de la Puda, agua sulfurosa, con un profundo olor, buena para el riñón, para esas riquezas llenas de piedras y areniscas en cascada.

Células

Observación de la fuente y planificación de la llegada hasta el próximo pueblo, zona de abrevadero y comedero oficioso de una parte del personal. En el recorrido por una senda con vistas al valle, un pequeño grupo díscolo y libertino la evitó y departieron de problemas divinos y humanos por zona asfaltada. No recortaron metros, al contrario, pero sí desarrollaron el orden del día muy bien documentado. Alegaron despistarse ante tan interesante y continuada conversación. Pronto aparecieron las primeras casas de Sant Llorenç dels Morunys, un pueblo vacacional con encantos naturales montañosos: embalses, la fábrica Knauf, el santuario de Lord, Mola, la serra de Busa, casco medieval bien conservado, cocas para golosos, cámping y una plaza que acogió al personal para el refrigerio.
En un ambiente distendido, alguien con buen cerebro y mejor memoria repasó las células que existen en GRMANIA. Muchas y muy variadas. Descubrió una nueva, relacionada con la ciencia, cuyo último tema que distribuyeron cuestionaba la teoría de la relatividad de Einstein. O sea, el nivel adquiere unos niveles de tanta altura que deja muy abajo a las células ciclistas o caminantes de los miércoles o sábados. Esta célula científica tan selectiva se sorprende de quien, incauto e ingenuo, presume de haber visto Mallorca desde Montserrat o desde La Mola. Al momento, tiran de archivo científico y te dejan caer la respuesta de por qué eso es imposible: “El efecto Fata Morgana, muchacho”. Quedas con ojos abiertos como platos y luego, por la noche, te regalan varias webs para que amplíes tus conocimientos. Y se agradece la deferencia, ya postrado en tu supina ignorancia.
Finalizado el condumio, varias células libertinas se decantaron por humeantes cafés, traspasaron los límites de la plaza y convergieron acodados en barras, donde se abastecieron de enervantes con gotas. Unos decían tirar de petacas, otros de Bourbon, otros de perfumados. Tan plácido fue el ambiente que hubo que ir a buscarlos, mientras en la plaza un grupo parecía extraer conclusiones de la comparativa de los bastones: miran, comparan y si encuentran algo mejor lo debaten: resistencias, calidades, duración, precio. Mientras, una unidad intentaba contactar por walkis con otro grupo que iba delante y, ante la ininteligibilidad de la transmisión se les respondió: “¿habéis soplado”? Se desconoce si antes habían pasado por locales visitados después.

Triperismo

La plaza dio paso a urbanizaciones que limitaban el pueblo, antes de entrar en la senda que conduciría a la ermita de Sant Serni del Grau. Por allí se situaba la fuente dels Enamorats.
Sant Serni (o Sant Sadurní) del Grau, ermita románica del siglo XI, a 1045 metros de altitud, con cementerio lateral y apertura en la fachada para ver un interior vacío. Cruce de caminos apto para confundirse si no fuera porque el guía estaba atento y concentró al personal allí para el ascenso hasta la carretera cercana a Coll de Jou.
Mientras las palabras no paraban de escucharse, el guía enamorado reflexionaba en voz alta sobre el futuro de un grupo con tantas células. Predijo que la evolución conduciría forzosamente a la creación de la célula del “Triperismo”, donde una avanzadilla golosa iría arrastrando al resto. Sobre el logotipo, creyó innecesario encargarlo a ningún estudio de diseño y vaticinó que el símbolo sería “una cansalada viada a la brasa” (panceta de cerdo hecha a la brasa). Por sus dotes de adivino y futurólogo alguien ya pensó en consagrarle como socio de honor.

Energías

Con la vall de Lord a un lado, la serra de Busa a otro y cerca ya del barranco de Vilamala, el entorno era propicio para informar sobre la ruta del último maquis catalán, Ramon Vilà, conocido por el nombre que ahora se le ha dado a la ruta: Caracremada. La ruta es circular, apta para hacerla en cinco días por el Alt Berguedà i Alt Solsonès, salida y llegada en Rasos de Peguera. Estábamos en su terreno y andábamos como siempre: en desbandada. Solo hacía falta mirar el último tramo: quién seguía las marcas y quiénes se abrían en abanico “a su manera”. Todos convergimos en la cerrada curva de una carretera que serpentea y deja ver, a un lado el barranco citado y a lo lejos las grandes jaulas para criar halcones con destinos árabes. Mientras, alguien se apartó del grupo para cargarse de energía con prácticas orientales.

Hostales

Ya arriba, la ruta discurría paralela a la carretera, hecho aprovechado por paseantes de asfalto que prefirieron este medio al más pedregoso y senderista. Poco a poco la ruta se adentraba en bosques de pinos para llegar hasta el Hostal del Vent: dos nombres unidos, poéticos, trasladados a una casa ya abandonada, con las puertas abiertas, inicio de la ruina, allí donde alguien vio hace años al último propietario, que se refería con melancolía a unas paredes llenas de vivencias y que quedarían a merced de muchos vientos y manos.
La vertiente del Solsonès se ampliaba con vistas al pantano de Sant Ponç, Montserrat, Sant Llorenç del Munt y el Montseny. La vía andarina discurría en paralelo a la carretera, un tramo ancho que a veces se transformaba en una senda, rodeado por encinas, con claros de bosque y alguna muy espectacular, sola, en un cruce que algunos senderistas pasaron por alto mientras se solazaban al trote en una distendida conversación. Bajaron mucho pero tuvieron que volver a la senda correcta. Se comenzaba a oír en lontananza las voces de quienes parecían ya estar trasegando cervezas en la zona final. Las piedras levantadas por las patas de las ovejas y por la peculiaridad del terreno ponían en alerta los reflejos pero el final estaba en “el de les torrades amb pa de 3 quilos amb foc de llenya”: el estaurant Cap del Pla, una vieja masía del siglo XVII que parece un oasis reconstituyente al final de una falsa llanura. Un sitio conocido desde hace años, con un fuego espectacular donde el pan de estas dimensiones cabe de sobra y se tuesta pronto. Botellas por doquier, frutos secos, mochilas amontonadas, buena conversación y gran perspectivas a un lado y al otro del lugar. Una zona muy frecuentada por esquiadores, amantes de setas, caminantes, viajeros, turistas, pastores y personas que habitan las diseminadas masías.

Emociones

La memoria no acertó a situar en el mapa urbano el lugar al que años ha se iba a comer, el casino al final de la Rambla de Solsona. Los últimos kilómetros del recorrido tipificado debían ser urbanos. Por supuesto que se visitó sin querer la entrada del seminario y de la catedral, la puerta de una insigne pastelería cerrada por vacaciones y se observaron muchas emociones colgadas de los balcones. También, letreros alusivos al pregón y al famoso burro que, por Carnaval, descuelgan del campanario y efectúa sus necesidades menores ante un público ávido de eso: más emociones. En la plaza del Ruc se sube a un burro colgado del cuello mientras el personal entona “A Solsona, bona gent”, con una leyenda curiosa que descifra de dónde viene la tradición y la nueva bebida, llamada “ els Pixats de Ruc”  Una ciudad hoy con sede episcopal, obispo joven y apuesto que no se atreve a opinar de lo que políticamente se ve supercorrecto y única vía (¡cuidado con los comisarios latentes o patentes!). Fotos ante símbolos, y dejemos el tema porque es mejor el ji ji, ja ja.
La práctica vital condujo a la comida en buen ambiente, en un casino que huele a añejo pero con el atractivo de la solera y de las personas. Repartos de dineros de reintegros, cobros de cuotas diversas, degustaciones, bebidas, opciones literarias, postres y camino de vuelta hacia el autocar.

Solsona deja entrever la zona del Prepirineo nevado cercana a la ruta hecha, la llanura, el Miracle, el mundo rural, el eclesiástico, el núcleo comercial, las tradiciones y ese conservadurismo ya habitual, con los añadidos que se quieran poner. Una opción más a gusto de cada uno.