Enjuagues de los sentidos en montañas santas
Cuando alguien muy vinculado a la divinidad, quizá con cierto trato preferente motivado por los años de uso y contactos en las alturas, avisa días antes de que la etapa transcurre por un monte santo pero él no viene a caminar, aquí algo puede pasar. Sospechas infundadas, o no. Sea lo que sea, da pie a intentar descubrir qué tendrá esta zona, denominada Montsant, dentro de la serralada del Prelitoral, formada por conglomerados que componen riscos y crestas, con margas que forman algunas cuevas, una de ellas observada al lado del camino .
Quizá se ganó la supuesta santidad del Montsant por la altura, la historia, los conventos, la invasión musulmana, las ermitas de larga tradición (Mare de Deu del Montsant, Santa Magdalena, Sant Bartomeu y Sant Joan del Codolar, junto con otras no recogidas en los mapas ni señales por donde pasamos), los rezos y conexiones con espiritualidades diversas o con restos de culturas claves en este país, como fue la musulmana. Insisto. Algo deben influir también los temas mundanos, como los efectos sensoriales de los efluvios en honor al dios Baco, tan honrado aquí con caldos de gran prestigio.
Visitar el Montsant sirvió para acercarse más a lo humano que a santidades montañosas, proclamadas en el topónimo. Un recorrido de gran belleza en el que se fueron desgranando vivencias y profundas anotaciones relacionadas con la anatomía humana de zonas ocultas (antes llamadas vergüenzas: hoy se exponen y se dignifican con muchos likes y demás).
La Serra del Montsant fue testigo de esa auscultación corporal con toques urológico-ginecológicos, con guiños para la intervención de algunos sentidos y hasta con la apertura de pistas hacia retos y posibilidades aéreas, quizá anotadas en la agenda para otras vidas.
Caminantes bien pertrechados se dispusieron a seguir senderos por esta sierra, no tanto en honor a alguna santidad en concreto sino para la expansión senderista, conversar, reírse, cumplir con el santo Track …y no perderse, que ya es mucho.
Interferencias
Una persona neófita en la zona necesita de una guía o intérprete del entorno para aclararse. Puede ser humana o virtual. Sales de Cornudella de Montsant, pasas por la Morera de Montsant pero son de la denominación de origen vitivinícola del Priorat, a pesar del apellido, de la ubicación y de existir caldos del Montsant. La serra de este nombre está en el Priorat pero hay una denominación de origen de Montsant. Todo aclarado cuando googleaspara “ desfacer entuertos”.
De salida, caravanas en el aparcamiento de Cornudella de Montsant, población donde el vino no se olía pero estaba, las avellanas esperaban al otoño y el turismo era una base importante para la economía. Prueba de ello fueron las especies humanas que eran atendidas en centros enológicos a la vuelta y otras que acudían a caminar, a escalar o vaya usted a saber a qué más. Dicen que lo agrario va a menos y quien visita y te deja dinero cotiza cada vez más en la riqueza de la zona. Turismo devorador que a su vez es devorado por precios, servicios, atenciones y posible recomendación de su estancia en Internet. La construcción del pantano de Siurana y el trabajo en las bodegas atrajo a personas de otras zonas. El Modernismo en el sector vitivinícola y la interculturalidad, también aquí. No nos olvidemos de que la interculturalidad y la mezcla la llevamos en la sangre, en contra de purismos reaccionarios.
Ascensos
La salida del pueblo se convirtió también en llegada después. Ascenso hacia la zona alta de la fotogénica serra de Montsant. Grupo estirado que siguió la ruta de quienes se preocuparon por preparar la etapa antes, la aplazaron por los peligros de las piedras mojadas y condujeron a un personal de por sí díscolo con el rebaño, con tendencia a descarriarse. Nunca los agradecimientos a la comisión gestora son suficientes.
El punto más elevado parecía lejano y difícil pero se consiguió, no sin antes parar a reponer fuerzas. Amplias vistas al terreno vitivinícola, a plantaciones arbóreas, pantanos y allá a lo lejos el pueblo de Siurana, de grandes atractivos, con hechos históricos relevantes, la leyenda de la Reina Mora, conquistas y, para algunos, con el recuerdo del gran Toni Arbonés, inolvidable compañero de caminos, escalador de élite en diferentes países y con intereses en cámpings que atienden a amantes de las alturas.
En Cornudella, el Celler Cooperatiu, con la fachada que Modernista, con agrobotiga, según reza su cartel. Además, ofreciá actividades enoturísticas como: el Modernisme al camp: l’art de fer vi; tast de Modernisme exprés, entre dols: de l’ermita al celler; el Modernisme al camp: de la vinya al celler; entre vinyes en 4x4. ¿Se entienden y se deducen los conceptos santos y sobre todo terrenales de la oferta? Claro que, para seguridad, al lado había aparcada una ambulancia de emergencias médicas. Incursión por el publo, carrer del Comte Rius y bar con nombre “La Renàixença”. Una vez encontrada la dirección correcta, anuncio de que estábamos en el Parc Natural de la Serra de Montsant, ruta dels Cartoixans y Grau de Montsant. Direcciones varias: a La Morera, Albarca, Cornudella y la Serra Major, GR 174, reconocido, bien marcado y pateado. Abundaban las señales aéreas de direcciones, protegidas por las perforaciones de los nombres contra los vientos de la zona. Sin pérdidas para quienes optan por el Grau de Montsant, la Rosa corbatera, el Grau Gran o el Camí de la Llisera, mucho cartel con metros acumulados, tiempo y grado de dificultad. Excelente y continua información. Cova Santa allí al lado, la Serra Major, opciones a Albarca, Les Falles, Abacers, Graus d’Espinós, etc.
El refrigerio introdujo el concepto enjuagues bucales. Si ya de por sí el condumio se enriquece con bebidas variadas, alguien presumió de traer un brebaje con rones y maceraciones diversas. Después de catas anteriores, se priorizaba la limpieza bucal de sabores anteriores para paladear y apreciar las nuevas esencias y fragancias. Enjuagar no con agua para optar a las nuevas sensaciones gustativas. Ciertas lenguas se esforzaron para apreciar, degustar y distinguir lo nuevo de otros líquidos, algunos hasta rusos (casi mencionado ahora con perdón). Con tales libaciones no resultó difícil afrontar las alturas, en una senda tortuosa pero apta para humanidades grmanas.
Anatomías
El entorno se prestó a ver restos de muros de piedra seca, de construcciones y cuevas marcadas como atractivo turístico. Asomarse a la boca de una de ellas te interrogaba por si tu anatomía podría colarse hacia su interior en una entrada tan estrecha como claustrofóbica. Una voz muy autorizada aseguró que algunas partes del cuerpo humano se comprimen, es cuestión de adaptarse con el tamaño. Encogerse y estirarse, he ahí otro concepto más.
Tal sabiduría anatómica fue desarrollada después, en zonas más altas, cuando el sudor provocó las habituales contracciones en algunas zonas masculinas usadas para fines diversos. Aquí se abrió un campo semántico para atender y denominar necesidades vitales básicas y para descubrir encogimientos concretos. Mear, orinar y miccionar fueron los tres términos oídos para justificar apartamientos momentáneos. Y en este momento, esa sabiduría de la experiencia de una voz muy autorizada aportó su importante conclusión vital, después de muchas comprobaciones propias en tantos años, ratificadas por las de los acompañantes masculinos : Cuando hace mucho calor y tienes que sacarla para mear, está tan encogida que parece un clítoris. En esta ocasión sus reflexiones quedaron aquí. No se refirió a una supuesta inversión de los términos de la frase. Esta verificación anatómica ya justificaría la asistencia a la etapa. Atender a partes tan humanas no está reñido con andar por tierras con nombres tan santos.
Mientras, el camino circular rodeaba parajes y espacios con nomenclatura diversa: la Roca de les Dotze, Roca de les Cinc, Roca del Xollat, el Rei i la Reina, Roca de les Onze, les Tres Roques, Roca del Ros, el Tormo o lo Dau
Ya de descenso, después de afrontar un paso estrecho, escoltado por mozos aguerridos que se ponían como pantalla o ayudaban a bajar, en una zona de descanso y de picnic, se produjo otro hecho cuyos efectos se desconocen. Mientras se quitaban prendas en el área llamada Mirador Pla del Torro(área de esparcimiento con varios carteles: que nadie de dé cuenta de que habéis pasado por aquí), se agrupaba y los sudores mantenían encogido lo que fuera, hubo quien tuvo que seguir el camino para atender a sus necesidades de aguas menores.
Al momento cinco jóvenes escaladoras, bien pertrechadas, bajaban después del reto, y se dirigían a donde estaba el grmano. Se supone que todo discurrió con orden y la anatomía favoreció la identificación y ocultación de las partes en uso. En el grupo, por otro lado, abundó quienes se fijaron en la buena conversación, musculatura y esbeltez de jóvenes deportistas femeninas, con envidia y admiración. Como cierta población masculina dice a estas edades (las nuestras, claro): “ellas nos ven pero no nos miran”. Tenían varias zonas para elegir la práctica de su deporte: vía ferrata de Montsant, Graus de La Morera de Montsant, Racó del Federico, Racó del Vilà, El Totxo, Racó de Missa, La Falconera, entre d’altres. Eso sí, aquí también dicen que todo está regulado, hasta la escalada. Después, una pareja escaladora animó al personal con vértigo. Alegaron que todo se podía superar, los arneses eran salvavidas y el no mirar para abajo puede ayudar a la superación personal.
Líquidos
La perspectiva de La Morera de Montsant desde arriba parecía divinizar o santificar el marco de la postal, lugar donde se sitúa la sede del Parc Natural del Montsant y el refugio. Más que nada porque si toda esa belleza y más no se puede traducir en lo terrenal, algunos nos vamos a quedar sin la santa experiencia postmorten. Quizá lo santo podía estar también en las aristas, las rocas, las montañas, las vías abiertas,el vino, las jóvenes y demás. En este pueblo, con albergue y también con ambiente deportivo, se ha comentado el origen del nombre, en una zona de gran influencia musulmana. Pues La Morera dicen que viene de eso, de la planta llamada la morera, nombre que a su vez procede del norte de África. Según eruditos: el lloc abundosament poblat d'esbarzers que donen móres al costat de la muntanya santa.
La zona también escuchó menciones a la obsolescencia programada. Aplicada a la cría de animales, a objetos, productos y…como el tema da mucho de sí, alguien pensaba para sus adentros que también nos incumbe al grupo, como humanos con fecha de caducidad.
Entre las incursiones durante el regreso, se observó la pujanza de la viña, nuevas plantaciones, desmontes de espacios para establecer viñedos y bodegas solitarias a los pies de la montaña. Por ejemplo el celler Joan Ametller, con una falta de estrategia de ventas: la ignorancia de GRMANIA en la degustación de su vino. Y eso que la señora que salió a nuestro paso fue rauda y veloz a buscar folletos para vender su producto, con el lema El Priorat al teu abast. Pero no para probar sus vinos. En aquel momento, los folletos sobraban. Se le dijo que no estaría mal que nos diera a degustar alguna de sus libaciones. A pesar de que mencionó que hacía unos días se agasajó así a un grupo, a GRMANIA, solo le tocaron papeles, folletos. Hoy el márketing para vender es directo, con la experiencia de la emoción por probar previa a la venta. Desatenciones del Celler Joan Ametller. ¡No nos invitaron a enjuagues bucales!
Tamaños
De vuelta a Cornudella de Montsant, camí dels Cartoixans y la primera fuente del pueblo, que fue ignorada. Su agua era apetecible y necesaria como enjuague previo a otros líquidos posteriores. El personal acudió veloz al bar de referencia o al autocar a buscar la comida, con el regalo de dos kilómetros de más que se añadieron a los 18 finales del circuito.
Hay testimonios que atestiguaron el continuo jarreo cervecero motivado por sequedades bucales. Ahora con un rápido enjuague no se solucionaba casi nada. Se disfrutó como tocaba.
Mientras, recuperamos el tamaño, ahora no de zonas íntimas sino de recipientes en los que se sirve la bebida dorada y refrescante (la cerveza) y qué dice de las costumbres de los países. Aquel día de autos un diario digital publicaba por la mañana un informe muy aleccionador (enlace a continuación): Elogio de lo pequeño. Más placer que eficiencia: qué explican las cañas de cerveza sobre España. Aquí el tamaño sí que importa. Apuestan por lo pequeño como algo cultural y como forma de entender las relaciones y el disfrute (insisto: ¡no de partes íntimas debido al esfuerzo sudoroso!). Se habla del tapeo, de las cañas, del zurito, la evolución hacia el doble, en contraposición con las pintas británicas. Más calidad que cantidad y la cultura del placer, que es la excitación continua (lo dice el artículo).
Como vemos, la santidad de estas tierras debe pasar también por lo humano, la satisfacción de los cuerpos y por esos líquidos tan reconfortantes. ¿Seríamos más santos sin ellos?
También es cierto que es generalizada la opinión de que los cuerpos han de estar bien hidratados. Con estos calores, tengamos en cuenta la recomendación final:
Hay dos razones para beber: una, cuando se está sediento, para aliviar la sed; la otra, cuando no se tiene sed, para prevenirla.
Thomas Love Peacock, escritor satírico inglés.