Inauguramos temporada, repetimos el GR4 con los buenos recuerdos
dejados hace más de 15 años, recordamos las ausencias debidas a espolones
varios u otras circunstancias y este plumilla suplanta el buen hacer del
escriba oficial, solo por esta vez y para que el servicio quede cubierto. Todos
y todas tan majos después de los días estivales de asueto, aún relamiéndose de
viajes allende los mares, o a destinos
cercanos, con jubilaciones llenas de vacaciones, y otros con problemillas
diversos. Visto el personal tan orondo,
se puede confirmar aquello de que “Los jóvenes no paramos de cumplir
años”.
Quienes acudimos a la cita no olvidaremos el día de hoy: GRMANIA
por primera vez estrena un autocar nuevo. El olor del interior era tan
desconocido que hubo quienes bajaron a mirar la matrícula e interrogaron al
conductor para verificar la buena nueva. Nunca estos cuerpos se acomodaron en
vehículo tan inmaculado para salidas senderistas. Con este privilegio andante,
pronto llegamos al destino inicial del GR y de la temporada.
Fronteras
La etapa debía comenzar en la zona de allá y estábamos acá.
Llegamos, el grupo A bajó y oteó los espacios viarios para la foto de rigor.
Pero, ¿dónde hacerla y cómo denominar el lugar?: ¿Bourg Madame, La Gingueta,
Catalunya Nord, Catalunya Sud, La Cerdanya Catalana, La Cerdanya Española, La
Cerdanya Francesa, Puigcerdà, España, Francia? Al final nos retratamos en el
puente de en medio, en tierra supuestamente de nadie.
Con la vista puesta en el horizonte de las antenas encima de
Masella, en los GPS y en las marcas blancas y rojas, iniciamos la ruta por en
medio de prados, granjas, extrarradios de Puigcerdá y el río Segre en el curso
alto.
Pizarras
Pronto abandonamos la frondosidad y el bucolismo campestre, con
vacas, caballos y otras especies, sorteando carreteras y cruces y comenzamos a
divisar la industria de la zona: innumerables inversiones en la llamada “casa
ceretana”. Entiéndase: no aquella casa de Pagés de siempre sino su sucedáneo
pero transformada por los arquitectos de moda y las normas urbanísticas
municipales. El negro de la pizarra en serie, paredes forradas de piedra,
jardines inmaculados, los portones de
madera cerrados, las inversiones y las especulaciones allí mismo, esperando las
primeras nieves. La burguesía y otras especies debían pulular por allí y
también en otros destinos turísticos fiscales. Ilustres apellidos presumen de
mansión aquí.
Escadacs fue la primera parada del grupo A. El B se supone que
enfilaban la ascensión a Masella con tranquilidad y sudor. Había que reponer
fuerzas en una plazoleta formato duro, amenizados con algunos quads que debían
estar “haciendo deporte”.
No obstante, llamó la atención una casa de Alp, con un balcón muy
visible lleno de objetos como si su propietario padeciera el síndrome de
Diógenes.
Percherones
El terreno ya comenzaba a coger forma: se enfilaba y se encaraba a
las cumbres. Toda la tecnología se puso a trabajar para no evitar la tradición:
pérdidas momentáneas. Alguien sugirió que se calculara cuánta pasta vale toda
la maquinaria que GRMANIA lleva encima: móviles, relojes, walkis y modalidades
diversas de GPS.
Quien pretendía encauzar el grupo, según su experiencia como
conductor de colectivos excursionistas homogéneos y ordenados (de los que
siempre hacen caso al guía), fue invitado a ponerse en cabeza pero tuvo que
dirigirse a los primeros calificándolos como “caballos percherones indomables”.
Lo dejó por imposible. Tiró de razones, adujo que para qué ir tan deprisa si después
se iba parando para esperar a todos. Que no tenía sentido esta forma de trotar.
Creía hablar con personas, no con percherones. Pero estos fueron parando,
incluso ayudando al personal a saltar zanjas.
Mares
artificiales interiores
El territorio lo domina la construcción de casas, de lagos con
agua para los cañones de producción de nieve artificial y el acondicionamiento
de pistas para el ocio blanco. El Pirineo desde lo alto visto lleno de nubes
lejanas y grandes masas de agua para la innivación. Láminas de agua para
asegurar la temporada, no siendo que el cambio climático eclipse el maná
invernal, el llamado “oro blanco”. Masella aquí y desde arriba, vistas al otro
lado, a La Molina.
La fuerte subida, de aquellas de antes, demostró que los jóvenes
que no paran de cumplir años aún están en forma y triscan por riscos
acondicionados para deportes varios.
Rivalidades
deportivas
Las subidas del grupo A dejaron entrever diferencias en los
entrenos y resistencias de ciertos colectivos GRmanos que combaten el
colesterol en gimnasios diversos.
Un GRmano muy observador llegó a significativas conclusiones: el
colectivo que se prepara en el gimnasio privado DIR de Sant Cugat se lo tiene
que replantear porque no puede con el grupo que suda la camiseta y hace
kilómetros en las piscinas del Club Natació Terrassa. Ante esta apreciación, el
GRmano autor de esta conclusión interrogó a un miembro del DIR y le invitó a
que se lo pensaran. A lo que le contestó que pronto este centro deportivo
completará sus equipos de spinning con una conjunción de correas y cintas que,
situadas en los brazos y torso, harán que todo el cuerpo de esculpa a la vez que
pedalean y sudan sin parar, contemplando espectaculares subidas en las
pantallas frontales. Veremos los resultados próximamente.
Cabinas
En la zona mixta y compartida entre Masella y La Molina comenzaron
a verse funcionar cabinas de esquí que transportaban a las alturas a intrépidos
ciclistas. Sorteaban obstáculos mientras bajaban a toda velocidad por sendas en
las que solo cabía una bicicleta. La temeridad de ellos era admiración nuestra
ante tanto valor en jóvenes que necesitan emociones fuertes. Mientras, la
primera etapa del GR llegaba a su fin. Al fondo, junto al inicio de las pistas
de esquí de Col de Pal, se divisaba nuestro nuevo y reluciente autocar. El
personal del grupo B descansaba con alguna cabezada incluida. Pequeñas gotas de
agua anunciaban un cambio de tiempo a las puertas del otoño.
Ayuda
en carretera
Las vistas de la bajada impresionaban. Los cristales tintados del
vehículo permitían ver un horizonte espectacular lleno de perfiles de montañas.
Las curvas y la fuerte pendiente nos condujeron a una sorpresa donde GRMANIA
sacó todo su espíritu solidario y de ayuda. Otro hecho sin precedentes en la
larga historia del grupo. Un coche pequeño se había metido en una zanja cercana
a la cuneta y no había forma de sacarlo. Mientras otro vehículo intentaba tirar
con una correa por la parte de atrás, nuestro autocar se paró y bajó un
destacado pelotón de ayuda. Nunca el RACC fue tan rápido y eficaz. Manos y
fuerzas diversas empujaron al coche para atrás desde el capó y el percance se
solucionó luego. Hubo miembros colaboradores que , en la operación, prestaron
su energía y aprovecharon para empujar tocando culos diversos. Los jóvenes
conductores preguntaban quiénes éramos y alguien les comentó: GRMANIA.COM.
Agradecidos, observaron cómo la máquina humana es capaz de casi todo siempre
que quiera.
Celebraciones
en y de altura
Ya en Bagà, dos oteadores estrenaron la temporada de búsqueda de
bares con otra novedad muy significativa. El personal se concentró en dos
terrazas próximas pero en una calle peatonal ocupada solo por GRMANIA. El
domador de percherones decía que allí no se podía encontrar ningún bar
accesible a tanta gente pero la realidad fue otra.
Los postres estuvieron cargados de celebraciones: exquisitas
galletas para homenajear a la nieta de nuestra GRmana de primer apellido
“Nieto”; el aniversario de nuestra extremeña andarina de lujo con pasteles y
licor de higos artesano, y también el
licor de bellota. Esto, junto a las botellas vino, jarras, petacas,
botas y otros contenidos, alegraron el ambiente.
Sin
alcohol
Otro hecho sin precedentes fue el comportamiento observado en
personas que presumen de haber abandonado el alcohol. Mientras el resto tomaba
bebidas completas, con todos sus ingredientes, quienes proclamaban ser
abstemios y bebían cerveza SIN y americanadas con cola, provocaron caídas de
objetos de las mesas: vasos, botellas y otros enseres. El suelo de la calle
quedó “marcado” por los SIN. Después de
esto, se les invitó a reconsiderar su propuesta anunciada decambio de vida, a
libar con bebidas que despierten el ánimo y emocionen a propios y extraños.
Mientras, el recaudador ejercía su función yendo y viniendo de bar
a bar.
En resumen, la primera etapa demostró que las fuertes subidas de
la alta montaña aún no se nos resisten y que el espíritu solidario está
presente. Como decía aquel famoso eslogan de tráfico, si ves a alguien con
problemas “Detente y ayuda”.
Evaristo
17/9/2016
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