domingo, 22 de abril de 2018

GR 3, etapa 8 entre Salo (Sant Mateu de Bages) y Camps (Fonollosa) 21 abril 2018

Cómo corregir la orientación con la desorientación

¿Alguna vez pensamos que una etapa en la vida a veces se parece a  la vida en una etapa?  
Literatura, creatividad, intimidades, cultura, orientación, comida, desorientación, bebida, propuestas, celebraciones, reencuentros, energías, puntos de vista... 

Cuando se acercan las fechas señaladas para eventos literarios masivos, fijados para un día al año, la literatura corre por las venas hasta de  caminantes avezados con trayectorias culturales muy consolidadas por los años. El día 23 de abril  revive y se celebra cuando se puede con regocijos culturales que completan la etapa de aquel día. 
La salida del recorrido, en Salo (a 620 metros de altitud), municipio de Sant Mateu de Bages, recordaba el paso por aquí hace algunos años y se ignoraba la controversia sobre el nombre: con o sin acento, fuente de inspiración de un ciclo narrativo, ambientado en un pueblo imaginario que es este. El final, en Camps, municipio de Fonollosa, a 600 metros de altitud. De la iglesia de Sant Pere i Sant Feliu en Salo hasta las variadas de Camps: Santa Maria de Camps, Santa Maria de Caselles. Sant Mamet de Bacardit y Sant Esteve de Camps (un respeto a los apellidos).  

Abordajes

Cuando el personal se dirigía al punto de salida, este juntaletras fue abordado (sin previo aviso, sin saludos matinales de cortesía) por alguien con riquezas discursivas, léxicos rebuscados y propuestas interesantes, en un reencuentro gozoso. Días antes depositó en el buzón del escriba una joya que hacía tiempo no recibía: una carta manuscrita de su puño y letra dentro de un sobre, escrita con bolígrafo, con rúbrica original, cuyo contenido eran indicaciones y sugerencias literarias para iniciar el próximo curso andarín: versaba sobre aquella idea de agrupar literatura, comida, fotografías y, sobre todo, vida. En la etapa de junio se despejará la incógnita. Un nuevo libro después del poco éxito del propuesto en junio pasado.
El sujeto de la iniciativa es docto en muchas artes, declamador de rondallas, cuentista consagrado, formador de candidaturas a matrimonios como manda la autoridad eclesiástica, consejero espiritual de GRMANIA (aunque no parece que mucho personal necesite de sus doctos servicios apostólicos: en este grupo casi está en el paro, el personal no parece acercarse a  menesteres tan espirituales) y persona muy preocupada por elevar el nivel cultural (ya muy alto) del personal. Su atuendo destacaba por sombrero de paja de ala ancha, mochila muy personalizada con diseño a la antigua usanza, con acopio de material literario propio y ajeno: recortes solo del diario casi oficial de la situación actual y fotocopias extraídas de colaboraciones en el mismo medio. Como este cronista parecía que no le demostraba que había leído la carta, reforzó su insistencia con los medios digitales: el correo electrónico. La realidad es que sí que había enriquecido su escasa sapiencia con la lectura de aquel manuscrito. Obtuvo respuesta electrónica y se le remitió a esta etapa, de ahí se supone que procedió la locuacidad matinal. 

Incógnitas

Si cada etapa se cree que se sabe cómo empieza, nunca se descubre nada más allá que sea seguro y fiable. O sea, como la vida. He ahí la aventura dosificada,  casi en estado semipuro. Y nadie se atreve a predecir cómo acabará, aunque se sabe que sí se llegará al final.
Quizá fuera por el encanto de lo desconocido o por abordar otros retos (si es que queda alguno), esta vez se dio un paso más: no se trajo ningún equipo de transmisiones. ¿Por qué? Quizá fuera para auscultar el sentido de la orientación, para ver cómo salir del entuerto o cómo tensar una situación en la que, a esta circunstancia, se le sumaba que este GR no tiene marcas, los cruces de caminos son variados y la primavera regala pasos descalzos por cauces secos el resto del año.
Pronto surgieron en varios móviles los traks bajados de wikiloc -que no coincidían ni con el supuesto trazado del GR ni con  las interpretaciones-, quienes le hacían caso a lo digital mientras otro personal intuía marcas físicas o creía descubrir lo que no se veía porque no estaba. Y a eso se sumaba la poca inspiración del GRmano que cuando viene aporta seguridad. En esta ocasión, su sexto sentido no había despertado, había dejado el mapa de la etapa encima de la mesa y tenía que escuchar supuestas interpretaciones a la causa de tan inusual estado de la orientación, en persona a la que le caben todos los caminos de Cataluña en su cabeza. La orientación, por tanto, nació fruto de la lucha contra la desorientación.  Como en la vida.

Formación

Quienes aún están cotizando y se desenvuelven laboralmente en el mismo entorno, a veces prolongan sus interesantes reuniones en el acomodo del asiento matinal y aleccionan a los ignorantes sobre cómo seguir formándose. Las maravillas previstas para adolescentes que se titularán en ciclos formativos dedicados a actividades deportivas y similares, parecían insinuar una adaptación a GRMANIA en un futuro no lejano. Esa juventud que aprendería con la hípica, socorrismo, natación, aguas diversas y más destrezas, podría provocar el nacimiento de una unidad formativa para este grupo: orientación práctica para llegar al final de cada etapa cuando las mochilas y los bolsillos van a tope de enseres, mapas y tecnologías pero cuesta consensuar por dónde continuar.  Sería una formación para muy adultos, quizá con un reconocimiento oficioso cuando se demuestre que algo se ha aprendido. El título Máster aquí ya no llega ni a  bono basura. En el camino de vuelta esos docentes también se llevaron ideas para promocionar esos estudios con metodologías comunicativas de gran impacto emocional. Después se verá. O sea, formación a lo largo de la vida.

Orientación

Camino adelante, después de senderos apenas sin esfuerzo, la orientación estomacal insinuaba al grupo que había que aportar energías al cuerpo. ¿Un lugar? Claret dels Cavallers, grupo de masías documentadodesde el siglo XIII perteneciente a Sant Mateu de Bages desde 1857. El grupo comía a la sombra de antiguas masías medievales, con la iglesia calle arriba, con retablos dedicados a Sant Pere el más grade y los laterales a la Mare de Deú del Roser y a Sant Isidre. Arriba, el castillo de Claret, el gran señor cuyos caballeros aportaron el nombre al lugar. Una tartana debajo de un cobertizo daba fe de que había caballos; unos excrementos, que pasaban por allí,  y una hormigonera, obras. Los únicos habitantes (¿caballeros podríamos llamarles?) visibles en aquel momento eran un manso gato y su peluda madre (se supone). 

Agua

Los arroyos obligaban a ensayar saltos fluviales, unos fáciles y otros con lavado de pies incluidos. Naturaleza explosiva, propia de una estación bien regada, con acuíferos llenos y el verde como forma y fondo. 
La ablución en el último paso sirvió como prolegómeno para una dura escalada. La señal inicial indicaba que era una zona de pastoreo para la prevención de incendios. No obstante, se echaba en falta la habitual señal en carreteras de montaña, útil para conductores y, sobre todo, para ciclistas. Aquí sería de la siguiente manera: un tramo con pendiente al 17%, 611 metros al 22% y otro al 15%. Sudor, esfuerzo, camino sin visión final, cuando creías imaginarla había otra curva y la vista se perdía más arriba. La agrupación final suscitó comentarios diversos mientras se vaciaban los bidones de agua, miradas de soslayo para ver rostros exprimidos y alguna frase ambivalente, sin decir ni sexo ni quién la dijo: “No me mires así que vamos al reservado”.

Observatorios

Boixeda, Valentines, Roters, Cal Ferrer, Cal Ferreret, y letreros varios en un cruce con aires de derroches del lujo. 
Hasta por aquellos dominios tan rurales de la Cataluña profunda llegaba el sonido de una expedición de coches Porche. La ostentación urbana en rostros lozanos, con colores de estar a la sombra, joyas, relojes de marca, sonrisa por el placer de ser visto y creyéndose admirados por el envoltorio, aunque muy desorientados si un coche no iba detrás de otro. Estaban fuera de lugar. Diversiones con libertad. 
Al lado, el Observatori Astronòmic de Castelltallat, visitable siempre con cita previa. No así en el bar restaurante, que algunos caminantes visitaron antes de subir al autobús. Primeras cervezas y el recuerdo de cuando alguien hace años iba a comer a aquel antiguo restaurante, que era un añadido al comedor de los dueños. Hoy el local ya es otro.

Señales

En aquel contexto, donde debía haber señales del GR para descender, había colocados lazos amarillos. Una persona, muy de acuerdo con su significado (más bien devota), tuvo un lapsus mental que le traicionó con esta frase: “Por aquí vamos por mal camino”. Que no cunda el pánico. En esta ocasión, por la boca no muere el pez. Mientras, indicadores bidireccionales: a Camps 7,3 y a Camps 5,6. Se le supone la opción elegida. 
Ya de bajada al destino final, mentes doctas y cocos muy bien amueblados instruyeron al respetable con tendencias sociales preocupantes, a partir de su visita a territorios allende los mares que marcan tendencia. La sociedad del bienestar se acabará. Estadounidenses y chinos son inteligencias que erosionan las comodidades europeas y los sistemas a los que creemos tener derecho para siempre. Las predicciones para el futuro son muy negras. Queda dicho.  
Mientras, el presente se enfilaba hacia la Necròpolis de la Plaça de la Creu Camps(Fonollosa), muy documentada con cartel alusivo de la Diputació de Barcelona,   iglesia Camps, con necrópolis turística al lado de una iglesia parroquial muy bien equipada. No solo por la cristalera interior que aísla la estancia pero muestra el entorno sagrado sino por disponer de lavabos. Se supone que así se aporta seguridad a las próstatas de fieles entrados en edad. Quien voluntariamente mostró la zona de culto fue interpelado con profusa devoción por la tumba de un soldado y el lugar donde estaba enterrado. Como señal de respeto, llevaba en la mano la histórica gorra de una causa perdida más, el Viet Cong. Ese soldado también debía luchar por causas diversas, como en todas las guerras casi siempre perdidas. Fuera, frutales en flor, jardines cuidados, rosales y campos verdes. La naturaleza ganada. 
Diversas señales denotaban que la conducción del autocar estaba delimitada por condicionantes diversos (por no decirlo de otra manera más corta y directa). Maniobras y partida hacia Manresa, donde destacó la visita de un querido e ilustre GRmano al que todos deseamos que nos acompañe de nuevo cuanto antes mejor. Siempre en actitud de servicio, con voz de mando y atento a que el grupo se sienta bien. Lo consigue siempre.

Ellas

El altillo del bar acogió al grupo, si bien los cerebros situados en cuerpos más altos debían evitar dejar neuronas pegadas en el techo. Celebraciones de aniversarios con paso de década y bodas de hijos, gustosos dulces de Almería. El azúcar al poder. 
El acto literario fue conducido con gran acierto por ellas, aunque no podía faltar el habitual infiltrado masculino y buen maestro de ceremonias literarias, muy ducho en temas de la actualidad con recortes que alegaban a libertades diversas y con copias de un artículo de Fernando Trias de Bes (diari ARA del 12/02/2018), sección “Correpinsiboticlastes” (la fotocopia no da fe del título original: “Correpins i Boticlastes, separado), título “Virtuals i covards” (enlace al original): abusamos del Whatsapp.
Intercambio de libros después de las frases de mujeres con rotundos y muy necesarios mensajes, leídas por ellas; punto de libro personalizado con fotos de momentos del grupo y una poesía más de quien domina el arte rapsoda y se atreve con éxito a mezclar el catalán y castellano: buenas palabras, paraules, palabras…¡maestro!

Presión

Parece ser que ya hay en marcha un grupo de presión (lobby) con más fuerza a medida que tiene más adeptos. Han hecho un censo de la procedencia de algunas personas y han detectado que crece el número de quienes provienen de Rubí y Sant Cugat. Están a punto de solicitar parada de autocar por allá. Atentos a sus maniobras, muy razonadas. 

Intimidades

Durante la etapa no pasaron por alto destapes reales o citas a otros de fuera. Si ya es habitual mostrar las carnes a señores que enseñan sus cuerpos con gallardía mientras se cambian de camiseta, si mientras se desayuna se dan cremas a los pies, si en el autocar hay quien cambia sus calcetines sudados como si tal cosa (“a mí no me huelen los pies”, justifica), de vuelta causó furor una nueva práctica observada en vestuarios masculinos de clubs de alto nivel. Parece ser que ya es práctica habitual que haya hombres que introducen el secador por debajo de la toalla, a la altura de la entrepierna. Dicen que es para secar zonas no rasuradas. Será así. No se sabe si esta práctica ha pasado a ellas o no.
Otra intimidad contada con orgullo fue de quien dijo que tenía  más pecho que su pareja. No se aportan pistas sobre ambos sexos, ni quién dijo qué. Y, entre intimidades y marketing digital, aquellos doctos docentes preocupados por captar más alumnos jóvenes para su ciclo formativo, se llevaron gratis toda una campaña comunicativa  para difundir sus buenas prácticas: propuestas para fotos de cuerpos, máquinas, poses, insinuaciones y demás lecturas. 

He aquí la vida de una etapa desde el punto de vista personal. Apuntes que pueden aplicarse a otras etapas de la vida. 

Evaristo
Terrassa, 22/4/2018 

martes, 10 de abril de 2018

Cáceres en primavera: dia 5 y último, desde la Garganta Nogaledas a la de Caozo con final en el punto de partida inicial

DESDE LA IGNORANCIA:

Inteligencias de la Naturaleza

Antes de caer en la nostalgia a la que nos trasladarán los recuerdos después de vividos, aún quedaba agua por ver, naturaleza por vivir, líquidos por beber y pitanzas por digerir. Último día de experiencia viajera por Extremadura, con la meteorología a nuestro favor y la inteligencia de la naturaleza para preservar las flores de los cerezos de climatologías adversas. ¡Qué razón tenían para permanecer ocultas a nuestros ojos! ¿Contra natura la naturaleza? A las que se han atrevido a mostrar su blancura ahora mismo (10 de abril), un envoltorio blanco y frío ha tapado sus pétalos, como si la amenaza fuera ajena a la nieve que ha sorprendido las flores prematuras. Blanco sobre blanco con peligros helados. Las bajas temperaturas y los fríos de momento no les afectanpero retrasan la floración aún más (¡y pensar que íbamos a llegar a tiempo cuando fuimos!). Sabia la naturaleza.

Rutas
De nuevo en Jerte, un día que predecía el aumento del turismo tranquilo que se acercaba al objetivo natural y se reconfortaba luego al sol en mesas de terrazas bien surtidas, familias y personas que preguntaban si por allí caía agua de un chorro que podía ser una fuente pero querían decir que era una gran cascada aunque no sabían si se acercarán o su destino final era llegar al fin pero también preguntaban si costaría mucho subir y si luego arriba tendrían fuerzas para bajar (o sea, un ascenso tan costoso como leer la anterior frase sin respirar).
La aproximación a la Garganta de las Nogaledas por el sendero SL-CC 33 parecía tranquila por en medio de huertos, sendas con agua y árboles a punto de florecer. Pronto la llanura se convirtió en pendiente. Delante había cinco cascadas (otros dicen que siete) de gran tamaño, aptas primero para la fotografía y después para la observación (si había tiempo una vez recuperado el aliento), urbanizadas con escalones,  barandillas y zonas de descanso que eran aproximaciones a miradores con vistas al descenso del agua. 
Ya arriba, la amplitud del valle sorprendió mientras el camino de bajada favorecía el contacto con árboles diversos, por en medio de cerezos con ramas al  alcance de la mano, propicias para pensar qué pasaría si las circunstancias fueran otras y los frutos ya estuvieran maduros. Acondicionamiento de caminos, telas metálicas de protección contra quienes se podrían otorgar una degustación gratuita y el final que para muchos no madrugadores era el principio, ya en el pueblo de Navalconcejo.

Más
Otras rutas con la Cascada del Caozo como destino último y nuevo del viaje. Más turística, más al alcance, con gran plataforma para inmortalizarse con el agua al fondo y servicios a pie de pista: cervezas y demás. Todo muy señalizado. Si te pierdes por allí seguro que acabas en ella. 
Personal que ya ansiaba comer, con ciertos efectos del andar de los días anteriores que hacían mella en los cuerpos, aunque todos sepamos que la obviedad dicha por la artista mexicana Frida Kahlo es cierta: “Al final del día, podemos aguantar mucho más de lo que pensamos que podemos”.

Signos
Esparcimiento otra vez en Navalconcejo, con gentes que probaron el zapillo y otros que “se colocaron” solo con asomarse a la puerta de un garito en busca de una cerveza para reponer fuerzas en unas mesas de picnic al lado del río. 
Vivencias curiosas ante las puertas de los excusados (WC) propias de los modernos logotipos, simbologías y señalética diversa que de tan originales no se acierta con el fondo de la forma. Hay que imaginarse la escena. Una vez superada la primera aspiración pulmonar con aires perfumados a base de hierbas, buscas un lavabo. Como siempre, al fondo. Llegas con el tiempo justo para encontrar tu ubicación espacial y demás. Observas las dos puertas de los sexos más habituales (hasta ahora) y no identificas a quién corresponde cada dibujo. Vuelves y preguntas en la barra para despejar el entuerto: el dibujo de la copa pertenece al lavabo de mujeres y el de la cerveza al de hombres. La mujer que lo descubrió ayudó al resto a orientarse. Aquí el GPS no sabría qué ruta aconsejar. 

Consignas
De nuevo una de las sorpresas del día vino de la mano de simpáticas frases y comentarios “inocentes” que no serían tanto si el contenido fuera otro. “Dos personas hoy no han venido porque son inteligentes”. Al resto, o sea, a quienes estuvimos, ¿se le supone?. O cuando el intercambio de opiniones se centró entre lo que es legal y lo que es ético. Como que el tiempo apremiaba y las mentes e inteligencias estaban en posición de descanso, más valía descubrir algún monumento del pueblo de camino al autocar. Ya de vuelta, aún surgieron las últimas rosquillas artesanales de Serradilla, antes de conducir al personal a Plasencia.

Cierre
La celebración final, con cena, discursos, obsequios, karaoke, bailes y saraos diversos demostró una vez más que el orden desordenado o el desorden ordenado no son términos antagónicos sino complementarios. La organización espontánea da sus frutos cuando la colaboración es activa y desinteresada. Final del recorrido con despedidas y regresos a los puntos de partida al día siguiente. 
Extremadura es un símbolo más de esos territorios que se pasan de largo en viajes con un  origen y un destino señalados de antemano. Cuando lo que necesitan es verlos de cerca, en distancias cortas y emulando los consejos del escritorIgnacio Martínez de Pisón: «Se trata de situarse un poco en los márgenes, viajar a sitios a los que “hay que querer ir” porque no están de paso para ninguna parte, adentrarse en comarcas donde el GPS se despista por falta de costumbre. Se trata también de demorarse en los meandros […] y en definitiva de dar valor al tiempo de la única manera que lo permite la naturaleza: perdiéndolo, porque perder el tiempo es el mejor modo de ganarlo”.

Importante:

Más información sobre todos estos días en Cáceres (fotos, poesías, traks, crónicas, etc.) todo agrupado en la web de GRMANIA, gracias a la colaboración de mucha gente inteligente que estaba allí y al fenomenal  trabajo del estimado Josep Ferrer, siempre muy activo para colaborar en todo y más. Presente en el viaje aunque no hubieras podido venir. ¡Ánimo y un fuerte abrazo, Josep y María!


Evaristo
Terrassa, 10 de abril de 2018 

sábado, 7 de abril de 2018

Cáceres en primavera: día 4, de Serradilla a la ciudad de Cáceres. 27 de marzo de 2018


DESDE LA IGNORANCIA: 

Patrimonios con mucha humanidad

Estar en Cáceres y no ver Cáceres no entraba en la programación de quienes lo tenían todo previsto. Y estar en la zona del Parque Nacional de Monfragüe (declarado reserva de la biosfera por la UNESCO, “donde la vida te invita a la contemplación”) y no ver Serradilla tampoco cabía en las mentes humanas que pensaban para que otros no esforzaran sus neuronas en la planificación de aquel día. La hospitalidad de las gentes de esta población se vio en detalles, que son los que después se elevan a principios. “Un lugar de Monfragüe que habla con su pasado”, subtitulan los folletos que explican historias, hechos y andanzas de gentes anónimas de Serradilla, que son las auténticas protagonistas de ser lo que somos. Una invitación a hacer lo mismo en un grupo que ya tiene muchos años vividos, con la notable  y progresiva  tendencia a hablar sobre los recuerdos ahora en el presente, síntoma natural de la edad y de imitaciones al “abuelo Cebolleta”. 
El programa del día era apretado pero todo se logró porque los cuerpos fueron alimentados con yantares excelentes, gracias a las gentes de Serradilla.

Dehesas
Antes de partir desde Plasencia hacia esta población, se oyeron comentarios del tipo: “GRMANIA tiene buenos sentimientos pero…”, o sea, ciertas discrepancias públicas (discutibles, opinables y respetables: como todo) sobre hechos puntuales que cada uno interpreta como quiere. Los individualismos suelen comerse a la socialización. Bienvenida sea la crítica. 
Los sentidos y sentimientos se abren a las vastas vistas de llanuras ocupadas por encinas, cigüeñas y olivos en un entorno herbáceo que pronto acogerá la floración primaveral. Las dehesas cacereñas con su amplitud, el verdor  y el testimonio del cultivo del campo, del trabajo y de la rentabilidad. Ante cometarios insidiosos de supuestas zonas ricas hacia otros espacios peninsulares (se vuelve a evitar la denominación estatal que empieza por E, no siendo que…) bien valdría aplicar la frase escuchada: “No tienen que demostrar nada”. 
Algunos andaban buscando animales negros, con o sin cuernos, de los de la vista baja o alta, de esos que tienen buenos hasta los andares. Costaba identificarlos (o no había o el alcance de las dioptrías, vista cansada, cataratas y otras menudencias oculares apenas permitía ver poco más allá de la punta de la nariz), por tanto era difícil fijarse en una fauna que suele pasar desapercibida pero que más tarde fue muy celebrada. 

Humanismo
Ya en Serradilla, colocados los cuerpos en una posición más o menos erecta, hubo quienes se fijaron en el exterior,  en la luna del autocar, rajada por una piedra, y otros miraron más a su interior y relataron los agradables efectos de pastillas como el Almax para mitigar las  sensaciones nocturnas de las cenas a base de migas, embutidos y otros platos “vegetarianos” (porque previamente un animal había comido y procesado las verduras y hierbas variadas) y de bajo contenido calórico. 
Enfilados hacia la Garganta  El Fraile, llamada así porque una parte elevada de la roca cortada se parece a un fraile en posición sentada, se lee que en el pueblo llegaron a hablar de él con una familiaridad propia de quien existe. Al lado, la Portilla de la Garganta, por donde un arroyo cruza la sierra llamada Peñafalcón. Suponemos que allí estaba el Mirador del Alambique (como siempre, es mejor consultar el track en la web de www.grmania.com y fiarse más de la máquina que de este humano que junta letras sin parar), en el entorno del puesto de observación de animales carroñeros que vuelan alto, con gran envergadura (los otros suelen llevar más veces corbatas que ropa de calle y sí que “vuelan” alrededor de nuestros bolsillos y macroeconomías varias), allí se identificaban los buitres porque los lugareños así lo aseguraban.
Como siempre, grupos, subgrupos, minigrupos y hasta una persona sola que se debía agrupar consigo misma y pretendía ir a su libre albedrío detrás del primer grupo más andarín y sometido a vicisitudes diversas, como veremos a continuación.

Protagonismos
La preservación del Patrimonio de piedras, naturaleza, espacios y entornos urbanos es importante ante tantas amenazas de destrucción auspiciadas por un ser erguido, con dos pies, manos y demás partes, incluso con la capacidad de pensar. Monfragüe y Cáceres ciudad son dos buenos ejemplos. Pero hay otros patrimonios indispensables: las personas. Y aquí en Serradilla nos acercaríamos a algunas.
Caminantes del primer grupo aún siguen impresionadas por el ejemplo humano del guía, Moisés. No queda más remedio: hay que citar su nombre. ¡Qué paso!, ¡Qué ritmo! ¡Vaya zancadas! A veces se pensaba  que ese minigrupo, de seguir así mucho tiempo, acabaría pasto de los buitres, los cuales sobrevolaban a menudo encima de sus cabezas. No, Moises y ellos no parecían confabulados. Los humanos entraban en terrenos casi prohibidos de Mongragüe, donde esa ave y otras especies habitaban a sus anchas. Cascada espectacular, ascenso hasta encaramarse a riscos donde se divisaba a los buitres  posados abajo. Silencio impuesto. 
A continuación Moisés sorprendió con su historia. Fue capaz de salir de años sepultado en el mundo de la droga, encontró en este terapéutico espacio cacereño la medicina necesaria para ver otra realidad más sana, los caminos y sendas le siguen ayudando con otro estilo de vida. De vez en cuando cortaba espárragos tiernos y se los comía, mientras el grupo iba con la lengua fuera y se desgajaba el personal formando una sudorosa fila a punto de sucumbir. Era un efecto parecido al de Kilian Jornet el que casi hundía en la miseria a personal que se consideraba fuerte, aunque también hubo la oportunidad de estar a su altura. 
Mientras los que iban a su lado resoplaban, Moisés situaba y nombraba los perfiles de las zonas altas: la Casetina, el Mirador, la Cruz del Siglo (colocada por el ayuntamiento de Serradilla cuando se pasó del siglo XIX al XX, con la que se quiso recordar lo efímero del tiempo de los humanos en comparación con el paisaje - ¡qué gran lección!-), el sitio por donde llegó el Cristo desde Plasencia, con Serradilla al fondo. 
Le daba tiempo a hablar del poder de los celos (no humanos sino de los animales, que a veces son imitados por aquellos), contar cómo alguien crió con biberón a un venado, que le seguía fraternalmente. Pero, cuando estuvo en celo, le clavó varias punzadas con los cuernos. A punto estuvo de matarlo. Su hijo, con mucha pena, tuvo que quitarle la vida para salvar a su padre.
Y qué decir de las relaciones entre ricos y pobres, hasta el extremo de que cuando una persona rica del pueblo moría, nadie quería llevar el ataúd e introducirlo en la iglesia si la familia no pagaba. “Los cementerios, de ricos están llenos” : refrán. Ricos inhumanos hasta el final, propietarios de grandes latifundios, dehesas de pastos con encinares, alcornoques y monte bajo . O que las cabezas de las sardinas las comían unos, ellos,  y los de siempre, todo lo demás. Deshumanización que aún  abunda mucho hoy.
De ahí, cronómetro en mano, hasta al embalse que almacena agua para el pueblo. Visto, no visto y adelante. Subida y bajada veloz con cinco minutos de adelanto al destino final. 

Morro
Moisés sabía que en el bar del pensionista una parte de la cabeza del insigne animal la trabajaban muy bien. Había que llegar antes de que se acabara. ¿Estas  personas del bar, estos animales de vista baja y ese morro cocinado no se merecen ser también Patrimonio de la Humanidad? Para sus clientes y ocasionales visitantes, aquel manjar era como para no difundirlo demasiado. Precio, calidad y producto inigualables. ¡Qué morro! ¡Y qué persona, Moisés! ¡Nervio y figura, hasta la sepultura!

Atenciones
Fue el inicio de un tiempo gastronómico que ya comenzó el primer día con dulces de elaboración artesana cocinados por manos femeninas expertas en endulzarle la vida a la gente. Otro gran patrimonio humano, que continuó en el bar de las piscinas, donde el ágape fue como para derrotar a aquellos seres humanos: calidad, cantidad, atenciones y humanidad dignas de recuerdo. El personal parecía sentirse en un paraíso, con tantas gentes  anónimas que son las auténticas protagonistas de la historia . 
Hubo quienes no visitaron el Santuario del Santísimo Cristo de la Victoria ni la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción pero sí acudieron al matadero a comprar chacinas o a la tienda del pueblo a completar el pedido. Y escucharon el habla “serraillana”.
Faltó la foto de grupo pero la mejor imagen fue el trato y el recuerdo acumulados de tan buena gente, comenzando por la guía serradillana que preparó la visita y sin olvidar al gran Moisés. Un fuerte abrazo, compañero. 
Detalle humano a tener en cuenta que no pasó desapercibido porque, ya en el destino, el coordinador del grupo lo consultó y advirtió a este escriba: ¿cómo se llama la actual alcaldesa de Serradilla? ¿Qué denotaciones tiene su nombre y apellidos? Como ustedes son hábiles, listos, con buenas luces y mejores recursos, por favor, husmeen en esta web: Serradilla. Ahí está la respuesta. No hay premio. “¡Por Serradilla no se pasa, tenéis que venir!” dicen. Y fuimos. Y , si podemos, volveremos.

Patrimonio
“Cáceres con mucha pasión” rezaba el cartel. Se supone que el lema durará todo el año, no solo en esta Semana Santa con tanta pasión. Desde la Plaza Mayor, bien guiados por una profesional del turismo, la ciudad brindó sus emblemas: Torre de Bujaco, Torre de los Púlpitos, Torre de la Yerba y resto monumental, incluidos aljibes con agua, riadas de turismo, personal dedicado a selfies con mucho tesón y postureo, jóvenes que solo atienden a actores disfrazados de medievales, casas nobles, higueras centenarias, patios, piezas en museos, templos y todo aún bajo la mirada de iglesia, iglesia y más iglesia o señores invasores y  otros acontecimientos que mejor lo explican los expertos. Google lo enseña todo.
La gran pregunta que alguien le hizo a la guía: “¿Dónde vivía la gente normal?”. El turismo sigue conduciendo a los visitantes a las herencias de quienes han mandado, visitar es ver partes destacadas (hechas con la sangre y el sudor del pueblo que nadie cita) que conquistan las masas a golpe de móvil y cámara fotográfica. La sociología del turismo como una industria imprescindible hoy. Estar y ver cotiza al alza en el vivir. Instagram y similares son nuestra historia viajera.
No pasó desapercibido que, mientras  en una torre habían construido agujeros artificiales para que se resguardaran unas aves protegidas, los cernícalos, al lado estaba el Palacio del Los Golfines, donde Franco fue proclamado caudillo y jefe de no sé cuantas cosas, aunque después todo se consumó en Burgos. Curiosidades en los nombres. 

Asueto
La plaza mayor fue un buen espacio para el relax postcultural, entre multitudes que peregrinaban por las calles hasta llegar al sitio de donde poco después saldría una procesión en el “Cáceres con pasión”. El personal, mudado como corresponde al evento, iba a escoger un buen sitio por donde pasearían a quien tocara, con fuerzas de seguridad a modo de escoltas y el Himno Nacional como despedida (Paco Ibáñez, a muchos nos pasa como a ti). Estampas de otros tiempos que dan lugar a deducciones preocupantes que aún permanecen.
De vuelta, al lado del autocar, frase para la antología por su construcción, por el trasfondo y posibles deducciones: “Cuando no contéis, no me contéis a mí”.

Para acabar, mejor recordar a Ryunosuke Satoro, cuando dijo: “Individualmente, somos una gota. Juntos, somos un océano”.

Evaristo
Terrassa, 7 de abril de 2018 

miércoles, 4 de abril de 2018

Cáceres en primavera: día 3, por la Garganta de los Infiernos y Jarandilla de la Vera. 26 de marzo de 2018



DESDE LA IGNORANCIA:

Aguas arriba con la mirada en blanco

Dirigirse a los infiernos en Semana Santa puede formar parte del guión de caminantes no intrépidos que aseguran antes dónde ponen el pie, no vaya a ser que la condena más grave sea una caída con secuelas inadecuadas para estas edades: podría convertirse en un infierno en vida o la vida en un infierno, pero todo se supera. Los pares de bastones dan un buen rodaje para posteriores situaciones vitales, donde quizá deberemos echar mano de objetos diversos para poder movernos. El personal fue conducido a una zona con buenos baños, vistas panorámicas, zonas para equilibristas avezados y sendas entorpecidas por aguas diversas, con puentes que te obligan a replegar las costillas con curiosos quiebros.

Centro
Creencias aparte, el recorrido se inició en el Centro de Interpretación de la Garganta de los Infiernos, lugar con alta densidad humana y más motora: de entrada, zona de aparcamiento de autocaravanas, con inquilinos que estiraban piernas y perros, y husmeaban qué aspecto tenía un paisaje que se estrenaba con el día recién amanecido. Riada humana hacia donde te interpretan lo que ves y no ves, con vehículos todoterreno preparados para acercarte a eso que has de interpretar. Y una fuente que demostró lo imposible: no echar agua en una zona donde es más fácil lo contrario. Puede que las sinergias con  el bar de enfrente  tuvieran algo que ver.
Quien dirigía dio el parte al Centro con el número de personas humanas que llevaba en la expedición. A cambio, tres mapas explicativos y un cúmulo de consejos que son habituales en muchos lugares: las frases comienzan con “NO” o con prohibiciones diversas. Con lo fácil que sería cautivar al público con un lenguaje cercano, amable y positivo, incluso explicando qué puede hacer y con qué disfrutar. Más agradecido que impositivo. Una frase curiosa y con buenas intenciones, extraída de tanta normativa oficial: “tocar, oler y observar es mejor que arrancar”. Como se deduce, está sacada del contexto natural.

Movimiento
La subida por la senda se resolvió de manera ordenada, hasta llegar a enclaves más vistosos y turísticos. El camino comenzó a anunciar que aguas arriba la vista te sorprendería. En medio hubo las oportunas fotos de parejas, en solitario, con un puro en la mano y siempre con la amplitud de un paisaje que aún es más amplio por la desnudez de árboles sin hojas.
Los Pilones se ven ahora con profusión de agua que golpea en la pendiente. Y las llamadas “Marmitas de Gigante”, un lujo gratuito. En verano se disfrutan de otra manera, con el baño, los puentes como si fueran trampolines, la bajada acuática y el chapoteo constante. Regalos de la vertiente noroeste de la Sierra de Tormantos, la vertiente sureste de la Sierra de Gredos y el río Jerte. Todo aquel gran bloque granítico originado hace entre 350 y 200 millones de años, con los granitos y gneis como protagonistas a nuestros pies.

Puentes
No se les aprecia en su magnitud hasta que no están porque no son o porque el agua se los ha llevado. Para caminantes que avanzan con diligencia, su ausencia les obliga a decantarse por el rodeo más largo en lugar de la corta línea recta. Cuando todo parecía que encajaba, la naturaleza te obliga a pensar que la inversión en esfuerzo será considerable si quieres alcanzar la senda que tienes enfrente. Mientras, alguien quería entender los interiores del  GPS que llevaba en la mano. Había adquirido el compromiso de grabar la ruta para publicarla en la web oficial. Ante cierta dificultad estalló con una máxima de frontispicio de templo griego: “A mí no me digas más que ¡arre! y ¡so! en el GPS. Todo lo demás es complicarme la vida”.

Saltos
Avanzar en medio de tanta agua primaveral suponía todo un reto para zapadores y husmeadores en vanguardia. Asomaban la nariz y solo veían dificultades para “dar el salto” (al otro lado, se entiende). Los cuerpos con los años no están para riesgos e inseguridades. Alguien repitió su máxima más favorita a medida que celebra cada aniversario: “¡Cómo se ponen los cuerpos con los años!”.
 Solo hubo un avezado caminante que lo intentó y lo consiguió. Pasó al otro lado pero tuvo que convivir con su soledad y buen sentido de la orientación hasta el punto final. Admirable el reto conseguido: “No he discutido con nadie porque no he visto a nadie”, resumía la hazaña, con técnicas de orientación muy acertadas, como las fotos del reconocimiento, ir unos pasos adelante y otros atrás, descifrar marcas no demasiado orientativas, ir hacia arriba y volver para reorientarse.
El resto tuvo que ascender sin parar, rodear, perderse en una fila interminable, franquear cascadas y puentes hasta llegar al mismo sitio del salto pero por el otro lado. Como se ve, el camino más corto entre dos puntos que no puedes saltar se denomina Rodeo.

Blancos
Un día claro, sudoroso, con amplias perspectivas por encima de uno de los valles que acaban en el del Jerte. La idea era dejarse nublar la vista por el blanco de las flores de los cerezos, No obstante,  la naturaleza es  sabia y sigue un ritmo concreto. La mirada se fijó en el blanco de la nieve de las alturas, o en los piornos, robles, jaras, alisos, sauces, fresnos, tejos, acebos, abedules. Y, sobre todo, en dónde pones el pie y en quién va delante para no perderte.
División de grupos y seguimiento de una parte para caminar por una parte del recorrido de Carlos I de España y  V del Sacro Imperio Romano Germánico hacia el monasterio de Yuste. Por cierto, ¿por qué eligió Yuste para retirarse y morir? Allí, al final,  también a algunos se les pusieron los ojos en blanco por otros motivos y celebraciones no previstas.

Subidas
El ascenso por donde llevaron al emperador era tortuoso, serpenteante y deteriorado  por el agua de la lluvia. Imaginábamos sus huesos trajinados en un dispositivo con escasas suspensiones y menos amortiguación, después de los 5 meses de viaje desde Laredo, una vez abdicara. ¿Qué no vieron quienes no vinieron? Los letreros con la denominación “Ruta de Carlos V” han sufrido modificaciones en la primera letra: una P por una R,  Paso Malo, Fuente del Beato, collado de las Yeguas (la altura máxima de la senda: 1475 metros), Garganta del Hornillo, Escalerones, fuente Peñalozana, fuente de los Alisillos, collado de la Encinilla, fuente de Robledo Hermoso, vistas panorámicas a donde miraras, nieves en los altos, la comarca de la Vera al fondo, bosques,

Disgregación
Si éramos pocos, divisiones y subdivisiones. Como siempre.
La cercanía al final de la etapa, Jarandilla de la Vera, provocó un corte en el grupo y la escapada de dos caminantes sin mirar atrás. Significó llegar a los 585 metros sobre el nivel del mar y tanta agua vista debía dar paso a otros elementos.
En un momento dado alguien dice a alguien: “Para una vez que aciertas el camino…” Ufano que se puso el aludido. Pero inmediatamente, confusión. Del acierto se pasó al error. Las 4 personas que quedaban en aquel corte se tuvieron que diseminar por un ancho campo buscando la ruta. Nos salvaron las rayas blancas y rojas, como pasa  desde hace 22 años. Testigo: un enorme pino que levantó acta del evento.

31 con 30
¿Dónde estaban los dos escapados? Con los labios en blanco, llenos de espuma de las jarras de cerveza a las que estaban enganchados. El resto , después de la foto de rigor, también fue a abrevar al mismo sitio. Y ahí recibimos la agradable sorpresa (con invitación a las bebidas) de que el matrimonio acompañante aquel día cumplía 30 años de casados. Gran evento en una jornada en la que, según el GPS ya citado y bien usado por una mente despierta, marcaba 31 km en total. Y gran felicitación a la pareja e hija por la gran hazaña (de resistencia activa y pasiva, se supone) en un día que les recordó los años de convivencia.
Al final la preocupación de todo el camino se convirtió en alegría. El saltarín llanero solitario demostró sentido de la orientación, sensatez y recursos. Un gran reconocimiento para él, aunque también las mentes más irónicas y socarronas  de GRMANIA le leyeron el manual adecuado a estos casos.
En el camino de vuelta a Plasencia hubo tiempo de pensar también en el tiempo. Y qué mejor que acudir al maestro Borges:
El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego”, 

Evaristo
Terrassa, 4 de abril de 2018

domingo, 1 de abril de 2018

Cáceres en primavera: día 2, de la cascada del Chorrituelo al chorro de la Meancera. 25 de marzo de 2018

DESDE LA IGNORANCIA: 

Sierras cacereñas con hiperglucemia y sobre ruedas

Después de la descubierta nocturna del entorno placentino, a pesar de la rebaja horaria, mientras los cuerpos aún se reponían de la manduca nocturna, hubo que enfrentarse a las viandas matinales del hotel Real y conseguir buena nota en la alimentación primera del día. Buena gente que te ofrece un gran servicio de dos estrellas. Atentos a tantas necesidades alimenticias del personal caminante que se olvida de los habituales y repetidos consejos  médicos, tan saludables ellos, y se lanza “a la molicie”, que diría el coordinador, una vez consumido el puñado de pastillas reglamentario por parte de quienes las usen como soporte vital (cada vez más básico). 

Licores
Con los estómagos llenos de nuevo, acopio de panes y víveres diversos para un camino que parecía de desgaste corporal, la expedición se dirigía a las Hurdes y a la Sierra de Gata. La jornada amagaba que desgastaría zapatillas pero acabó con más uso de neumáticos sobre el asfalto.
Fue tal el “desgaste” de la media hora transcurrida desde el desayuno hasta la primera parada, los “ímprobos” esfuerzos extenuaron tanto los cuerpos que otra vez hubo que abrir el maletero del autocar. ¿Sólo para coger las mochilas? ¡No! ¡Para husmear en las cajas con las tres clases de roscas tan bien elaboradas por la  buena gente de Serradilla que parecían resurgir como el Ave Fénix! Debió bajar tanto la glucosa que la mástica  se puso en marcha. El conductor, tan atento él, sorprendió al personal con una botella de aguardiente de tono azulado y con vasos de plástico. Más que nada para favorecer la circulación (de los roscos y perrunillas, claro). Organización: fila y reparto de la libación a pie de recorrido. Nota: hubo que llamar la atención a una caminante que repitió tres veces de la bebida, saltándose colas y solidaridades. Menos mal que al final sobró orujo, que fue consumido más tarde. ¡No se podía echar a perder!

Inicios
Difícil poner orden con tanta hiperglucemia y líquidos de alta graduación. A pesar de algunos comentarios de  quienes mostraron cierto escepticismo sobre el grupo a lo largo de todos estos días, con frases más que irónicas, el personal se autoorganizó e inició la subida para ver si el exceso de glucosa se rebajaba. El objetivo era ir  a la cascada del Chorrituelo y acabar en Robledillo de Gata. También se habló de subir a un pico, como mínimo un grupo. Pero, de él, o sea, del pico, ni rastro.

Definición
Mientras se encaraba el ascenso, se supone que las nuevas visitas e incorporaciones  al grupo debían abrir los ojos como platos ante el discurrir de los hechos. Por mucho que les explicaran sus anfitriones… ¡verlo para creerlo! Se supone que ya intentarían deducir cómo se organiza esta gente que se ríe hasta de su sombra, quién manda aquí, qué especies de caminantes son que comen y beben con facilidad, sin atender a la tensión, colesteroles varios, ácidos úricos, niveles de glucosa y otros diagnósticos de galenos. Que les regalan un dossier muy trabajado y casi  ni lo miran. Que llevan GPS y tecnologías punta y solo se encomiendan a aquello que les da seguridad: las líneas blancas y rojas de los GR, ¡su segura salvación, también en Semana Santa!
En la subida un miembro histórico de esta cofradía GRmana le intentaba deconstruir a una persona nueva cuáles eran los principios fundacionales de esta gente. Ardua labor debió tener. Se supone que la remitió a los sesudos estatutos, libros de actas, webs, reconocimientos oficiales y demás documentación mas oficiosa que oficial (que brilla por su ausencia o casi, y si la hubiera casi nadie la recordaría). Antes de que nacieran movimientos asamblearios como la   CUP catalana y otros sucedáneos, GRMANIA ya existía. ¡Bakunin y Durruti se identificarían con esta formación! Se desconoce si el sujeto consiguió que la nueva incorporación  entendiera algo sobre este personal.

Chorros
Después del aguardiente, el agua. O sea, subida para bajar a ver la cascada del Chorrituelo de Ovejuela (opcional, que quiere decir lo habitual aquí: que bajó quien quiso, cuando quiso y subió cuando le dio la gana) con sus 80 metros de caída de agua. Solo se oían adjetivos y se veían móviles disparando sin cesar, con postureos varios, emparejamientos, en solitario, con un pie levantado, en picado o contrapicado, más cerca del agua, un poco más allá, con sonrisa de oreja a oreja, ponme la mano por aquí, vigila que me haces daño, así sí cariño. El arte de dejar constancia que estuvimos allí. La foto x millones de ese sitio en Google, Flikr y similares. 
¡Será por agua y por chorros en Extremadura! Para que después se reproduzcan y publiquen estereotipos vejatorios o denigrantes, injusticias de quienes creen que la riqueza es solo una y propia, sin darse cuenta de sus carencias, arrogancias y falsos orgullos. 

Arriba
Llegados arriba hubo quienes seguían preguntando por el mencionado pico cuya subida era opcional. ¿Dónde está? ¡Ya lo dejamos atrás! Momentos de consultas asamblearias en grupos reducidos para consensuar lo evidente: seguir adelante y afrontar la bajada hasta Robledillo de Gata. El pico no aparecía por ninguna zona geográfica. Otra especialidad de este grupo: poner, quitar, planificar, anular y cambiar a última hora, sobre la marcha.
Etapa corta de caminar y larga sobre ruedas. Ya lo decía la guía, que sabe mandar con mucha eficacia en su territorio: ¡venís a ver Cáceres en cuatro días y eso es imposible! De sobra sabe ella que se enfrentaba a una anarquía que siempre acababa bien. Aunque hubo quien repitió su frase favorita: ¡Esto es GRMANIA!

Abajo
Llegados al pueblo citado, que desde arriba parecía de postal,  se dedujo que era de los núcleos más turísticos de la zona, situado al final de uno de los valles más profundos y encajonados de la sierra de Gata. Más/menos 100 habitantes,  casas de adobe y madera, molino de aceite, conjunto histórico declarado de interés cultural. Asueto para comer, dispersión general y reconocimiento de parte del grupo en un bar tipo garito que destacaba por sus dificultades para la identificación facial. En medio de la  oscuridad hubo quienes tapearon, bebieron y hasta  intentaron lo imposible: un café que no paladearon. No obstante, más abajo les esperaba el autocar. ¿Con qué? ¡Con más roscos y el aguardiente sobrante! Se dio buena cuenta de todo, solo para recuperar los niveles habituales de glucosa, gracias a las buenas gentes de Serradilla. 


Escoñes 
La partida hacia El Gasco, en la sierra de Francia, fue más camino “sobre ruedas”. ¿El objetivo?: otro chorro, el de la Meancera. Difícil siesta con curvas en un traslado por una carretera estrecha.  A su paso por las muy angostas calles del pueblo de Descargamaría el conductor bromeó para que las personas gordas de al lado de las ventanas se encogieran. Curioso nombre el de esta población, donde María era sinónimo de las mujeres y había zonas para que reposaran por la carga que llevaban. 
Este momento fue aprovechado por un andarín leonés  para contar que una catedrática de instituto, ante un paso complicado,  le pidió que, antes de llegar a caerse, la agarrara por donde pudiera para no escoñarse (palabra de la RAE en el anterior enlace). 

Miradas
Llegar a El Gasco,en Las Hurdes, tiene como recompensa sus casas hurdanas, un descanso ante tanta curva, ver cómo cabe un autocar allí, que puedan tomar cafés y otras bebidas quienes no las encontraron en Robledillo y dirigirse al segundo chorro del día, el de  la Meancera. La senda del mismo nombre, de apenas 3 km de largo: accesos muy urbanizados gracias a Fondos europeos diversos, desfile humano, esfuerzo y presencia final ante los 100 metros de bajada del agua. Más espectacularidad en el paraíso extremeño.
Aquí también hubo posturas diversas, otras fotos de grupo y elucubraciones sobre posibles cambios de la estética de la cascada. Siempre aportando ideas…total, para nada. En especial las poses de alguien que regresó a la adolescencia cual sirena surgida del agua con destino a Instagram. Como no tenga suficientes likes sabrá el por qué.
No obstante, el colmo de la modernidad tan contemporánea fue por un GRmano que quiso que su foto del chorro con el móvil  fuera contemplada por alguien muy sesudo que lo estaba viendo con sus propios ojos en la realidad. No picó en el anzuelo digital. 
Hubo cierto intento de plantear la posibilidad de subir al volcán de El Gasco, lugar de donde sacan los vecinos piedras  para elaborar la artesanía que venden a la puerta de su casa. Todo quedó como el citado pico de la ruta del primer chorro.

Explicaciones
De vuelta, el público recibió explicaciones de dos tipos: las de la guía,  todo dicho con energía y con ese toque entre orden, claridad y decisión para intentar que el público no la interpele con preguntas que sobran; y las del conductor, empeñado en instruirnos en afluentes, ríos, pantanos, paredes de pantanos, extensiones del agua del pantano Gabriel y Galán, el río Tajo, la relación de su pueblo con esas aguas, los tejidos que cuelgan en las casas de Oliva de Plasencia, la ciudad romana de Cáparra, todo mientras en la fachada de un edificio aparecía la inscripción “Alabado sea Jesucristo”. 

Ambientazo
Llegados al hotel, el ambiente era “brutal”. Todas las mesas ocupadas por personas de la tercera, cuarta o quinta edad que se solazaban con juegos tradicionales de mesa. Alguien dudaba de la rentabilidad de su estancia de tantas horas allí. No cansaban a los camareros. Pero las dudas se incrementaban cuando entró el público andarín del autocar: predominaban pensionistas o aspirantes ya muy cercanos. De nuevo otra vez la palabra  rentabilidad. Si el dinero que has pagado durante toda tu vida se ha usado para la pensiones de quienes ya se han jubilado, ¿y a mí qué?

A ti, mañana te espera más camino. Si quieres, claro. Con esta gente los planes existen pero las sorpresas también. A estas alturas, tanta planificación siempre está sujeta a las circunstancias. Y las de mañana pertenecen a otro día. 

Evaristo
Terrassa, 1 de abril de 2018