miércoles, 14 de diciembre de 2005

Comida de Hermandad: 20 de junio de 2005

Última etapa: circular en la casa de Carmen en Torreblanca

La eucaristía de cierre de temporada, un motivo más para el hermanamiento senderista


GRmanos y GRmanas,

La última etapa de la temporada se acostumbra a desarrollar también en continuo movimiento, con algunas paradas recuperadoras de fuerzas pero todo dentro de un recinto delimitado por el contorno de las propiedades de la familia de Carmen, efectuando bastantes viajes cortos pero provechosos. La celebración ecuménica por excelencia, la eucaristía, estuvo dignamente representada este año por las figuras mediáticas que adornan nuestro vaticano particular, una estampita digital que compite con la cúpula romana y se difunde también urbi et orbe, aunque sin el boato ni los adornos conciliares del Estado Vaticano. Un Santo Padre y muchas mesas que practicaban continuamente el tomad y comed y bebed y hablad y gozad de la fraternidad de una temporada ya cerrada que da paso a la siguiente. Ausencias de dos notables: un cocinero y el ayudante del diplomado en albergues. Pero también, la presencia de nuevas personas, traídas quizá por las expectativas que siempre crea la buena gente.
Esta etapa siempre se presenta con intenso trabajo, indumentaria apropiada y multitud de aperos, objetos y enseres que la hacen inolvidable. Todo para exteriorizar esas virtudes que se acumulan temporada tras temporada para que, en torno a dos paellas, vuelva a surgir otra vez el más el auténtico espíritu de GRMANIA (por lo menos, así lo ve el Director de la Oficina de la Fe Senderista).
En vehículos particulares y con una puntualidad aleatoria, el punto de concentración no fue en esta ocasión los tradicionales bajos de una altiva chimenea sino el magnifico y ya habitual entorno de Torreblanca, enfocando a las paredes de Montserrat. En vez de mochilas surgen a diestro y siniestro los más variados objetos, indispensables para el inicio del recorrido gastronómico final. La colaboración general montó un auténtico set, como si fueran los boxes de tranquilos senderistas de GRMANIA en estado de relajación, una zona para el disfrute de una larga parada y fonda para reposiciones diversas. Un jardín, árboles, un espacio cubierto con barbacoa incluida, una casa, piscina y Sant Jeroni, un buen marco para incomparables vibraciones paisajísticas y humanas (y para los creyentes, quizá también espirituales) procedentes de las míticas paredes de Montserrat.
El recorrido inicial no necesitó de GPS pero sí hubo móviles orientadores a modo de modernos lazarillos que anuncian su presencia, no con ladridos pero sí con melodías descargables. Las primeras horas, preparatorias del ágape, son propensas a sudores, lagrimeos perfumados de cebolla, el olor a ajo en los dedos, los dedos teñidos del rojo del pimiento, movimiento continuo de herramientas y útiles de cocina, descargas de maleteros llenos de innumerables pertrechos. Pelar, cortar, aliñar, ordenar, calentar, dorar, separar, pochar, mezclar, rehogar, hervir, asentar, sentarse, comer, hablar, reír, recordar, planear y...¡que aproveche!
Mientras el proceso previo a la eucaristía se preparaba, hubo especialistas que tuvieron que superar obstáculos aparentemente fáciles pero imprescindibles: el equipo de entoldadores extendiendo cuerdas y sábanas protectoras de las rigurosidades solares; ingenieros que descubrían los entresijos de los chips ocultos de un nuevo quemador, el cual parece ser que no superó las peculiares normas ISO coreanas; el arreglo la noche anterior de la tecnología de la piscina, con la pérdida de miles de litros de agua porque el operario de turno tampoco debió pasar controles de calidad. Tanta actividad y tanto calor se pasó que los cuerpos pronto detectaron continuas bajadas en el nivel de líquidos y del colesterol modelo LDL (el malo, conseguido con buenos productos que luego te prohíben). Múltiples paradas en marcha, continuos altos en el particular camino, pasos cortos y culos en sillas o tirados por los suelos o remojados en el agua de la piscina, degustaciones diversas supliendo la bota y el bocadillo por aperitivos variados, bien regados y mejor comidos. Productos extremeños, bebidas con y sin alcohol y especialidades diversas anunciaban lo que vendría después. También se repartían dos CDs con fotos, no todo iba a ser atender a la gula. En el fondo todo formaba parte de cierta estrategia disuasoria: se intentaba nublar la vista, saciar los estómagos y adormecer las papilas gustativas por si las paellas adolecían de algún “defecto de forma” final.
A más alcohol, menos reconocimiento de matices deficientes y más aplausos para ayudantes, pinches y cocineros titulares, de tal manera que el ensamblaje final del arroz superara con adjetivos varios la cosecha paellera de 2004.
Repuestos con creces de tantos líquidos sudados, las lenguas se explayaban proporcionalmente al efecto de las graduaciones ingeridas y a cualquier tema formulado por las personas contertulias del corrillo o tertulia lateral. El cultivo de cierto desorden y el alterne intergrupal cohesionó unas relaciones aún más intensas si se ojeaba la evolución de las paellas, te cautivaban sus vapores y eras capaz de reponer el líquido con una penúltima visita a la nevera. Los dos objetos metálicos con asas que unían tantos ingredientes no eran sino una metáfora de lo que, trasladado a personas, es GRMANIA: donde nadie es extraño y se acoge a quienes les invitan a participar o quieren compartir. Pero, así como en el plano senderista hay un Santo Padre, en el tema de ordenación de las paellas también hubo una cabeza pensante que siguió al pie de la letra su librillo arrocero, con la suerte de ser jefe de condumios y sentarse a la derecha del Padre.
Gracias a las buenas sensaciones que produce el buen olor, con placenteros movimientos de los jugos gástricos, gracias a que entre más tarde se come más se valoran nuestros platos y gracias a las bebidas, los estómagos parece ser que recibieron muy bien la ingestión del resultado final. Los frescos vinos ayudaron a la circulación del condumio y a su asentamiento en el aparato digestivo y, para alegría de los cocineros, los platos fueron rellenándose, señal de que el trabajo final no quedó mal.
Como siempre, los postres siguen siendo uno de los platos fuertes de GRMANIA, un momento especial que muestra aquellas creaciones con las que se consigue ese esperado efecto sorpresa, que se ve recompensado por la gratitud reflejada en la cara de quien los prueba. Antes de los dulces, también hubo el efecto sorpresa de una fruta reincorporada este año, no tanto por sus incitadoras estimulaciones eróticas sino por ahorrar el trabajo de la tradicional macedonia. Después, originalidades de cosecha propia, derivados del chocolate incluidos. Y un detalle altamente simbólico: nuestro poder de difusión de la imagen de marca llega hasta el marketing más directo, como fue la reconstrucción de nuestros colores en blanco y rojo con chucherías, aprovechado después para su deconstrucción por pequeños y grandes. Todo formaba parte de la “comun-unión” en esta eucaristía particular.
Con tan buen ambiente y con muchos cinturones aflojados, llegó el momento cumbre, la entrega de los cuatro paritarios diplomas a personas que han hecho por GRMANIA tanto como las que aún no los han recibido (pero están en la lista de espera). La duda siempre está en saber por qué a unos antes que a otros, qué han hecho estas personas que no hayan efectuado otras, aunque el orden de factores no debe alterar el producto final. Y también hubo cierta decepción en algunos sesudos mentideros formados por analistas de la casuística que convergió en la entrega de cada título a tal persona, todo hay que decirlo. En especial por parte de una persona que, antes de venir a la celebración, confesó que había tirado a la papelera la reproducción de “El Guernika” de Picasso que adornaba su sala de estar, pero había conservado la alcayata con la ilusión de colgar y mostrar su esperado trofeo a familiares y amistades (amigo, pronto lo tendrás).
Como una comida da para mucho, aparecieron muchas propuestas para el futuro y para el presente que conviene sugerir, para reconducir la nostalgia de una temporada que acaba con la ilusión de esas nuevas ideas que hacen que un grupo afronte expectativas aún no conseguidas:
- La COME (Comisión de Medallas) anuncia que la próxima temporada se entregará “La gran Jarra de GRMANIA” a quien haga actos heroicos en beneficio de todos. La convocatoria puede quedar desierta si se considera falta de heroicidad.
- Nuestro jefe ya ha enviado una propuesta de salidas y actos diversos para la próxima temporada. La definición entre el GR1 y el 92 se hará sobre la marcha.
- El próximo lunes 27 de junio, a partir de las 17 horas, en el local de la calle Blasco de Garay, se reunirá la comisión que colabora con la Federació de Cristians para preparar la romería de octubre a Montserrat.
- De cara a la próxima temporada se espera el estreno de la nueva camiseta técnica de GRMANIA, de color rojo y manga corta, con el logotipo reducido y adaptado.
- Como el verano pasado, quien se mueva por el mundo que recuerde llevar la actual camiseta, hacerse una foto digital en lugares singulares y enviársela en septiembre a nuestro webmaster para la sección “Y tú, ¿dónde la luces?”.
- El precio de la comida, como siempre, es “político”: se incrementó por tener que pagar la nueva paellera, el quemador, los apoyos y los cuatro palos (o remos) y, además, se redondeó al alza para sacar fondos para GRMANIA (como ya os detallará el jefe). Al final todo queda en casa, sumándose al patrimonio del grupo.
- Se habló de pensar en la posibilidad de elaborar unos estatutos y registrar GRMANIA como una asociación.
- En septiembre se pondrá en marcha el foro de la web, creado por el diplomado administrador digital.
- Este verano un grupo de observadores de GRMANIA se trasladará a los Picos de Europa para preparar una posible estancia en albergues de estas tierras del norte en futuras salidas.
- En septiembre se empezará a difundir el dossier de prensa elaborado entre centros excursionistas y medios de información. La finalidad es dar a conocer a GRMANIA.
- Y, siempre, EL QUIJOTE es un buen recurso para situarse a su sombra.
Como veis, los arroces y las eucaristías dan para mucho. Y eso que en vez de comidas de trabajo se trabaja para hacer la comida. Actos de este tipo son fruto de la buena predisposición de todos y de todas, por eso se ha evitado citar nombres aquí para no excluir a quienes seguro que también han colaborado como el que más.
Para acabar, señalar que estamos a las puertas de una próxima temporada histórica. En septiembre entramos en el DÉCIMO ANIVERSARIO DE GRMANIA. Seguro que si seguimos así nos superaremos aún más. Pensad en posibles ideas para encumbrar aún más GRMANIA en tal aniversario.
Como uno casi siempre tiene que recurrir a ideas de otros, qué mejor para despedir esta epístola post-eucarística que hacerlo con esa frase que lucía nuestro estimado hombre del GPS y fotógrafo y más cosas, en su camiseta. Un pensamiento más:

“ Triste época la nuestra,
es más fácil desintegrar
un átomo que un prejuicio”
A. Einstein.



Salud y buen camino



Evaristo
Terrassa, 20 de junio de 2005

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