viernes, 2 de diciembre de 2005

GR-3, 21 denoviembre de 2004: tercera etapa, de Els Munts a Sant Bartomeu del Grau

Tercera etapa del GR 3: de Els Munts a Sant Bartomeu del Grau

Los efectos colaterales de pasear un GPS entre la niebla


GRmanos y Grmanas,

La salida de esta etapa pasará a la historia por la aglomeración de gentío antes de la hora prevista y sin que aún hubiera llegado el microbús. No eran jubilados que acudían raudos y veloces para ser los primeros en subir al autocar y situarse en el asiento acostumbrado. Esta vez la tercera edad o no le tocaba madrugar o venían más tarde. Éramos los GRmanos y Grmanas quienes nos adelantábamos al horario previsto. La razón, sin duda, es la coletilla que el jefe nos dejó caer en el último recordatorio, como quien no quiere la cosa. Una postdata en mayúsculas: “PD: SIGUEM MOLT MOLT PUNTUALS PER RESPECTE ALS QUE HO SÓN” impactó y todos cumplimos la orden, y más cuando repite dos veces la palabra clave. Recordar la ausencia de miembros históricos y miembras históricas y saludar a las nuevas personas que nos acompañaron: dos jóvenes con Cesc, la compañera de Tesa y también remarcar que hoy se hizo realidad la visita de una persona que hacía tiempo que figuraba en la lista de espera de la consulta viajera de GRMANIA, Rosa Gil, experta en escaladas, cumbres, rutas lejanas y en el tratamiento de temas más profundos del paisaje humano.
El grupo GRMANIA ya se consolida incluso en los foros eclesiásticos. Una muestra evidente es el testimonio impreso que el GRmano Jaume aportó, una publicación eclesiástica del nuevo Obispado de Terrassa en la que se nos cita como quintacolumnistas que conducen las mesnadas a Montserrat. Por otra parte, este gacetillero recibió la llamada del máximo organizador de la Romería invitándonos a ir a Montserrat el próximo lunes 13 de diciembre a efectuar una valoración de la expedición con los abades del citado centro religioso de Cataluña. También aprovechó para confiarnos la organización de la próxima romería 2005, si hay GRmanos y Grmanas que quieren colaborar.
Pero la proyección de GRMANIA va más allá de la religión. Hoy toca hacer memoria histórica y recordar que fuimos unos adelantados a los tiempos políticos actuales. Ahora que tanto se habla de unos gobernantes que fueron de excursión política (y se supone que también gastronómica) a hacerse una foto a Miravet y a anunciar el llamado “espítiru de Miravet”, deben saber que antes que ellos GRMANIA ya estuvo allí. En una etapa de lluvia las huestes de Pepe subieron a la fortificación, admiraron los meandros del Ebro en lontananza y, antes que el tripartito, nuestro particular GRpartito ya funcionaba con un auténtico espíritu de grupo, sin necesidad de Estatut propio de funcionamiento.
Y no todo queda aquí. No hace mucho anduvimos por caminos cercanos a donde vivieron nuestros ancestros. Hemos pisoteado las tierras de nuestro nuevo abuelo Pau. El amigo “Pierolapithecus catalaunicus” vivió al lado del GR 5, en una zona de Els Hostalets de Pierola que, cuando pasó GRMANIA, estaba desmontada por la construcción de un centro de basuras (al que se oponía la población) y por estas excavaciones. Nuestros pasos, por tanto, también hacen y tocan la historia.
Ponemos los pies en el suelo y, en esta ocasión, el destino inicial eran Els Munts.
La niebla fue nuestra compañera en Osona, capaz de mojarnos por fuera, convertirnos en sombras andantes, adornar el paisaje con esa bruma fantasmagórica que también tiene su belleza. Sin embargo, el alivio a tanta penumbra llegó cuando el conductor paró el autocar al lado de Els Munts, encarado a la profundidad de la perspectiva de un paisaje espectacular. Hasta el chófer se asombró y tal cara puso que aún quedó más perplejo cuando Manel le cortó las sensaciones con la frase: “¡Mira, gorrión, a dónde te traemos para que veas este paisaje y encima te sale gratis!”. Mientras los atuendos y demás parafernalia era colocada como corresponde entre excursionistas avezados, hubo quienes se trasladaron al punto final de la etapa anterior. Se desconoce si para añorar la subida última, para presumir de los sudores allí derramados o sólo para ver el paisaje ya conquistado, de forma más descansada que en la anterior ocasión. Lo que sí causó extrañeza fue que en un lugar alto bautizado precisamente con el nombre de Els Munts, nada más bajar del autobús, hubiera un remo de una barca. Hay quien se le abrieron los ojos como platos, quizá soñando con esa embarcación nueva que espera como oro en paño, mientras Pedro, de tierra adentro, viendo el objeto como un vulgar palo de agua, interpretó tal esotérico símbolo como que “es que aquí no dan un palo al agua”.
A esta altura, entre los pertrechos de Pepe no podía faltar su ininterrumpido trasteo con el GPS. Botones, coordenadas, menús, flechas, grados, kilómetros, pueblos, direcciones, fueron los conceptos más importantes de la programación del día. Todo giró en torno al nuevo tótem: retrasos, estiramientos del grupo, concentración en torno al aparato, movimiento de la máquina en todas direcciones, interpretación de su pantalla, memorización de todos los datos para ofrecerlos como una exclusiva catalano-mundial en www.grmania.com. El caso es que Pepe lucha para comprender la máquina con progresivo espíritu de victoria. Pronto nos citará en su colegio a una sesión presencial, impartida con tecnología muy visual, incluida la ya imprescindible presentación en Power Point , para hacernos amena su explicación de las interioridades del GPS del grupo. La idea de su intervención académica es evitar, como dijo Jordi, “salir con la cabeza caliente y los pies fríos”. Por eso se ha preparado concienzudamente en esta etapa.
La niebla fue un factor que se confabuló con el buen ritmo y pronto se observó cómo casi se batían récords de km por hora andada. Parada obligatoria para el primer tentempié al abrigo, en un bello lugar llamado Santa Llúcia. En el porche de entrada a la iglesia hubo lucha contra los elementos, búsqueda sin GPS del sitio más resguardado de la niebla y colocación de las posaderas en el mejor lugar posible. Mientras el retrasado GPS aparecía, el panorama debajo del tejado era un conjunto de cuerpos en variadas y decentes posturas: sentados en un banco de piedra, cuerpos por los suelos, de pie, en recónditos rincones. Pero la niebla hacía de las suyas y pronto se descubrió que la iglesia adyacente a la masía estaba abierta. Una vez el GPS ya estaba de cuerpo presente, los acólitos de Pepe fueron entrando en el recinto sagrado. Creyentes, agnósticos, ateos, todos los perfiles ideológicos fueron desfilando por el interior del centro de culto. Hubo hasta quienes recordaron sus tiempos jóvenes y subieron al coro. Pero este ataque de fe, cierto en muchos GRmanos y Grmanas, era para otros una búsqueda de calor.
La casa de Santa Llúcia, según le informó a este escribiente un muchacho que salió, era un centro de acogida de menores de edad con familias con problemas.
Desde aquí a Sant Martí Xic, el camino fue un original paseo entre la niebla, con cierto encanto de paisaje misterioso. Vegetación de media montaña, tierras de cultivo, el olor porcino propio de la industria animal de la comarca, la magia de las tierras aradas que esperan la siembra de la futura vida, todo en un paisaje de montículos que demuestran que la Plana de Vic no es tan plana como dice su nombre.
Sant Martí Xic, a 845 metros, encima de impresionantes riscos que acreditan un paisaje tan espectacular que se propuso repetir la etapa en mejor tiempo, esta ermita está decorada con una escultura exterior en homenaje a las personas que caminan por allí (o sea, también nosotros) y con un maravilloso poema del añorado poeta de Roda de Ter Miquel Martí I Pol. Cerca, otras letras de Jacint Verdaguer, el mossen de Folgueroles. Fotos con la ermita al fondo, fotos en grupos, en parejas, subida al Castell de Voltregà y también fotos arriba, en medio de la bandera catalana en un 20 N, aniversario de la muerte de Moya. Allá en la cima, en un momento de recogimiento ante aniversario tan “sentido”, alguien dio fe de una conversación histórica dicha “off de record” entre los falangistas, allá por los años 30/40 del siglo pasado. Estos camisas azules insinuaron, sin que el más que general los oyera, que se podía reconocer la bandera catalana como representante del Estado español. Aducían estos secuaces de Primo de Rivera que la española es una reproducción de la catalana con menos barras y, en su sentido práctico de la política, decían que así se acabaría con los problemas que les creaban Cataluña y otras zonas peninsulares. Pero Moya no los oyó. Sus cabezas se libraron de un tajo seguro.
Bajamos por un paisaje imponente, de cortados majestuosos que nos descubrieron una cara desconocida de Osona. Llegamos a una hípica, donde hubo reagrupamiento de la tropa, con insinuaciones e insidias respecto al nuevo juguete electrónico y a su portador. Que si hay que ponerle un horario de uso, que si llevarlo apagado, que si confiscarlo, que si guardarlo bajo llave, sin valorar que el estiramiento del grupo se debía a la profundización en sus conocimientos del GPS para preparar mejor el Power Point y no calentarnos la cabeza con tanta teoría. En la espera, rodeados por caballos, un perro con una gran herida vino a vernos, sin sospechar que nuestra experta veterinaria hoy no estaba. Pero sí que fue una agradable sorpresa, y muy aplaudida, el detalle de la hípica de poner los colores del GR impresos en un mosaico y en un lugar bien visible de una pared del complejo caballar.
El camino nos va descubriendo el encanto de árboles casi desnudos, con el suelo acolchado por una esponjosa capa de hojas casi secas. Suaves y continuas subidas que nos conducen a la última ermita de la etapa, Santa Perpètua de Voltregà. Desde arriba, con la niebla casi recogida hasta su probable despliegue al día siguiente, observamos el típico paisaje osonenc, propio de manuales de escuela y de anuncio de pizza o fuet de Casa Tarradellas, de Gurb (por cierto, anuncio con masía incluida grabado en una casa de un pueblo cercano, Cantonigrós). La llegada a Sant Bartomeu de Grau fue el final de una de las etapas mejor marcadas, con la novedad de señales del GR3 que forman parte de los indicadores de tráfico. Sin embargo, todo quedó en “porca miseria” cuando vimos que en el único bar abierto de tal pueblo no sabían apreciar con quiénes estaban hablando y no mostraron demasiado interés en abrirnos sus grifos de cerveza.
Ni Sant Bartomeu, ni Gurb, hubo que buscar un abrevadero en Vic. Allí, el trasiego de bebidas fue la antesala de los abundantes chocolates, del anuncio de la Navidad con productos típicos de las fechas y con el trasiego abrumador de la lotería. Por momentos aquello se convirtió en una timba de juego. Mientras Manel luchaba por vender las participaciones de su número oficial, otros se le adelantaban y pretendían esquilmar los bolsillos con números variados, no fuera que se acabara el dinero en metálico. El saqueo adquirió tales proporciones que algunos tuvieron que pedir prestado, otros querían ir a buscar alguna oficina bancaria y hasta se las vieron y se las desearon con reservar la cantidad para pagar el autocar. Mientras, Manel hacía publicidad de su compra y, para los incrédulos, decía que había ido a rezar a Montserrat, Lourdes y Fátima; que le había pasado los décimos por la chepa de un jorobado en la misma administración. Todo fueron excusas para que nuestros vendedores ambulantes vaciaran las carteras de quienes confiamos en que nos toque y organizar un viaje conjunto de dos meses para hacer el GR de Canadá que va de punta a punta.
En el capítulo de novedades, destacar la propuesta de aumentar el patrimonio con la compra de dos walki-talkis de cobertura cercana a los 5 km. Así en cada etapa cada aparato lo llevarían respectivamente las personas de cabeza y las que cierran filas. Serviría para evitar pérdidas y que nadie tenga que gastar su saldo del móvil en el rescate de personas extraviadas.
También los mentideros andarines ya están proponiendo y trabajando en futuras expediciones. Citando al socorrido Paul Eluard con su frase “Hay otros mundos, pero están en éste” (cita a la que acudimos los pedantes), se pretende por lo menos acercarnos a los paisajes más próximos. De hecho el jefe y diplomado en el Departamento de Albergues, Paco García, ya perdió una etapa del GR para husmear y valorar el albergue de Berga y tenerlo en cartera para empresas posteriores. Otras GRmanas como Ana y Cati, se desplazarán como enviadas especiales de GRMANIA a un albergue de una zona de Cuenca durante el puente del Pilar. Estudiarán el terreno para una prevista salida a ver el nacimiento de los ríos Cuervo, Tajo y Segura, y la ciudad encantada de Cuenca, las Torcas, etc. Para completar los proyectos, ya se contempla la posibilidad de proponer una salida para abril a Àger. Si somos cerca de 40 podríamos incluso “bloquear” el albergue de la población, en palabras de Pepe. Quien quiera hacer parapente estilo Marta Ferrusola es opcional, el objetivo es iniciar el GR 1 y hacer el recorrido por la impresionante garganta de Mont-Rebei.
En fin, desear la solución de quienes tienen problemas en las rodillas(con 3 en 1, voltarén o sucedáneos genéricos), espaldas, mareos, bajadas de glucosa y otros achaques circunstanciales. Nos toque o no el 62799 u otros números, lo importante es seguir y continuar con esa buena salud física y sobre todo mental que puede aportar GRMANIA a todos y a todas.

Terrassa, 21 de noviembre de 2004

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