viernes, 2 de diciembre de 2005

GR-3, 7 de mayo de 2005: novena etapa, de Salo a Cardona

Novena etapa: de Salo a Cardona

La despedida del Bages, entre la decadencia masculina y la espectacular Montaña de Sal de Cardona


GRmanos y GRmanas,

En alguna etapa tenía que ocurrir y ha sido en la novena. El número de personas del sexo femenino ha superado a las del sexo masculino. En realidad esto no debía ser noticia, ni siquiera objeto del más mínimo comentario. Pero la realidad de GRMANIA es una muestra de la normalización de la sociedad. Si en muchas etapas las hormonas masculinas imperaban y el género hombre no dejaba de hacerse notar, hasta copar los altos mandos virtuales de este grupo, la sección femenina (léase en minúsculas y sin reminiscencias de otros tiempos) poco a poco ocupa más asientos que el cada vez más sexo débil. La novena etapa tuvo 12 mujeres y 11 hombres. Los números cantan y quedan ahí para futuros análisis sociológicos y para posibles cambios paritarios en la cadena de mando. Atrás quedan tantas etapas en que las varoniles conversaciones casi acobardaban las pocas pero valientes mujeres que se atrevían a moverse con soltura entre tanta sección masculina.
La puntualidad poco a poco se va consiguiendo, a pesar de que siempre hay alguien que confirma la regla por su excepcionalidad, y siempre en el punto de salida nos visita la tercera edad. En esta ocasión eran tres señoras que, vista la calaña andarina, no se confundieron con el autobús que las llevaría a las ofertas, regalos, comida y baile todo a 25 euros. Aunque sí hubo una que le hicimos recordar sus tiempos jóvenes cuando ella también iba de excursión. Algún lejano día imitaremos al abuelo del anuncio de los caramelos Wherters y seremos nosotros los que recordaremos aquellos pasados tiempos, o sea, éstos.
Salo se asomó en un día caluroso más propio de junio que no de ahora. El Bages aún conserva el incipiente verdor de unos campos sedientos que, de no llegar las esperadas lluvias, se agostarán y ayudarán a los pageses a confirmarles su impresión de que el campo es muy bonito sobre todo para el que no vive de él (y menos lo trabaja) y de que ellos, posiblemente, serán los últimos en continuar las costumbres, las tradiciones y los rituales heredados de tantos años de tratar al campo de una manera humana y ecológica. La Cataluña profunda quizá haya que descubrirla así, recorriendo caminos a punto de cerrarse y perderse, andando por donde de momento no llegan los quads ni las motos, observando los restos de masías y bancales para valorar cuando aún se ven bastantes casas con vida, animales en los corrales, rancias masías llenas de la vitalidad del día a día, cultivos de cereales, árboles podados, bosques explotados y no quemados y ese olor natural al estiércol (que no el penetrante fruto de piensos concentrados: ya indispensables).
El recorrido transcurrió con la normalidad habitual. En un principio las marcas dieron ánimos de ausencia de dificultades visuales. Además, nuestro experto en GPS, Fede, luchó para evitar las habituales pérdidas. Pero como contra los elementos no luchamos, las marcas nos pusieron a prueba por su inexistencia en algunos tramos (seamos sinceros: por no verlas). Y, como casi siempre, cada etapa tiene momentos de hacer un auténtico GR (Gran Rodeo) . En esas estábamos cuando alguien del grupo recibió una llamada de un GRmano que ya había hecho algunos kilómetros caminando por tramos portuarios almerienses y que estaba situado en un bar, al lado de los efluvios de un oloroso café. Luego se dispararon los interrogantes para saber qué hacía Carlos a más de mil kilómetros de su cita senderista. Alguien justificó su viaje diciendo que había ido a aquellas tierras andaluzas a inaugurar una piscina. De inmediato se empezaron comentar sus gestas natatorias, sus progresos y su disciplina en el agua, tanta como su exigencia en las etapas de GR. Otra persona quiso aclarar el tema justificando su ausencia con actos familiares, pero este mensaje no consiguió imponerse respecto a sus gestas en el agua. Puede que, debido a la sequía de los campos y al calor que hacía, el espejismo del agua nos situaba al lado del mar y en una piscina, mejor que por caminos polvorientos y con dudas por doquier.
También hemos de destacar a Fina en otra proeza, como es conducir a un selecto grupo de profesionales de la enfermería hasta Santiago de Compostela. Las cuatro etapas gallegas que hicieron demostraron cómo las enseñanzas de nuestro formador de formadores se aprovechan y se ponen en práctica en un camino tan histórico como el de Santiago.
Después del almuerzo enfrente de una auténtica casa de pagés, una vez andado un tramo, quizá debido al buen vino de la bota de Paco Ortega (a ver si arreglamos la nuestra), la pérdida vino por añadidura. Fue después de una bajada, con un camino que nos acabó de confirmar que las marcas debieron quedar atrás pero no fueron oteadas. Buscábamos a Vallbona (no el de las monjas) y no aparecía la orientación. Menos mal que esta vez el GPS de auxilio se presentó en un todo terreno y con un caliqueño en los labios. JMM, de Navàs, nos indicó a dónde íbamos, unas casas con una ermita que tenía el escudo de San Pedro encima de la puerta principal. Y, al lado, una masía como las de Pilarín Vallès, retratada por el fotógrafo suplente, Fidel. Fede, por otra parte, no erró en ningún cálculo y sí nos condujo hasta el destino final, la Montaña de Sal de Cardona. Antes, una impresionante vista primero del castillo y actual Parador de esta ciudad, de los restos de las minas de sal y del uso turístico de una parte para turistas sedentarios los cuales, mientras esperaban abajo a que los subieran a su punto de origen con un todo terreno, recibieron en tromba la visita de excursionistas habituados a ir por todos los terrenos pero sin molestar al campo y usando sólo tracción pedestre. Pudieron comprobar cómo nosotros hacemos realidad ese dicho de los guías italianos de montaña: “Chi marcia piano, marcia sano e marcia lontano” (quien camina despacio, camina sano y camina lejos).
La espectacularidad de la Montaña de Sal causó efecto y nosotros también a quienes, una vez visto su interior, ascendían motorizados por emocionadas rampas mientras los GRmanos y GRmanas daban una lección de poderío y salero (había mucha sal por allí). Con tanto cloruro sódico en el ambiente y con tanto sudor pegado alos cuerpos, el sitio del ágape volvió a ser el mismo. Paramos de nuevo en el bar STOP, como su nombre indica en Callús. Esta vez no había flores pero sí un incesante trasiego de jarras tipo alemán. Condumios variados, bocadillos y otros preparados sirvieron para crear el ambiente de la actuación final a cargo de Manel. El Gremio de los alicatadores y otros secuaces del ramo especulador del ladrillo fueron protagonistas del chiste final, muy solicitado y explicado por grupos, con tanto éxito que hubo quien casi lagrimeaba cerveza por la risa. El chiste de las baldosas y el remate final, con el ya famoso “caldillo” femenino, fue el mejor postre, también muy reído por el sector de mujeres de GRMANIA.

Evaristo
Terrassa, 7 de mayo de 2005

Otras noticias de interés:

1. El Departamento de Promoción Cultural de GRMANIA está valorando la posibilidad de sugerir una prueba que demuestre que se ha leído el regalo literario del día del libro, EL QUIJOTE. Como el verano es largo, de hacerse el control sería para la convocatoria de septiembre. Esperamos formar parte del selecto y escaso grupo de lectores y lectoras que leen o releen tal joya literaria y no sólo lo almacenan en sus estanterías.
2. En próximos días pasaremos la convocatoria de asistentes a la comida de hermandad, que se hará en casa de Carmen (contamos con su tradicional colaboración y acogida) el próximo domingo 19 de junio. También de personas encargadas de compras, basado todo en lo pactado el año pasado y siempre admitiendo ideas.
3. El año pasado una comisión de GRmanos instauró la primera edición de la entrega de dos diplomas a dos personas que hubieran destacado a lo largo de la temporada por sus actos en beneficio del grupo. Ante las sugerencias que personas de la sección femenina hicieron después de aquel acto y viendo que la paridad debe ser un hecho, aquella citada comisión (formada por decadentes hombres) delega “in sécula seculorum” la organización, elección, redacción y confección de dichos títulos a estas personas de GRMANIA. Ya hay una encargada de formar la comisión al efecto.
4. La Cursa de l’Alba de hoy, entre Collbató y Sant Jeroni (24 km de montaña y 1000 metros de desnivel de subida y otros tantos de bajada), demostró el alto nivel de dos GRmanos. Nuestro atleta de élite, Antonio Gil, efectuó la proeza de acabarla en un tiempo de 2 horas 48 minutos (el primero en llegar, en 1 hora 54 minutos). Nuestro segundo representante, Fidel Troya, en 3 horas 7 minutos y este decadente que os escribe no pudo bajar de 3 horas 37 minutos.
5. Como a la próxima etapa este plumilla quizá no vaya y como nadie es imprescindible, la crónica de esa etapa sugiero que la podría hacer alguien o, en último término, Pepe.

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